Secretario Ejecutivo de la CIDH: "El número de heridos por las protestas en Chile es muy alto en comparación a lo que ha ocurrido en otros países"

Culminada la misión de observación en Ecuador, tras el estallido social que desató en ese país una serie de medidas económicas dictadas por el presidente Lenín Moreno, el Secretario Ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Paulo Abrao, analiza la situación de Chile y advierte sobre el alto número de heridos que han dejado las manifestaciones desde el pasado 18 de octubre.

El abogado brasileño sostiene que la instancia internacional tiene una "profunda preocupación" por lo que está ocurriendo en el país en materia de DD.HH. y señala que, según le han informado, la Cancillería chilena aún no da respuesta a su solicitud de enviar una misión observadora. "El tema sigue siendo estudiado por parte de las autoridades", dice.

Además, Abrao señala que "sería precipitado concluir sobre un patrón de sistematicidad" respecto de las denuncias de violaciones a los DD.HH. que se han registrado antes de una "evaluación global".  "Por eso es que para la CIDH sería muy importante concretar esta visita para, luego de una evaluación muy detallada, poder concluir sobre qué tipo de patrones de violencia se ha generado", subraya. El jurista también rechaza la violencia como una forma de protesta y, a la vez, sostiene que el hecho de que haya manifestantes heridos en sus rostros "es un indicio muy fuerte del uso desproporcionado de la fuerza y la ausencia del cumplimiento de los protocolos".

Por otro lado, adelanta que -en el marco del periodo ordinario de sesiones de la CIDH- el próximo lunes, en audiencia pública, se abordará la situación de Chile, cita a la que, según explica, está previsto que acudan autoridades del gobierno.

¿Cuáles son las denuncias que ha recibido la CIDH y que motivan el interés de visitar Chile para observar la situación de los derechos humanos en el país?

La Comisión, desde el inicio de las protestas, ha recibido un sinnúmero de denuncias muy complejas sobre hechos de violencia al interior del país. Son denuncias que involucran informaciones sobre personas heridas, sobre el uso desproporcionado de la fuerza por parte de la seguridad pública y las consecuencias, en materia de restricción a los derechos fundamentales, debido a un decreto de estado de excepción y, también, sobre las personas heridas durante las manifestaciones. Estas denuncias fueron acompañadas de una solicitud muy urgente que llegó a la CIDH firmada por más de 150 organizaciones e instituciones de DD.HH. del país donde se le pedía a la Comisión solicitar al Estado chileno la anuencia para una visita, la que es típica del mandato del Sistema Interamericano de Derechos Humanos en estas ocasiones.

¿Ha recibido alguna respuesta a la solicitud que hizo a la Cancillería chilena ?

Hemos mantenido contacto con la misión de Chile junto a la Organización de Estados Americanos (OEA) y nos han informado que el tema sigue siendo estudiado por parte de las autoridades del país y la CIDH está pendiente de la respuesta. Asimismo, está previsto para el próximo lunes una audiencia pública en el marco del periodo de sesiones de la CIDH que se realiza aquí en Ecuador donde estarán presentes organizaciones de la sociedad civil y también representantes estatales y, específicamente, se tratará la situación de las protestas en Chile.

El ministro de RR.EE. Teodoro Ribera aseguró que le envió un informe detallado respecto de la situación del país. ¿Ha podido leerlo? ¿Qué percepción le dejó?

La CIDH solicitó al gobierno la semana pasada, por medio de una carta, un conjunto de informaciones que tiene que ver con el primer conjunto de denuncias que había llegado a la Comisión. El gobierno de Chile siempre responde a las solicitudes formales del sistema y efectivamente nos ha enviando una respuesta con la información que será objeto de análisis por parte de la CIDH durante el periodo de sesiones. No podemos adelantar ninguna información en este momento.

¿Cómo ha visto la CIDH la situación de crisis que vive Chile?

La CIDH publicó un comunicado expresando su profunda preocupación sobre lo que está pasando en Chile. Entendemos que las reivindicaciones que surgen desde la sociedad son parte de una agenda de exigencia por más derechos, por más servicios públicos, por un Estado más eficiente. Y nuestra preocupación es que el Estado tiene el deber de proteger el legítimo derecho a protestar por parte de sus ciudadanos y la respuesta a estas protestas ha sido un número muy alto de heridos, personas detenidas, que es muy poco común en tiempos ordinarios y regulares. Lo que justifica una acción de respuesta basada en DD.HH. Obviamente que entendemos que el gobierno ha intentado responder a estas demandas sociales, pero las tensiones continúan en las calles. Entonces, es exactamente por esta razón que es tan importante la presencia del escrutinio internacional del sistema de DD.HH. para que se genere confianza en la sociedad civil sobre qué medidas están siendo tomadas para responder adecuadamente a esta inquietud social.

Acá se ha abierto un debate respecto de si hay o no una violación generalizada respecto de derechos fundamentales de las personas. ¿Cómo lo ve usted en términos de lo que son las cifras oficiales? Hasta ahora hay 5.012 personas detenidas, 1.778 heridas y cerca de 200 querellas por torturas, según el cifras recogidas por el Instituto Nacional de DD.HH. Esto, sin contar las muertes que se han denunciado habrían sido cometidas por fuerzas de orden y seguridad en medio del Estado de Emergencia, las que serían cinco. 

Entendemos que parte de la violencia se ha generado no exclusivamente por las fuerzas estatales sino también muchas veces por parte de sectores de manifestantes durante las protestas. Y la CIDH rechaza cualquier forma de violencia en las manifestaciones. Pero respecto a su pregunta, en este caso específico, de un cierto patrón de violaciones a un número muy alto de personas, hay que evaluar de manera muy objetiva y prudente si se trata o no de acciones que fueron deliberadamente implementadas por las distintas fuerzas de seguridad. A mí me parece que sería precipitado concluir sobre un patrón de sistematicidad antes de una evaluación global de todos los datos. Y por eso que para la CIDH sería muy importante concretar esta visita para, luego de una evaluación muy detallada, poder concluir sobre qué tipo de patrones de violencia se ha generado.

Usted habla de un alto número de heridos que sería poco común en este tipo de estallidos sociales. ¿Cómo lo ha visto en otros países?

Efectivamente, el número de heridos por las protestas en Chile es muy alto en comparación a lo que ha ocurrido en otros países y creo que nadie podrá negarlo. Aquí mismo en Ecuador ha habido protestas en el último mes, donde se ha generado también un número de heridos, pero proporcionalmente no alcanzó a las cifras de la realidad chilena. El Presidente de Ecuador permitió inmediatamente la entrada de la CIDH para una misión de observación y estamos en este momento trabajando en la elaboración del informe que establece un conjunto de recomendaciones al Estado para construir una hoja de ruta con las medidas de reparación y atención a todas las víctimas, colaborando incluso en el proceso de pacificación social. Y esa es la misa expectativa que nosotros tenemos en relación a Chile, que es un país democrático y abierto al escrutinio internacional. La CIDH podría ayudar a las autoridades y a la sociedad civil a identificar cuáles son los motivos de estas cifras tan altas, dónde está la responsabilidad de cada uno de los actores y cómo construir una agenda de futuro que tenga respeto al derecho de reparación y a la justicia de cada una de las víctimas.

Acá ha llamado mucho la atención que Carabineros esté disuadiendo manifestaciones pacíficas disparando perdigones a manifestantes. Según las cifras oficiales, hay al menos 160 personas con pérdida de sus globos oculares. ¿Cómo ve ese tipo específico de actuación de las fuerzas policiales?

El patrón de heridas en la cabeza de los manifestantes es un indicio muy fuerte del uso desproporcionado de la fuerza y la ausencia del cumplimiento de los protocolos de seguridad ciudadana. Y es exactamente eso lo que se debe verificar de manera muy objetiva y hay que identificar a los responsables. Es la obligación internacional de Chile y una condición para que la propia sociedad pueda recibir internamente un mensaje fuerte de que en ninguna circunstancia se tolerarán acciones de violencia que salgan de la esfera del uso profesional de la fuerza.

En caso de que se concrete su visita a Chile, ¿se reunirán con las víctimas de esos casos?

Si el gobierno procede a dar la anuencia a la visita, seguimos un protocolo que es similar para todos los países que visitamos. Esto es, básicamente, un conjunto de reuniones con todas las autoridades estatales responsables de distintas áreas vinculadas a las protestas. También nos reunimos con las víctimas y sus familiares, documentando sus testimonios. A su vez, la Comisión, también se reúne con los organismos internacionales presentes en el país, realiza reuniones de articulación y complementariedad con el sistema de las Naciones Unidas y con las instituciones autónomas de derechos humanos. Terminada esta fase de verificación en terreno, pasamos a la elaboración de un informe, donde se busca describir y analizar los hechos y concluir con algunas recomendaciones dirigidas al Estado. Nosotros estuvimos realizando visitas de esta naturaleza a Brasil, Honduras, Guatemala y  Nicaragua. Es parte del mandato esencial del sistema Interamericano de Derechos Humanos.