Reguetón, el pueblo unido y Los Salieris de Charly: La fiesta con que el comando de Boric celebró el triunfo
Cerca de 70 personas festejaron con el triunfo en el piso 3 del hotel Fundador. Había champaña, cerveza y todos querían celebrar, pero Boric los llamó a cuidarse: “No cometamos errores”. La fiesta terminó después de las 4 de la mañana.
Fue cerca de las 23 horas de anoche cuando el presidente electo, Gabriel Boric, regresó al hotel Fundador tras su discurso ante una Alameda repleta de gente. Lo primero que hizo -acompañado de su pareja, Irina Karamanos- fue reunirse con sus padres para digerir lo que estaba pasando y comenzar así celebrar su triunfo. Tras un rato con la familia, el diputado apareció en el salón de eventos del piso tres, donde lo esperaba ansioso su equipo de trabajo para festejar. Con su jingle de campaña de fondo, Boric entró e improvisó un emotivo discurso: les dijo que aún no se daba cuenta de lo que habían logrado, que ya habrá tiempo para llorar y les dio las gracias.
“Fueron palabras cortas y precisas. Agradeció a la gente del comando y de sus equipos de campaña. Y habló de que era un triunfo colectivo y que no se trata de él”, comentó uno de los presentes.
Pero también les pidió un favor. Les dijo: “Celebremos, pero cuidémonos y no cometamos errores iniciales”. El llamado del nuevo presidente fue a vivir los festejos con tranquilidad. De ahí que varios optaron por no subir contenido a sus redes sociales. Sobre todo los que tienen cargos públicos.
Al hotel llegaron alrededor de 70 personas: el corte era más bien quienes colaboraron día a día en la campaña -desde sus coordinadores programáticos a los encargados de la franja- que dirigentes de partidos políticos, aunque obviamente su círculo más estrecho llegó a celebrar: Izkia Siches, el diputado Miguel Crispi, Antonia Orellana, Matías Meza-Lopehandía y los constituyentes Ignacio Achurra, Giovanna Roa y Constanza Schonhaut, entre otros.
Más tarde, a las 00:13, llegó Giorgio Jackson. Gonzalo Winter recién apareció a la 1.27, por las entrevistas televisivas que ambos debieron dar en la noche. La diputada Camila Vallejo, muy cercana a Boric, no apareció.
En el salón hubo baile. Se escucharon reguetones antiguos y la música, comentaban algunos asistentes, fue “como de matrimonio”. ¿La canción que más se escuchó? “Nuevo Chile”, el último jingle de la campaña de Boric, que varios coreaban afuera del hotel cuando salían a fumar. Ahí, en la vereda de la calle París, uno le preguntaba a otro: “¿Qué hay para tomar?”. “Le ganamos por un millón de votos, hay que celebrar con todo”, le respondieron.
La fiesta, en todo caso, era con bar abierto. Pero de la comida se escucharon quejas: algunos dijeron que no fue suficiente.
Gabriel Boric no salió del hotel. Según contaron, se durmió temprano. Al igual que sus padres, que regresan entre hoy y mañana a Magallanes.
Pero la celebración seguía y amenazaba con trasladarse: alrededor de las 1 am aparecieron militantes radicales a invitar al equipo Boric a seguir la fiesta en la sede de su partido, también en la calle París, frente al Partido Socialista. “Si les reclaman algo del hotel, nosotros estamos celebrando acá al lado”, les dijeron. Pero la invitación no tuvo eco.
A las 3.40 el círculo en la pista de baile ya se iba achicando: Se oía el canto El pueblo unido jamás será vencido, seguido por Los Salieris de Charly, de León Gieco, que gritaban desenfrenados cuando tocaba la parte que dice “Queremos ya un presidente joven. Que ame la vida, que enfrente la muerte”, que se convirtió en un eslogan a lo largo de la campaña. Horas antes, la misma canción había sido coreada desde la tarima en la que Gabriel Boric dio su discurso ganador.
La previa
Los invitados a vivir las horas finales estaban divididos por pulseras. Mientras que las verde-limón eran para sus más cercanos, como Antonia Orellana, quien lloraba en las afueras del hotel, o Nicolás Grau, las celestes eran más flexibles. En ese grupo estaban los alcaldes Tomás Vodanovic, Claudio Castro y Gonzalo Durán y, también, personas del mundo de la cultura, como el actor Álvaro Gómez, la actriz Daniela Vega y el humorista Fabricio Copano.
Todos, independientemente de la categoría, partieron en masa al escenario ubicado en Santa Rosa con la Alameda para ver el discurso, intentando caminar entre la enorme cantidad de personas que llegaba para escuchar al Presidente electo. Varios trataron de ingresar por San Francisco, pero los accesos ya estaban cortados. El punto de referencia era el alcalde Vodanovic, por sus casi dos metros de altura. No mucho después la paciencia del grupo, que seguía sin poder llegar al escenario, empezaba a colmarse.
“Parecemos como esos tours de abuelitos en que un guía tiene la bandera”, le decía Durán a Vodanovic, mientras la masa de gente les pedía fotos y no los dejaba avanzar. En ese grupo también estaban las alcaldesas Irací Hassler y Emilia Ríos, además de algunos miembros del equipo, como la socióloga Lucía Dammert y el experto en seguridad Eduardo Vergara.
“Vamos a tener que ver el discurso por YouTube”, bromeó el alcalde de Maipú.
Y así fue. Varios, algunos más molestos que otros, debieron vivir el histórico momento escuchando las palabras de Boric desde atrás del escenario.
Incluso algunos, como Achurra, Schonhaut y Roa, optaron por sacar su celular y verlo sentados en el piso, mientras algunas lágrimas asomaban en sus rostros.
Emocionados por el momento, volvieron todos al hotel. Ahí sí empezó la fiesta.
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