¿Quién es Amir Nasr-Azadani, el futbolista iraní condenado a muerte por protestar en favor de los derechos de las mujeres?
A los 26 años, el lateral derecho había quedado libre después de concluir su relación con el Iranjavan FC. Sin embargo, su trascendencia es mucho mayor fuera del campo, después de plegarse a las manifestaciones en repudio a la muerte de la activista Mahsa Amini, de las que incluso el plantel que fue al Mundial de Qatar y sus hinchas se hicieron parte.
La suerte de Amir Nasr-Azadani mantiene en vilo al mundo. Especialmente al fútbol. El jugador de 26 años, quien se desempeña por toda la banda derecha, fue condenado a muerte por el régimen local, que lo señala por “traición a la patria”, al haber participado de las protestas que se generaron en el país por la muerte de la activista Mahsa Amini. El convulsionado ambiente ya le costó la vida a otro deportista en las mismas circunstancias que amenazan la de Nasr-Azadani: este lunes el luchador Majidreza Rahnavard fue ahorcado en público, a menos de un mes de que presuntamente apuñalara a dos milicianos de las fuerzas Basij e hiriera a otros cuatro. La situación ocurrió el 17 de noviembre.
La FIFPro, entidad que agrupa a los futbolistas en el mundo está en alerta por la situación que afronta Nasr-Azadani, un jugador de discreto nivel que había finalizado su relación contractual con el Iranjavan FC. Su currículo no es demasiado llamativo. Su trayectoria parte en las divisiones inferiores del Sepahan FC. En 2015 pasó al Rah Ahan y un año después al Tractor Sazi. En 2019 lo recibió el Oxin Alborz. Las últimas tres temporadas habían estado llenas de irregularidad. Pasó por el Golreyhan y el Sepahan Novin antes de fichar en su última escuadra. La carrera de Nasr-Azadani no ha sido fácil. Dos veces, de hecho, sufrió lesiones graves. En 2018 una rotura de ligamentos cruzados de una rodilla lo sacó de competencia por un año y lo dejó sin equipo por haber faltado a los entrenamientos del Tractor Sazi. Dos años después, cuando militaba en el Golreyhan volvió a lesionarse y, otra vez, tuvo que comenzar de nuevo.
Protesta en el Mundial
Sin embargo, a la entidad gremial la trayectoria le da lo mismo. Hoy, uno de los suyos está en peligro. Fue la misma actitud que tomó, por ejemplo, la selección iraní en el Mundial. En el partido frente a Inglaterra, los futbolistas se rehusaron a cantar el himno, mientras desde las gradas surgían una sonora pifia y aparecían carteles que aludían a la libertad femenina. Eso sí, ninguno de los miembros de la delegación realizó alguna manifestación a través de sus perfiles en las redes sociales, seguramente por las consecuencias que pudieron haber sufrido. Solo el arquero Alireza Biranvand, pidió a través de Instagram que se revocara la ejecución. Con una salvedad: no mencionó a Nasr-Azadani ni a las otras personas que estaban en riesgo de sufrir la drástica sanción. Sí ha habido menciones de parte de otros jugadores iraníes mucho menos conocidos en el concierto mundial. Uno de ellos, Mohammad Reza Akhbari, capitán y portero de Tractor, avaló su inocencia a través de Instagram. “Quienes conocen de cerca a Amir saben lo reservado que era”. Además, pidió que los futbolistas le ayudaran a salir de este trance.
En Chile, la postura es de absoluta solidaridad con Nasr-Azadani. “El fútbol, como organización, debe apuntar a proteger la vida de todos quienes participan de la actividad. Es un derecho esencial, que no puede postergarse por reglamentación de países con otras culturas o leyes. Nosotros como FIFPro ya solicitamos que esto se detenga, pero este es un aviso de algo mayor. Si perdemos esta lucha, estaremos cediendo a la defensa mundial por los derechos humanos. Y eso pondría en peligro a la industria”, plantea, enérgicamente, Gamadiel García, presidente del Sifup, entidad que forma parte de la asociación mundial.
No solo Nasr-Azadani está en riesgo. Su familia también ha sido amedrentada por las fuerzas de seguridad iraníes. Les exigen silencio. La concesión, teóricamente, puede ir de la mano de algún beneficio para el detenido. Improbable e incomprobable a la luz de los acontecimientos. Más probable es lo que, en definitiva, está viviendo Nasr-Azadani: que al hacerse público su caso se le aplique la sanción más severa posible.
Confesión forzada
La agencia de noticias Tasnim, afiliada al Cuerpo de Guardias Revolucionarios Islámicos (CGRI) de la República Islámica de Irán, sitúa el origen de la pesadilla de Nasr-Azadani en el 17 de noviembre. Ese día, el coronel Esmaeil Cheraghi fue asesinado durante protestas que se producían en todo el país. Tres días más tarde, la emisora estatal IRIB difundió un video de las confesiones forzadas de tres personas acusadas del asesinato del uniformado. IRIB no mencionó los nombres de los acusados, pero las redes sociales sí: Amir Nasr-Azadani, Saleh Mirhashmi y Saeed Yaghoubi. La revelación la realizó Saeed, ex director de los clubes Zob Ahan y Foolad.
Hay quienes acreditan la inocencia absoluta de Nasr-Azadani del cargo que se le imputa. El sitio IranWire, citando a fuentes, consigna que, si bien Nasr-Azadani había participado en algunas protestas a nivel nacional, nunca estuvo en el área donde las fuerzas del IRGC y Basij fueron asesinadas. La misma fuente certifica que la participación del futbolista se remitió a estar en las calles durante algunas horas y a gritar algunas consignas.
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