¿Quién es Pablo Cordero? La caída del ideólogo del “Robo del Siglo” que logró un botín histórico
A un año y seis meses de haber sido formalizado por el millonario atraco a la empresa de transporte de Valores Esertval, personal de Carabineros detuvo a uno de los cabecillas de la banda. A diferencia de la época de su primera detención, hoy llevaba una vida sin lujos, de bajo perfil y en la clandestinidad.
Desde el 18 de septiembre de 2017 que personal del OS9 Carabineros le sigue la pista a Pablo Antonio Cordero Valenzuela (38), alias “Dolape”, por su corte de pelo “rapado”. Él es uno de los tres principales cabecillas de la banda que perpetró el denominado “Robo del Siglo”, atraco que afectó a la empresa de transporte de valores Esertval y en medio del cual se sustrajeron $15.800 millones. Si bien ya había sido detenido a fines de noviembre de 2020 por esos hechos, tras la formalización quedó con arresto domiciliario total y se dio a la fuga, pero la noche del pasado domingo 28 de mayo efectivos del OS-7 que realizaban controles preventivos en la Ruta 5 Norte frustraron una nueva huida. Su vida como fugitivo había terminado.
Quienes han sido parte de las indagatorias en torno a esta banda compuesta por 16 personas comentaron a La Tercera PM que “Dolape”, tras el gran golpe, se caracterizaba por llevar una vida de lujos. No escatimaba en gastos, cuenta una fuente ligada a la investigación, agregando que siempre manejaba autos de alta gama que iba cambiando, vestía ropa de reconocidas marcas internacionales y daba cuenta de una gran colección de relojes. Sin embargo, luego de la primera detención tuvo un brusco cambio de vida. “Todos esos artículos fueron incautados, pero él también tomó un perfil mucho más bajo, se ocultó”, relató una fuente allegada a la causa. De hecho, al ser sorprendido nuevamente por funcionarios policiales manejaba un Suzuki Alto, dejando atrás el Mercedes Benz C220 o el Volvo V40CC que condujo en el pasado.
“Es un sujeto que vivía en la clandestinidad, manejaba bastante dinero al ser detenido, lo que demuestra que tenía un cambio permanente de residencia para no ser aprehendido”, complementó otra fuente consultada por este medio.
Como dan cuenta antecedentes contenidos en la carpeta, y según se expuso en la audiencia del 4 de diciembre de 2020 en que fue formalizado por los delitos de robo con violencia, robo con intimidación, robo en lugar no habitado y asociación ilícita, Cordero Valenzuela junto a Manuel Jesús Díaz Ávila y Luis Marco Mosquera Novoa fueron los ideólogos del gran robo. Juntos, reclutaron a Claudio Pino Morales, Rodrigo Lorca Aravena, Hugo Jiménez Valenzuela, Mauricio Villagra Cancino y Esteban González Valenzuela.
En concreto, el sujeto recientemente detenido fue uno de los encargados de instalar patentes “limpias” en vehículos robados, fue el que dispuso el “reloj espía” para que Eduardo Moya -uno de los guardias de la empresa afectada- pudiese grabar dentro del recinto, y fue quien supuestamente intimidó al segundo guardia que habría colaborado con ellos: Jesús Bravo Novoa.
Mediante las pericias realizadas por el OS-9, además, se constató que “Dolape”, mantenía patrones comunes en la comisión de delitos contra las personas y propiedad, principalmente en robos y receptación, lo que demostraría experiencia en su actuar. Desde el 2009 registra detenciones por falsificación o uso malicioso instrumento público, robo en bienes nacionales de uso público, robo con intimidación, receptación, robo de cajeros automáticos y conducción bajo la influencia de alcohol.
La vida de lujos
Luego del robo, dejó atrás su vida en Lo Espejo y adquirió tres propiedades. Una de ellas en Pudahuel y otra en Camino a Lonquén, en la comuna Maipú, donde tuvo algunas diferencias con los vecinos debido a las visitas que recibía, quienes llegaban al lugar en autos de alta gama. La conserjería de ese recinto privado registra visitas de otros miembros de la banda. Cordero intentó comprar esa propiedad en efectivo, pagando los $313 millones que valía al contado, lo que fue rechazado por la inmobiliaria.
También usó parte del dinero en la compra de un inmueble en Quinta Normal, el cual funcionaba como motel. Sin embargo, y aunque facturaba, jamás abrió sus puertas. Además, constituyó dos sociedades inmobiliarias junto a su pareja, y una tercera con Claudio Pino Morales en 2019. Todas empresas de fachada para lavar dinero.
Asimismo, compró seis vehículos, dos que estaban a su nombre (Volvo y Jaguar); dos a nombre de su pareja, Silvia Soto (Volkswagen Tiguan y Citroen New C-Elysee); uno a nombre de su hermana, Paulina Cordero (Hyundai Accent); y uno a nombre de su cuñado, Danilo Soto (Mercedes C220).
Igualmente, de acuerdo con registros de Carabineros, se le incautaron decenas de relojes y de joyas de oro.
Un robo épico: $15 mil millones
El robo comenzó pasadas las 00.45 horas del 19 de septiembre de 2017, cuando el guardia Jesús Bravo Moya salió a comprar cigarros a una botillería cercana. Al regresar, tres sujetos lo amenazaron para que este abriera las puertas y los dejara entrar a la empresa de valores. Una vez adentro, el grupo redujo a los guardias, esposándolos y dejándolos en una oficina.
Sin embargo, la investigación posterior determinó que ambos vigilantes también estaban vinculados al robo, facilitando el acceso a cambio de dinero. Incluso la banda le entregó un reloj a uno de ellos para que pudiera grabar el interior de la bóveda para que estos pudieran planificar el atraco.
Pero el robo no fue algo al azar, la planificación de este hecho comenzó en junio del mismo año, específicamente en el patio de la casa de Domingo Lillo Zamora. En esa casa, guardaban los carros de supermercado que más tarde utilizarían para cargar el dinero de la empresa. En esa ocasión el “Luchín” y el Dolape entregarían $300.000 en efectivo para pagar la patente de los autos que faltaban para ejecutar el robo. Además de eso, el grupo arrendó un departamento frente a la empresa de valores, desde donde podían observar y reconocer el funcionamiento de la compañía de valores. Junto con eso, reclutaron al resto de la banda, donde cada uno tenía una función según los conocimientos delictuales previos.
Uno de estos era Rodrigo Lorca, alias “Karen Paola”, quien entregó herramientas de madera que permitieron trancar las puertas de la empresa. Mauricio Villagra manejó uno de los vehículos que llevó al grupo y Felipe Mateluna, el “Eléctrico” sabía cómo cortar la fibra óptica del lugar y consigo impedir las comunicaciones con Carabineros el día del robo.
El grupo de delincuentes logró acceder a través de la técnica de oxicorte a la bóveda. Una vez dentro, incluso, algunos miembros de la banda se dieron el tiempo de celebrar y abrazarse. Fajos y fajos de billetes fueron cargados en carros de supermercado para posteriormente ser cargados en furgones y huir del lugar. Tres horas mas tarde los vigilantes se liberaron y llamaron a Carabineros, quienes llegaron al lugar cerca de las 03.14 horas, constatando lo que había ocurrido y consigo dando inicio a una de las investigaciones más mediáticas del último tiempo.
El pasado 24 de mayo, el fiscal adjunto de la Fiscalía Regional Metropolitana Centro Norte, Marcelo Cabrera solicitó una audiencia para pedir la ampliación del plazo de investigación. El Tercer Juzgado de Garantía de Santiago accedió a la solicitud y fijó una audiencia de revisión de esta petición para el próximo 7 de junio.
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