“Se fue muy chiquitita de Chile; llorábamos por ella”: los sacrificios de Macarena Pérez que la tienen brillando en los Juegos Olímpicos
Con su quinto lugar en París, la chilena consigue por segunda vez consecutiva un diploma olímpico. A sus 27 años ya sabe lo que es ganar medallas Panamericanas y luchar por la visibilidad de su disciplina en las grandes ligas. Su madre repasa su carrera.
Chile tuvo su primera gran protagonista en estos Juegos Olímpicos. Se trata de Macarena Pérez, quien este miércoles disputó la final del BMX Freestyle en plena Plaza de la Concordia. Finalizó quinta (manteniéndose mucho tiempo tercera) y consiguió por segunda vez un diploma olímpico, reconocimiento que se entrega a los atletas que finalizan entre los puestos 4 y 8 de cualquier competencia en la cita de los anillos.
Si bien su historia de momento quedará marcada por lo conseguido en Tokio y París, algunos de sus grandes hitos van incluso más allá del olimpismo. Pionera del BMX en el país, dejó su vida en Chile para especializarse en Estados Unidos. Ahí, conoció a las mejores exponentes del planeta, se transformó en una de ellas e incluso presionó a los X Games para reconocer la categoría femenina entre sus pruebas.
Todas esas decisiones y actitudes hoy la tienen en la élite absoluta. Por logros, incluso, se posiciona como una de las sudamericanas más grandes de la historia para su disciplina. Aquí se hace un repaso de todas estas postales. Contadas por su madre, Carolina Grassett, y por ella misma.
Referencia olímpica
Su deporte, el BMX Freestyle, es nuevo para el mundo de los Juegos Olímpicos. Su primera aparición fue recién hace tres años, en Tokio 2020. El país nipón apostó para su edición por las especialidades urbanas, permitiendo el ingreso tanto la disciplina de Pérez como del skate. Una apuesta que desde el Comité Olímpico Internacional aplauden, ya que estas nuevas modalidades han permitido que un nuevo público sintonice y asista a las competencias. Por ejemplo, en la final del skateboarding street el presidente del COI, Thomas Bach, estuvo presente en las gradas junto a la leyenda Tony Hawk.
En este escenario de exposición y expansión, Macarena Pérez ha tenido un rol protagónico. La atleta de Vans alcanzó el octavo puesto en Tokio y ahora en París repite final, firmando un potente quinto lugar gracias a sus 84.50 de puntaje. De esta manera también se transformó en una de las cuatro atletas que logró instalarse en las definiciones de ambos Juegos Olímpicos, aunque con la particularidad de que en Japón no hubo fase clasificatoria, sino que se disputó solo la final.
“Se vivió a fondo, lo disfruté, di lo mejor de mí. Me fue mejor de lo que esperaba, bien incluso sin un par de trucos que tenía, pero que no pude hacer. El cariño de la gente se sintió super fuerte, estoy super agradecida por todo lo que me han entregado, por creer en mí”, señalaba tras ese quinto puesto que además la iguala con Mario Masanés (Londres 1948) como la mejor exponente del país en una prueba olímpica en el ciclismo.
Durante su paso por París también se vio un momento muy emotivo. No fue en la final, sino que en la ronda clasificatoria. Desde Tokio 2020, la organización olímpica, pone pantallas en ciertas competencias para que así algunos atletas puedan tener un momento para hablar con sus familias que los siguen desde lejos. En el BMX Freestyle una de las elegidas fue Pérez. “Nos contactaron desde los Juegos Olímpicos. Nos mandaron un link y yo y sus hermanos nos pudimos comunicar con ella. La felicitamos más que nada, darle ánimos y decirle lo orgulloso que estábamos de ella. Mañana (hoy) también nos conectaremos, pero sea cual sea el resultado para nosotros ya es una campeona”, comenta a El Deportivo su madre, Carolina Grassett.
Boicot a X Games
En 2019 Macarena Pérez junto a otras de las mejores exponentes sentaron un precedente ante los X Games. “Nos invitaron para un demo, pero conversamos entre todas y decidimos que no íbamos a ir hasta que nos dieran la categoría”, señaló en entrevista con este medio.
Fue una apuesta importante, sobre todo pensando en la relevancia que tienen los X Games para el mundo de los deportes urbanos. Desde que el evento, organizado, producido y transmitido por ESPN, comenzó a ganar popularidad a mediados de los años 90 las mayores figuras de aquel mundo explotaron ahí. Tony Hawk hizo por primera vez el 900 en su edición de 1999. Shaun White se aburrió de ganar preseas doradas en sus versiones de invierno y Travis Pastrana impactó al mundo con el double backflip en motocross de 2006.
Por lo mismo, Pérez no dudó en aceptar la invitación de 2018 a hacer una demostración. No era la primera vez que los X Games apostaban por eso, pero sí iba a ser la última en seis años. “Nos invitaron a esta demo y fue muy bonito pero nos sentíamos dejadas de lado porque no había cobertura, no era una competencia, entonces quedaba un vacío”, relata.
Un año después, cuando fueron invitadas nuevamente optaron por la decisión de golpear la mesa. “Lo hicimos para generar presión y recién este año nos volvieron a preguntar si estábamos interesadas de participar si es que formaban la categoría femenina. No me quise hacer ilusiones porque una cosa es que pregunten y otra que lo hagan y que estés invitada. Pero ahora estoy muy emocionada”, contaba solo semanas antes de aparecer en Ventura, California para la edición 2024 de los X Games. Quedó cuarta de diez participantes, entre las que se encontraban Perris Benegas (plata en París), Natalya Dieh (bronce en París) y Hannah Roberts (plata en Tokio 2020).
El cambio de país
Cuando Macarena Pérez dejó el colegio tenía una idea clara. La Universidad no era su plan inmediato, lo que quería hacer era tomarse un año y conocer Woodward en California, la meca para los seguidores del BMX. Fue ahí que comenzó a hacerse un nombre y sobre todo a competir. “Se fueron dando más campeonatos, oportunidades, demos, Vans también me ayudó mucho, entonces ahí empecé a ir y venir a Estados Unidos, de repente eran uno o dos o tres meses, que era lo máximo que permitía la visa de turista”, relató hace un tiempo a este medio.
Esa experiencia y la oportunidad de poder compartir con Coco Zurita, leyenda chilena de la disciplina, la llevó a tomar la decisión de postular a una visa de deportista que le iba a permitir estar dos años en Estados Unidos. Vivió y entrenó con el oriundo de Santiago quien está radicado en California desde 2001. Fue ahí que pavimentó su presencia en Tokio 2020.
Pero el paso por la costa oeste se terminó hace un año y llevó sus maletas a Carolina del Norte para entrenar en el Daniel Dhers Action Sports Complex, propiedad del ciclista venezolano y entrenador de la delegación china en París 2024. Un nuevo proceso que también trajo cambios en la forma de ver su carrera. “Este último año he estado muy consiente entrenando, no solamente en la bici, sino que también en el gimnasio. Estoy con una psicóloga deportiva que también me ha ayudado mucho y esas son cosas que no sabía cuando era niña. No sabía lo que era el entrenamiento, no sabía lo que era un plan de alimentación de una deportista de alto rendimiento. Tuve que aprender recién a mis veinte y tantos años todo eso, entonces recién estoy viendo los resultados que he tenido en estos últimos años”, confesaba a La Tercera antes de viajar a París.
Todo ese viaje lo ha hecho lejos de casa, algo que para su familia sigue siendo difícil de vivir. “Se fue muy chiquitita a Estados Unidos. Fue un proceso que al principio costó mucho, ir a dejarla al aeropuerto, echarla mucho de menos, llorábamos de repente. Con el tiempo nos fuimos acostumbrando, pero seguimos extrañando cada vez que se va. La tecnología nos ha servido mucho y estamos en constante contacto con la Maca. Al principio fue súper difícil”, relata su madre.
Este camino eso sí, también le ha permitido tener una visión clara de su rol en el deporte. “Yo cuando joven no veía a otras mujeres haciendo esos trucos. En Chile también hay un futuro muy grande de niños y niñas que están empujando para ser profesionales”, responde cuando se discute sobre su figura como referente. También sabe que la cita de los anillos tiene mucho que ver con eso: “Con la llegada del BMX a los Juegos Olímpicos se abrieron muchas puertas. No solo para los deportistas, sino que también para los niños y niñas que sueñan con un futuro en el BMX. Ahora tienen algo más para donde apuntar, porque las federaciones empezaron a formar clubes y programas de entrenamiento”, concluyó.
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