Romy Rutherford: La jueza detrás de la investigación del millonario fraude en el Ejército
La ministra en visita lidera la investigación por la presunta defraudación en la institución castrense. Es reconocida por lo acuciosa en sus indagatorias y en su historial luce el mérito de haber logrado la primera condena por lavado de dinero en Chile.
El 6 de agosto de 2013 se realizó la inauguración de la Clínica Lo Curro. El lanzamiento de este centro, promocionado como el primer recinto especializado en "Wellness" (disciplina que busca un equilibrio saludable entre los niveles físico, mental y emocional), contó con la participación de cerca de 200 personas y la animación de Viviana Nunes. Entre las asistentesse encontraba Romy Rutherford, la ministra que hoy tiene en vilo al Ejército, ya que investiga 21 aristas relacionadas al fraude en la institución castrense.
A comienzos de esta semana realizó la última actuación en este caso, que consistió en procesar y detener a quien era el jefe del Estado Mayor del Ejército, el general (R) John Griffiths. Esto, en el marco de la arista llamada "agencias de viaje", en que se indaga eventuales fraudes al Fisco producto de transacciones bajo la figura de las comisiones de servicio.
Un abogado que pidió reserva de su identidad describió así la manera en que ella lleva sus casos: "Es una magistrado que se dedica con bastante energía a sus causas, que tiene un estilo de investigación hermético, por líneas separadas, que en sus interrogatorios tiene variaciones de ritmo, intensidad y tono, que muchas veces es bastante fuerte con los interrogados, los que se pueden ver sorprendidos por, en general, su trato amable, que puede cambiar de un segundo a otro a áspero y confrontacional".
Rutherford, soltera y madre de dos hijos, desde 2014 es integrante de la Corte de Apelaciones de Santiago. Su presencia no pasa inadvertida en el Palacio de Tribunales: su frondosa cabellera rubia y sus coloridos atuendos destacan entre los tonos grises que suelen reinar en la sede jurídica. Además, otra característica que se le reconoce es que gusta de la vida saludable.
Los funcionarios del poder judicial la reconocen como una mujer amable, pero de carácter. Dicen que es un relojito: todos los días ingresa a su oficina a las 7:30 y se retira a las cinco. Sus más cercanos detallen que otras de sus rutinas es el gimnasio, donde diariamente, como le cuenta a sus amigos, dedica una hora para "sacarse el estrés del día".
Otra de sus facetas es su permanente interés por perfeccionarse en la investigación de delitos. Rutherford se tituló de abogada en la Universidad Gabriela Mistral y luego realizó sus especializaciones en la Universidad Católica. Actualmente está en el proceso de terminar su doctorado, para lo cual se encuentra trabajando con la profesora Elena D'Alessandro de la Universidad de Turín, en Italia. Para obtener este grado está desarrollando una investigación titulada: "La proscripción del abuso del derecho como límite al ejercicio del derecho de acción en el marco de la normativa procesal civil chilena", la cual es dirigida en Chile por el profesor Goldenberg.
Durante su paso como ministra de la Corte de Santiago, también se pronunció sobre un tema especialmente sensible: la situación en que se encuentran los presos en las cárceles. Así, en febrero de 2016 se hizo público cuáles eran sus apreciaciones respecto a los internos que se encontraban en la ex Penitenciaría. Sus palabras relataron una dura realidad, indicando que este recinto los presos estaban en situaciones que "en ocasiones, llega a estar reñida con lo más elementales estándares que exige dignidad humana. La cantidad de internos que duermen casi apilados, unos sobre otros, en reducidos espacios, con nula ventilación y luz natural, en condiciones insalubres, con presencia de chinches y otros parásitos".
Primera condena por lavado de dinero
Uno de los primero hitos en su carrera lo marcó como titular del Segundo Juzgado del Crimen de Santiago. Ahí le tocó indagar el caso del Clan Mazza, logrando la primera condena en Chile de lavado de dinero por un monto cercano a los US$ 300 millones. Hoy este caso sigue siendo materia de estudio en la escuela de la PDI. También durante algún período encabezó indagatorias por casos de derechos humanos.
El 18 de noviembre de 2014 pasó a ser relatora de la Corte Suprema y en marzo del año pasado asumió el rol de ministra de la Corte Marcial, instancia en la que suele haber predominio masculino. Esta posición llevó consigo una nueva tarea: liderar las pesquisas por el fraude en el Ejército, con lo cual asumió el rol de ministra en visita.
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