Prestadores con déficit y también con listas de espera: así es el sistema de salud de Reino Unido que busca emular el Minsal
Varias autoridades de gobierno han elogiado el sistema sanitario inglés y reconocen que lo miran como referencia para reformar el modelo chileno. No obstante, diversos especialistas advierten que el Servicio Nacional de Salud de Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés) tiene los mismos problemas que hoy se quieren erradicar del escenario nacional.
El 4 de septiembre culmina el proceso en el que chilenas y chilenos, a través de un plebiscito, decidirán si aprueban o rechazan la propuesta realizada por la Convención Constitucional. En cuanto a salud, el borrador de la Carta Magna establece un Sistema Nacional de Salud de carácter universal, donde el sector privado podrá incluirse para conformar un sistema integrado.
En ese contexto, el Servicio Nacional de Salud de Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés) ha sido elogiado en varias ocasiones por las actuales autoridades chilenas y se mira como un referente a la hora de planificar la reforma del sistema local. De hecho, Camilo Cid, director de Fonasa, sostuvo la semana pasada que “es un sistema que tiene una amplia cobertura y acceso. Toda la población inglesa, de distintos estratos sociales, tiene cobertura en la NHS y tiene excelentes estándares de servicio. Está organizado a través de un primer nivel de atención primaria, una estrategia de sistema preventivo. Tiene excelentes resultados en términos de salud de la población”.
Asimismo, cuando la ministra de Salud, Begoña Yarza, fue consultada por los modelos que mira, respondió que “Chile pensó en un sistema universal integrado, mancomunando fondos, cuando el único país que lo había planteado era Inglaterra. Y Chile lo planteó en 1952 porque además de la reflexión de posguerra había tenido un terremoto”.
Además, añadió que ambos modelos comparten las mismas intenciones: “Tenemos un referente histórico en Chile y por eso tenemos una relación de sueño histórico muy cercana al sistema inglés. Y también por el tema de la calidad. Para los ingleses, el tema de la calidad atraviesa todo el sistema sanitario y nosotros también tenemos esa intención”.
Sin embargo, durante los últimos años el modelo sanitario de Reino Unido ha enfrentado dificultades.
De acuerdo a la organización inglesa The King’s Fund, el NHS atraviesa por importantes problemas financieros. Dos de cada tres de los prestadores de salud en Inglaterra operaron con déficit en 2016, lo que obligó al gobierno británico a lanzar un plan a 5 años para mejorar la situación financiera del sistema.
De hecho, en marzo de este año, según NHS England, 6,7 millones de personas estaban en lista de espera por atención con un especialista. Y 355 mil de ellos llevaban más de un año en ella.
En ese escenario, Héctor Sánchez, director del Instituto de Salud Pública de la U. Andrés Bello, es crítico y afirma que “hoy el sistema inglés tiene una parte importante de seguros privados, porque la gente no está dispuesta a esperar. Hoy hay seis millones en listas de espera en Reino Unido, entonces cerca del 15% de la población ha comprado seguros complementarios”.
Además, según datos de la OCDE, el 4,5% de la población británica declara problemas de acceso a la salud por problemas financiero, geográfico o por listas de espera. Esa cifra es mucho más alta que el promedio de los países que integran la organización (2,6%) y que la que muestran países con sistemas de multiseguros como Países Bajos y Alemania.
De hecho, Andrea Srur, doctora chilena con vasta experiencia en Reino Unido, relató la semana pasada que los ingleses no están contentos con el servicio sanitario: “En estudios que se han ido haciendo a lo largo del tiempo, se concluye que en este momento solo el 36% de la población está satisfecha con el NHS. La principal razón son las listas de espera y el acceso inequitativo que tenemos a los diferentes servicios”.
El debate de los expertos
Ahora, frente a la nueva propuesta constitucional, la exministra de Salud y profesora del Departamento de Atención Primaria y Salud Familiar de la U. Chile, Soledad Barría, destaca que “hay mucho del sistema inglés que está planteado en el proyecto de la nueva Constitución y a mí eso me parece un gran adelanto, pues es un sistema universal financiado por impuestos generales. Eso sí, hay un elemento que a mí me parece no es totalmente adecuado y es que allá la atención primaria está muy basada en lo médico. En cambio, nosotros basamos la atención primaria con equipos de salud más multidisciplinarios”.
Ahora, frente a las listas de espera, la académica advierte que esta es una consecuencia de los modelos universales: “Todo sistema de salud que no cobra y que no restringe el acceso a la atención por dinero, sí restringe por tiempo de espera. Lo importante es que ese tiempo de espera no ponga en peligro la salud de la población ni que sea inadecuado. Por ejemplo, hoy en Chile es inadecuado, porque no están los recursos en el sistema público para sacar rápidamente las listas de espera”.
Pablo Eguiguren, director de Políticas Públicas de la Fundación Libertad y Desarrollo, asegura que “el modelo inglés funciona bien y no es mal sistema, por eso no es raro mirarlo. Sin embargo, el NHS actualmente tiene varios de los problemas que en el modelo chileno queremos resolver. Como, por ejemplo, las listas de espera y la segregación en la atención”.
Por esta razón, Eguiguren sostiene que hay otros modelos que son más funcionales y que se adaptarían mejor a la realidad chilena: “El sistema de seguros de salud necesita una reforma. Debiéramos avanzar hacia una factible políticamente y que se haga cargo de las preocupaciones y de los aspectos que valoran los chilenos. En ese sentido, un sistema de multiseguros como el de Países Bajos o el alemán es un mejor camino que el modelo inglés. Permite construir sobre lo que ya tenemos, evita problemas como las listas de espera y los altos gastos de bolsillo, que hoy son materia de discusión en Inglaterra, y resguarda la libertad de elegir”.
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