Protección para Longueira, disculpas de ME-O y un insólito debate por botellas de agua: la trastienda del frustrado inicio del juicio del caso SQM
La mañana de este miércoles estaba agendado el inicio del juicio oral por el caso SQM. Hasta el Centro de Justicia llegaron siete de los ocho formalizados por diferentes delitos ligados al financiamiento ilegal de la política. El primero en llegar al tribunal fue el exsenador de la UDI Pablo Longueira, para quien la defensa había solicitado medidas de seguridad especiales. Minutos más tarde llegó el excandidato presidencial del PRO, Marco Enríquez-Ominami. La jornada estuvo marcada por una serie de discusiones y acusaciones, pero en definitiva este juicio que se ha extendido por ocho años no empezó.
“El daño que me han hecho es irreparable ya”. Con estas escuetas palabras el exsenador de la UDI Pablo Longueira resumió lo que significaba para él el inicio del juicio oral en su contra y de siete formalizados más por diversos delitos ligados al financiamiento ilegal de la política en el marco del caso SQM. El arribo del también exministro se dio pasadas las 8 de la mañana, 45 minutos antes del inicio de la audiencia y en medio de medidas de seguridad especiales solicitadas por su defensa. Episodios como este, además de la falta del documento de auto de apertura y hasta una discusión con los guardias del recinto que impidieron el ingreso de botellas de agua marcaron la jornada en que una vez más fracasó el intento del inicio del juicio de uno de los casos más emblemáticos de financiamiento ilegal de la política y que ya lleva 8 años de tramitación.
Minutos después del arribo de Longueira a la sala 303 del edificio C de Centro de Justicia, llegó el excandidatado presidencial del PRO, Marco Enríquez-Ominami, para quien el Ministerio Público pide cuatro años de cárcel. El exsenador arriesga 818 días de presidio y multas por el delito de cohecho, que fue parte de la solicitud del Ministerio Público.
Pese a estar en la misma sala, Longueira y ME-O no se saludaron. Ni siquiera cruzaron miradas.
El ex dirigente del PRO se mostró optimista: “son ocho años esperando este momento. En otra arista idéntica a esta, la gané. Entonces va a pasar lo mismo, voy a tener que defender mi inocencia nuevamente”, aseguró. Al final de la audiencia pidió disculpas por sus pocas palabras al ingreso, lo que justificó como su ansiedad por iniciar el juicio y demostrar su inocencia.
Posterior a eso, uno a uno fueron ingresando el resto de los formalizados en el caso que empezó el 2015. De esta manera, se presentaron Carmen Luz Valdivieso, exsecretaria de Longueira, y el exsecretario general del Partido Progresista Cristián Warner, entre otros. No se presentó ni de forma presencial ni remota el exgerente general de SQM Patricio Contesse.
Pese a que la audiencia de inicio del juicio oral se extendió por casi cuatro horas, esta no pudo ser concretada, debido a la falta del texto en el que se fundan las pruebas que se expondrán ante el tribunal y que debía haber sido entregado por el Octavo Juzgado de Garantía de Santiago. Por lo mismo, la magistrada fijó para el 13 de febrero una nueva audiencia, en la que esta vez sí debería comenzar este proceso de juzgamiento.
Una audiencia compleja
Previo a la audiencia ya hacía ver lo que podría ocurrir durante esta jornada. Más de un abogado defensor ingresó alguna solicitud para que el Tercer Tribunal Oral en la Penal de Santiago notificara si es que el juzgado había enviado el texto. Además de eso, se sumaron una serie de peticiones para comparecer vía remota. Una de estas fue ingresada por el abogado del histórico dirigente de la UDI, Pablo Longueira. Durante el martes, el defensor Alejandro Espinoza requirió al tribunal que el exministro pudiera asistir de forma telemática, sin embargo aquello no fue resuelto por los jueces y tuvo que presentarse en el recinto ubicado en calle Pedro Montt.
Como no hubo respuesta, la defensa del exsenador pidió al administrador del Centro de Justicia que se dispusieran “medidas de seguridad para su ingreso y se autorice ingresar a dependencias del tribunal por una vía distinta al acceso principal o de público”. Espinoza argumentó que “durante la etapa de investigación de la presente causa, el señor Longueira y esta defensa fuimos agredidos en el acceso al Centro de Justicia por terceros, quienes en conocimiento de su comparecencia, se organizaron a efecto de atacarlo verbal y físicamente. Las medidas de seguridad y el acceso por una vía diversa al acceso principal son las únicas formas de precaver situaciones de esta índole”.
A pesar de aquello, el exsenador de la UDI ingresó por el acceso principal del Centro de Justicia. Sin embargo, en el frontis del edificio estaban desplegados al menos una veintena de guardias de seguridad del tribunal, quienes resguardaban que todo se realizara con normalidad, y así ocurrió.
La botella de la discordia
Luego de que la magistrada fijara una nueva audiencia, y accediera a la solicitud de algunos intervinientes de no dar inicio al juicio oral, debido a la falta del documento que debía enviar el juzgado, la jueza abrió un espacio para la palabra de las diferentes interlocutores.
En ese momento, el abogado de Patricio Contesse, Samuel Donoso, tomó la palabra y cuestionó ante la magistrada las medidas del tribunal, puesto que se le había requisado una botella de agua por el protocolo existente en el Poder Judicial. Aquello abrió un amplio debate entre los abogado defensores, quienes incluso apuntaron que los fiscales sí podían ingresar con café. De hecho, uno de los abogados agregó que las medidas eran excesivas y que “estamos como en un aeropuerto ucraniano”.
Sin embargo, pese a los extensos cuestionamientos, la magistrada aseguró que esas eran las reglas del tribunal y que todos debían acogerse a aquello. “Yo soy una ciudadana de a pie, me encanta andar en transporte público e ingreso por el acceso por el que entran todos, me revisan todas las cosas y sigo las mismas reglas”, concluyó la jueza.
Los descargos de los imputados
Al término de la audiencia, el primero en hablar frente a la prensa fue Longueira. En un tono que a ratos tendía a quebrarse, el exsenador aseguró que “la verdad es que nunca me imaginé que alguien pudiese vivir lo que he vivido estos 7 años, fui acusado de un delito que jamás he cometido, he soportado una persecución de la Fiscalía que ningún otro político ha tenido por no aceptar un acuerdo con la Fiscalía. Mi casa y mi oficina fue allanada y la de mi secretaria, se me ha revisado mis cuentas corrientes, mis correos, como ministro, senador, diputado, las asignaciones de todo tipo y solo les puedo decir que mientras serví a mi país durante 30 años me impuse normas éticas muy superiores a las leyes y a las normas”.
Enríquez-Ominami, por su parte, acusó a los fiscales y pidió “a las cámaras que graben, detrás mío hay 10 fiscales con dedicación exclusiva, con altísimos sueldos, mírenlos, tomando café, más de 10 fiscales que pedían hoy no iniciar la sesión porque tenían vacaciones. Son fiscales de Valparaíso, Quilpué, Villa Alemana, donde hay problemas de delincuencia y narcotráfico, son fiscales que han pospuesto esto sin parar. Les hemos propuesto como defensa distintos caminos, separar las aristas, porque han mezclado peras con manzanas, y hoy nuevamente que vengo a defenderme de 8 años de infamia y ahí están los fiscales, tomando café, contentos”.
Todos los formalizados y sus defensas, durante a la audiencia, acusaron al Ministerio Público de querer dilatar este proceso. Algo que fue refutado por la fiscal Claudia Perivancich, quien sostuvo que “lo que ha hecho el Ministerio Público desde que presentó la acusación es instar por el pronto avance de esta, es decir, el inicio del juicio de preparación y también ahora para el juicio oral, nosotros no hemos hecho sino lo indispensable para poder avanzar en el procedimiento, a diferencia de lo que han hecho las defensas, controvirtiendo incluso los antecedentes de la acusación, pidiendo que volviéramos a entregarle copias de los antecedentes que ya tenían, pidiendo foliar una carpeta que ya tenían, obstando a que se iniciaran las audiencias de forma remota, en todos aquellos casos”.
Ante eso, concluyó: “El Ministerio Público estuvo por avanzar en el desarrollo de las audiencias que estaban pendientes”.
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