Transcurridas casi dos semanas desde la instalación del gobierno del Presidente Gabriel Boric, dos ministerios sectoriales que han sido descrito como claves por la nueva administración ya han entrado de lleno en reuniones, análisis e, incluso, anuncios.

Se trata de las carteras de Salud y Educación, reparticiones con las que la nueva gobernanza no solo tiene un vínculo especial -los lazos de las principales autoridades se forjaron en el marco de demandas educativas y durante la pandemia- sino que además se espera serán objeto de importantes reformas.

Y en ese contexto, las autoridades sectoriales se han blindado con nombres de confianza en las divisiones de mayor impacto y para elegir a sus consejeros.

Así, tanto Marco Antonio Ávila como Begoña Yarza han puesto sus ojos en personas que abarcan aspectos técnicos, pero que también acumulan experiencia en sus áreas de interés, algunos conocidos y con pasos por antiguos ministerios y otros que recién debutan en el área pública, en quienes se apoyan y discuten algunos aspectos relevantes a la hora de tomar decisiones.

Marco Antonio Ávila se ha rodeado de nombres con experiencia en la academia nacional e incluso internacional. Y que, en su mayoría, son mujeres.

Y es que, además de los subsecretarios María Isabel Díaz (Educación Parvularia), Verónica Figueroa (Educación Superior) y Nicolás Cataldo (Educación), el Mineduc ya conoce quiénes comandarán y encabezarán la toma de decisiones en algunas de sus divisiones y centros.

Así, hay una “primera línea” que cobra especial relevancia para las nuevas autoridades. Fueron, de hecho, los primeros cargos en ser definidos: Daniela Eroles, profesora, trabajadora social y ex directora de Educación de Renca, llegó al cargo de jefa de la División General de Educación; Viviana Castillo, profesora con magíster en Currículum Escolar y con pasos en el Mineduc entre 2018 y 2019, tendrá a cargo la Unidad de Currículum y Evaluación, mientras que Lilia Concha, profesora de educación diferencial y excoordinadora nacional de educación básica asumirá como directora del Centro de Perfeccionamiento, Experimentación e Investigaciones Pedagógicas.

Que todas sean profesoras no es una coincidencia: las señales para este gobierno importan, dicen desde el Ejecutivo, sobre todo en el caso de Concha, quien deberá relacionarse con el mundo de los profesores. A ellas, además, se suma Martín Cáceres, a cargo del Centro de Innovación y se espera que en los próximos días se nombre a los jefes de las divisiones más relevantes de las subsecretarías de Educación Superior (Universitaria y Técnico Profesional) y Educación Parvularia (Políticas Educativas).

Pero más allá de los cargos puntuales, el ministro Ávila se ha blindado y se ha dejado aconsejar por personas que, entiende, tienen o han tenido algo que aportar ad honorem y sin ostentar un puesto en las oficinas del Mineduc. Ahí aparecen nombres relacionados a la academia como el de Gonzalo Muñoz, académico de la U. Diego Portales y exjefe de la División General de Educación del Ministerio. Y al menos hasta antes de asumir como ministro sus cercanos cuentan que Cristián Bellei, profesor de la U. de Chile y coordinador de educación del programa de Gabriel Boric, era otro que seguía aportando.

Bellei y Muñoz no son los únicos en esta condición. En su afán de establecer contactos internacionales con el mundo de la educación, Ávila ha sostenido conversaciones con Fernando Reimers, profesor y director de un programa educativo de la Universidad de Harvard y quien ha investigado y enseñado cómo educar a menores para el siglo XXI.

Y hay, además, otras dos mujeres que cierran el círculo de confianza externo del nuevo titular de la cartera: Adriana Delpiano, ex ministra de Educación del segundo periodo de Michelle Bachelet y la profesora Andrea Osorio.

“Con Adriana Delpiano coincidió justamente en el Mineduc, cuando él (Ávila) era el coordinador nacional de Educación Media y ella era la ministra, eso los acercó harto”, cuentan cercanos a ambos, quienes complementan que con la extitular de la cartera, en su condición de conocedora del cargo, conversa sobre los temas más internos y de funcionamiento del Ministerio. “El ministro Ávila se ha querido rodear de gente con experiencia y de la academia con quienes poder intercambiar opiniones en todo ámbito”, dicen en el entorno de la autoridad.

Mientras, con la profesora Osorio, quien fue su par en Fundación Chile y donde generaron grandes confianzas, tiene una suerte de intercambio de opiniones.

El pasado miércoles se oficializaron las jefaturas de las divisiones del Minsal, así como la de los respectivos gabinetes, que tendrán un rol clave en la toma decisiones y, sobre todo, en el manejo de la pandemia.

En la cartera sanitaria aseguran que Jaime Peña (35), quien asumió como jefe de asesores, tendrá uno de los roles más relevantes para el ministerio.

El médico cirujano de la Universidad de Chile, especialista en neurocirugía y con magíster en salud pública en la misma universidad, integra el Frente Amplio desde sus inicios. También fue coordinador del proceso programático de la campaña presidencial de Beatriz Sánchez y estuvo a cargo de la rama de salud de Revolución Democrática. En la campaña presidencial de Boric, en tanto, encabezó la propuesta sanitaria.

Su carrera política ha ido de la mano con su trayectoria profesional. Hace una década era el vocero de la Coordinadora de Gremios del Campus Norte del Hospital Clínico de la Universidad de Chile y en 2015 asumió en la directiva de la agrupación Médicos Residentes Chile, con el exministro Enrique Paris a la cabeza del Colegio Médico.

Hasta ahora se ha desempeñado solo en la red pública y, hasta su designación en el Minsal, trabajaba en el Hospital Barros Luco. Allí, asumió la vocería de sus pares cuando a inicios de 2020 un corte de luz obligó a un grupo de médicos a operar iluminándose con sus celulares, lo que movilizó protestas por las precariedades de la red asistencial.

Lo que esperan en el gobierno y en la cartera de Salud es que Peña -quien tiene red directa con el Presidente Boric y con la ministra de Interior, Izkia Siches- es apoye desde dos frentes: políticamente, y desde su experiencia en la red pública. Pero particularmente en lo primero, por la habilidad que tendría para canalizar negociaciones y tratativas, apoyando ene sto a la ministra Yarza, cuyo perfil es más bien técnico.

Claudio del Canto, jefe de gabinete de la ministra Yarza, también jugará un rol fundamental. Aunque es ingeniero comercial, lleva gran parte de su carrera ligado al área de la salud. Se desempeñó previamente en el área de inversiones del Minsal y posteriormente en el Servicio de Salud Metropolitano Sur y el Hospital Barros Luco. También trabajó en la administración de Hospital Exequiel González Cortés, cuando la actual ministra lo dirigía.

Otro nombres conocido que vuelve a esta administración es la sicologa clínica Andrea Albagli, quien elaboraba los informes epidemiológicos sobre el avance del Covid-19 y en 2020 fue parte de una polémica que protagonizó el exministro, Jaime Mañalich.

En septiembre de 2020, de hecho, la sicóloga declaró ante la fiscalía que el gabinete de Mañalich había pedido manipular la base de datos de contagiados por el virus, para disminuir los casos y hacerlos coincidir con las cifras que entregaba el exministro.

Ahora, Albagli, quien tiene dos magíster, uno en Salud Pública (Toronto) y otro en Epidemiología (UC), e integró la comisión de Salud de Revolución Democrática, será jefa de la División de Políticas Públicas del Minsal.

En tanto, como jefe del Departamento de Epidemiología del Ministerio de Salud asumió Christian García, médico de la U. de Chile y doctor en Salud Pública de la U. de Pittsburgh. Su cargo en esta administración tendrá mayor protagonismo y, de hecho, ya ha participado en varias vocerías y entrevistas.

Lo anterior responde al diagnóstico del equipo programático del Presidente Boric de que no debería centralizarse la información únicamente en las tres autoridades del Minsal, como ocurría con la administración saliente. Y a la idea de que sean los propios técnicos y jefes de división quienes puedan comunicar cuando corresponda la información de primera mano. Eso, también, como principio de transparencia.