Reprobados en matemática legislativa: cómo se derrumbó la mayoría con la que contaban Marcel, Uriarte y Tohá en la Cámara
La diputada Pamela Jiles y la senadora Ximena Rincón fueron decisivas en el desmarque de algunos legisladores, que finalmente no dieron su apoyo a la reforma tributaria. El episodio revivió el déficit legislativo que venían evidenciando las ministras del comité político, con la novedad que ahora ese problema se extendió al titular de Hacienda.
Ochenta votos era el pronóstico optimista que transmitía el gobierno a inicios de año para aprobar la reforma tributaria.
No obstante, este proyecto estructural del programa del Presidente Gabriel Boric -que es la base para financiar otras iniciativas emblemáticas- solo contó con 73 votos a favor, versus 71 en contra y tres abstenciones.
Esa votación se transformó en la derrota legislativa más severa que ha sufrido La Moneda en el último año y revivió el déficit legislativo que venían evidenciando particularmente las ministra Ana Lya Uriarte (Segpres) y Carolina Tohá (Interior), con la novedad que ahora ese problema se extendió al titular de Hacienda, Mario Marcel.
Por ello, el episodio dio paso a soterradas recriminaciones en el oficialismo en vista de que no será sencillo reponer la fracasada iniciativa. Todo ello, en la antesala de un cambio de gabinete.
Las proyecciones optimistas -de que la reforma tributaria pasaría la valla de la Cámara- eran alentadas por los triunfos que logró anotarse el comité político de La Moneda con el rechazo, en enero pasado, de las acusaciones constitucionales al ministro de Desarrollo Social, Giorgio Jackson, y a la extitular de Justicia, Marcela Ríos, y la elección del diputado liberal Vlado Mirosevic, en noviembre de 2022, como presidente de la Cámara.
Sin embargo, ya el triunfo de Mirosevic, quien fue elegido por 77 de 155 diputados (un voto abajo de la mayoría absoluta), daba cuenta de que el predominio circunstancial que había logrado el oficialismo era frágil. Por su parte, las victorias más holgadas de Jackson y Ríos obedecían también a otras variables personales o políticas (como la división entre Chile Vamos y los republicanos).
Incluso, a pesar de que la derecha sufrió un golpe anímico con el fracaso de las dos acusaciones, el 26 de enero las fuerzas opositoras lograron propinarle una derrota simbólica al Ejecutivo, al no dar lo votos para la reforma constitucional que permitía renovar cada 35 días los estados de excepción (como el que se aplica en La Araucanía y el Biobío). Ese hecho -favorecido además por algunas ausencias sorpresivas de diputados oficialistas que estaban con viajes fuera del país- fue una advertencia y significó un golpe político para la ministra Tohá, quien no ha logrado impulsar la agenda de seguridad en el Congreso.
Uriarte -quien también venía damnificada con las fallidas nominaciones a fiscal nacional de José Morales y Marta Herrera, que no fueron aprobadas en el Senado-, tenía como gran desafío este año tratar de recomponer el diálogo político en la Cámara de Diputados para las reformas estructurales, luego del ciclo de acusaciones, cuyos rechazos le dieron un nuevo aire a su gestión.
Por ello, la derrota que le propinó la Cámara al Ejecutivo no solo terminó con la racha positiva que exhibía Marcel, también volvió a sembrar dudas respecto de la capacidad del gobierno para negociar y tener los votos suficientes para sus proyectos emblemáticos.
De partida, según comentaban legisladores oficialistas, hubo problemas de timing que no ayudaron a La Moneda.
Al forzar que se votara la reforma tributaria inmediatamente después del receso legislativo de la Cámara, que retomó sus funciones recién esta semana, el gobierno tuvo poco margen que actualizar el monitoreo de votos.
De hecho, algunos diputados que no dieron su apoyo al proyecto revelan que la última vez que conversaron personalmente con los ministros fue en enero.
También generó malestar en algunas legisladoras feministas que el gobierno -con acuerdo de la mesa de la Cámara- pusiera la votación de la reforma el mismo Día Internacional de la Mujer (8M), lo que producía un choque del punto de vista comunicacional de dos hitos importantes.
Producto del mismo 8M el ambiente también estaba más sensible en favor de las demandas femeninas y el altercado que protagonizó el ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, con la diputada ecologista Viviana Delgado, fue un factor que incidió en que tres legisladoras (la misma Delgado, junto a Pamela Jiles y Mónica Arce), que aparentemente estaban a favor de la reforma tributaria, se restaran sorpresivamente de la votación.
El diputado socialista Jaime Naranjo, quien preside la Comisión de Hacienda de la Cámara, responsabilizó a Jiles de haber liderado el desmarque de estas legisladoras. La diputada independiente tiene una abierta pugna con Marcel, quien se ha opuesto tenazmente a los retiros de ahorros previsionales. Y tras el rechazo de la reforma tributaria, llegó a la Comisión de Constitución, luciendo una banda que decía “sexto retiro”.
“A ellas se les preguntó si iban a votar a favor o en contra, antes de que salieran de la Sala, y dijeron que no tenían ningún problema con la reforma tributaria”, relató Naranjo.
Otro factor que contribuyó a desmoronar la mayoría -con la que supuestamente contaba Marcel para sacar la reforma tributaria- fue el rol de la senadora Ximena Rincón, exmilitante DC y hoy presidenta del Partido Demócrata (en formación).
La legisladora estuvo ayer en la sala de los diputados en los instantes previos de la votación y habría sido gravitante para que algunos diputados exmilitantes DC (Miguel Ángel Calisto, Joanna Pérez y Jorge Saffirio, quienes están asociados con la independiente Érika Olivera), votaran en contra.
Esta mañana, Rincón sinceró a través de redes sociales su postura y recordó que Boric en el pasado también votó en contra de la idea de legislar de una reforma tributaria de Sebastián Pïñera. “Lo que era válido para el señor pdte. Gabriel Boric como diputado, es válido para los diputados Joanna Pérez, Miguel Calisto, Erika Olivera y Jorge Saffirio. Esta reforma era mala para la clase media y los emprendedores”, posteó.
El día anterior, Rincón, junto al senador Matías Walker y los diputados Calisto, Pérez, Saffirio y Olivera, se reunieron y acordaron que rechazarían la reforma si el ministro Marcel no se allanaba a añadir más medidas en favor de las pymes y la clase media.
Finalmente el tiro de gracia lo dieron los diputados que son parte del subcomité PDG-independientes, que si bien han actuado en sintonía con el oficialismo en anteriores votaciones, esta vez rechazaron o se abstuvieron.
En el oficialismo admiten que particularmente faltó profundizar las conversaciones con este grupo, que pudo haber subsidiado el desmarque de las ecologistas y los ex-DC.
“Nosotros se lo advertimos al ministro Marcel. Solo hubo dos conversaciones de pasillo con el ministro, que no duraron más de tres minutos y él me indicó que presentara indicaciones, pero ya estaba todo cerrado, no podía”, dijo el diputado Rubén Oyarzo (PDG).
Sin embargo, también había otro tema de fondo. La estrategia de Marcel era sacar la reforma tributaria con los votos oficialistas y de grupos no alineados, apostando a dejar la negociación mayor con la derecha en el Senado. De hecho, los diputados de Chile Vamos se quejaron de que el gobierno no se abrió a propuestas opositoras, argumento que en todo caso es negado por el jefe de la billetera fiscal.
Catarsis en comité político
No había cómo esconder los rostros de desazón en el comité político extraordinario con los partidos oficialistas de este jueves.
A eso de las 10.00 comenzaron a llegar los líderes de los partidos a La Moneda. La cita, dirigida por Tohá, contó con la presencia de los ministros Marcel, Vallejo y Uriarte. Según asistentes, cada uno dio un detalle pormenorizado de la situación política en la que queda el gobierno tras el rechazo a la reforma emblema.
No hubo recriminaciones directas de los asistentes al comité político ni en particular al equipo que dialoga con el Congreso, pero sí hubo especial atención a las palabras de la ministra de la Segpres.
La titular de la cartera detalló -aseveran- sus continuas gestiones con las diputadas Delgado y Arce, y acorde a quienes escucharon su relato, el Ejecutivo contaba con esos votos hasta el mediodía. Incluso tras el impasse del ministro Ávila. Después, la historia es conocida: ambas parlamentarias salieron de la sala al momento de la votación, junto a la diputada Pamela Jiles.
“El trabajo el gobierno lo hizo. El problema es que no tenemos las mayorías. Cuando se comprometen votos que a última hora no entran a votar a la sala, ese ya no es un problema del gobierno, es un problema de aquellos que no cumplen su palabra. El trabajo legislativo y prelegislativo se hizo”, señaló la timonel PS, Paulina Vodanovic, tras la reunión.
Tema aparte fue la situación del diputado Andrés Jouannet, un punto que también habría sido conversado en la cita. En el oficialismo transmiten que el parlamentario por La Araucanía había comprometido su voto favorable a la iniciativa. Sin embargo, es algo que él niega. “El gobierno nunca trabajó conmigo respecto al voto de la reforma tributaria”, dijo a La Tercera PM.
En las bancadas oficialistas el ánimo es más crítico que en las dirigencias partidarias. En Apruebo Dignidad -particularmente entre los representantes de RD y PC- hay cierta molestia debido al nuevo tropiezo del comité político liderado por personeros Socialismo Democrático.
Si bien no es algo compartido, las críticas apuntan a la Segpres por haber establecido la votación de la reforma tributaria el mismo Día de la Mujer y no haber asegurado los sufragios. Algunos si bien dicen que es un golpe al gobierno en general, sí podría leerse como un baño de humildad a un sector del Socialismo Democrático que en septiembre pasado planteó que con el ingreso de sus dirigentes al comité político habría mejor gestión.
“Había ciertos votos ahí que era importante haber asegurado. Sabíamos que la votación iba a estar ajustada, lo conversamos con los ministros, de la preocupación que teníamos en los últimos minutos sobre los votos con los que se iba a aprobar (…). Y no se dio, hubo abstenciones. Dentro de esas, algunas que las contábamos como votos a favor y que el gobierno también había dicho que así iba a ser, como el voto del diputado Jouannet (…). No hay que dejar de hacernos las críticas correspondientes para ver por qué no pudimos asegurar esos votos que eran imprescindibles, ver si se realizaron las conversaciones correspondientes para asegurar la votación. Y si no se hicieron, hacernos la autocrítica y ver cómo podemos mejorar para las próximas votaciones”, sostuvo el jefe de bancada PC, Boris Barrera.
El diputado Jaime Sáez (RD) añadió que “resulta evidente que cuando se enfrenta un escenario negativo tan duro como el que ocurrió ayer, se tiende a buscar responsabilidades en todas partes. Pero creo que eso tiene que hacerse con la cabeza fría, en los espacios que corresponda, sin recriminaciones. Al menos la bancada FA está en esa disposición”.
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