Republicanos, Kaiser, Jiles, comunistas descontentos y los “incomprensibles” PPD: gobierno suma aliados inesperados para recortar financiamiento electoral

Macarena Lobos y Álvaro Elizalde.

La reforma que extiende a dos días las próximas elecciones incluye una disposición para bajar el reembolso fiscal por cada voto que obtienen los candidatos y sus partidos. En este tema no se dará el tradicional alineamiento de oposición versus oficialismo.


“Una buena de cuatro malas”, expresó el diputado José Carlos Meza (republicano), el martes en la noche, en la Comisión de Gobierno de la Cámara, al anunciar su apoyo a la indicación gubernamental que buscaba reducir el financiamiento electoral a candidatos y partidos en las próximas elecciones regionales y municipales.

La propuesta de La Moneda, que fue defendida por la subsecretaria general de la Presidencia, Macarena Lobos, era la misma que la mayoría de los senadores oficialistas (PS, PPD y un PC) habían rechazado en la Cámara Alta, ya que alteraba las reglas con las que los partidos están proyectando su gasto para los comicios de octubre.

Finalmente, con ocho votos a favor (un PC, dos Frente Amplio, una Demócratas, un radical, una PPD-independientes, un ex-PDG y un republicano), dos en contra (de la UDI) y tres abstenciones (dos RN y una PS), la enmienda fue repuesta exitosamente.

Con ese paso, la norma quedó incluida (hasta el momento) dentro de la reforma que extiende a dos días las próximas elecciones y que incluye un paquete misceláneo de medidas electorales, desde consagrar el lápiz de pasta azul y multas a quienes no sufraguen, hasta temas de financiamiento electoral.

Lo sorpresivo para La Moneda es que aquella votación era un adelanto del revoltijo de votos que se podría dar en la sala de la Cámara, donde no se dará el tradicional alineamiento de oposición versus oficialismo al momento de zanjar esta disposición que reduce el financiamiento fiscal a las campañas.

Incluso, se dará un escenario en que el gobierno contará con el apoyo de diputados que suelen ser críticos de las políticas gubernamentales.

Además de los republicanos, la indicación para reducir el gasto fiscal será apoyada por independientes como Johannes Kaiser y Pamela Jiles, quienes tienen una clara posición distante del Ejecutivo.

“No sé cómo voy a votar el tema de los dos días..., pero me parece que lo relevante de este proyecto es la indicación presentada por el gobierno. Se hace cargo del Chile real. Y en el contexto de estas elecciones, los partidos pretenden sacar tal cantidad de plata, que convierten estas elecciones en un negociado. Este problema lo intenta resolver la indicación del gobierno, que yo he titulado como ‘esta platita ya no será tuya’ y que yo votaré a favor”, dijo Jiles.

El diputado Kaiser dijo que “voy votar en contra de aumentar a dos días las elecciones, pero respecto de la indicación del Ejecutivo para reducir la plata que se paga por voto, esa la voy respaldar”.

“En un país con tantas necesidades, es mejor que los recursos queden en las arcas fiscales, en vez de los partidos”, expresó el diputado Stephan Schubert, jefe de bancada republicanos-independientes.

No solo eso. Al menos en este tema, La Moneda tendrá alineados a sectores del oficialismo que suelen actuar con cierta rebeldía.

Por ejemplo, a favor de la indicación ayer votó el diputado Matías Ramírez (PC), quien es parte de un grupo dentro de su partido que reiteradamente ha manifestado su descontento por la marcha del gobierno sobre todo en materia de seguridad y de DD.HH. “Muchas de las víctimas (del estallido social) vieron en el actual gobierno la posibilidad de avanzar en verdad, en justicia, en reparación, y creo que eso se ha debilitado en el transcurso de estos dos años”, dijo Ramírez, en una entrevista de febrero de este año.

La bancada PPD-independientes, conocida por su autonomía respecto de las directrices de La Moneda, también acordó respaldar férreamente al gobierno en la reducción del gasto, aun cuando sus senadores votaron en contra, entre ellos el presidente del partido, Jaime Quintana, y Ricardo Lagos Weber, quien preside la Comisión de Hacienda.

Este mismo grupo de diputados PPD-independientes viene de protagonizar un duro altercado con la ministra del Interior, Carolina Tohá (PPD), quien calificó como “incomprensible” que su bancada, de la que fue parte en sus años de diputada, votara en contra de una reforma que modernizaba la actual Ley Zamudio (que establece medidas para prevenir y castigar la discriminación).

El voto a favor de la indicación del gobierno, en todo caso, ya fue ratificado por el jefe de bancada, Jaime Araya (indep.-PPD), y ya tuvo una manifestación en el apoyo de la diputada Camila Musante (indep.-PPD), quien es parte de la Comisión de Gobierno que ayer aprobó este recorte. El mismo compromiso de votar a favor expresó el diputado Raúl Soto (PPD), quien fue el que le respondió en términos más duros a Tohá en la reciente polémica.

$30 mil millones

Las razones del Ejecutivo para impulsar una rebaja del financiamiento a las campañas se sustentan en la vigencia del sufragio obligatorio, que además tendrá una multa de hasta $200 mil a quienes no voten.

Dado que se prevé que habrá una mayor concurrencia a las urnas, ello impactará directamente en las arcas fiscales, pues actualmente los partidos y los candidatos reciben un reembolso por cada voto obtenido. Por lo tanto, si aumentan los votantes, inevitablemente también el Estado -a través del Servel- tendría que incurrir en un mayor desembolso de recursos, estimado en $30 mil millones adicionales.

El Ejecutivo propone que el reembolso fiscal a los candidatos sea rebajado de $1.500 a $970 por cada voto recibido, mientras que la devolución adicional, que se entrega a los partidos -que patrocinan a esos postulantes- baje de $560 a $370. La idea de La Moneda es que estos dineros fiscales se sigan entregando según gasto rendido.

Pese a los argumentos de responsabilidad y ahorro fiscal que ha esgrimido el gobierno, no todos en el oficialismo ni en la oposición están convencidos.

Mayoritariamente el PS y la UDI rechazarán el recorte. En el PC, RN y la DC están divididos, mientras que los liberales y radicales aún no fijan postura.

Por su parte, el Frente Amplio está mayoritariamente a favor de reducir el aporte a las campañas, al igual que los republicanos, los PPD, los Demócratas y gran parte de los independientes.

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