Sobrevive el emblemático Bar Cinzano en Valparaíso y prepara su reapertura para junio

En los años 90, cuando los hermanos Montecinos, Alejandro (56) y Eduardo (60), tenían 20 años, iban todos los fines de semana al Bar Cinzano. Con sus padres, tíos y primas, llegaban a las 5 de la tarde, se comían una chorrillana, y a eso de las 21.00 se paraban de la mesa y se ponían a bailar. Rock&roll, cumbia o twist. No se iban sino hasta las 4 de la madrugada.

Treinta años después, hoy los Montecinos están de nuevo en el Cinzano. Esta vez, como restauradores. Ambos integran el equipo que está remodelando la esencia del local, tras su cierre ocurrido en octubre del año pasado, cuando por falta de recursos el antiguo administrador debió bajar la cortina. Lo mismo pasó con La Piedra Feliz, el Bar La Playa, el Bar Inglés, El Desayunador, El Hamburgo y El Pimentón, todos tradicionales recintos de Valparaíso. El listado de locales afectados por la crisis en la ciudad Patrimonio de la Humanidad es extenso.

Pero pese al escenario económico y la crisis sanitaria causada por la pandemia, el dueño del edificio que alberga el Cinzano, Fernando Troncoso, quiso intentarlo de nuevo.

Este empresario de Valparaíso está invirtiendo en la rehabilitación del espacio, la formulación de una nueva marca y de una nueva propuesta gastronómica. Así lo cuenta el nuevo administrador, Mariano Muñoz (28). Su jefe, dice, no da entrevistas, pero asegura que “el interés del dueño es recuperar el Cinzano tal cual era”.

Muñoz explica que se proyecta la reapertura del bar -inaugurado en 1896- para junio de este año. Y en un mes terminarán las reparaciones: pintar y reparar paredes, vitrificar el piso, colgar los cuadros y maquetas de barcos de madera. Luego tendrán que sacar los permisos. Lo complejo, agrega, es que este nuevo Cinzano solo podrá funcionar en la Fase 3 del plan Paso a paso, con un aforo de 70 clientes, estima. Un poco menos de la mitad de lo que permite el espacio de 242 m2 (150 personas).

Ubicado en las inmediaciones de la Plaza Aníbal Pinto, en el centro de Valparaíso, el Cinzano no tiene terrazas, así que tampoco podrían atender en Fase 2. Por ello, la inversión de Troncoso -reconoce Muñoz- es arriesgada, “por los tiempos que estamos viviendo. Esta súper complicado. Puede que estemos cerrados y no podamos funcionar en los próximos seis meses. Depende de cómo se vaya dando la pandemia”.

De momento, repartir las especialidades (comida chilena y parrilladas) por delivery está descartado. “Las comisiones de las aplicaciones son muy altas. Te cobran como el 30%. Al final trabajas sin utilidad”, señala Muñoz.

¿Cómo resistirá un negocio que, posiblemente, deba permanecer cerrado? El administrador del local dice que como son dueños del edificio, no tienen que pagar arriendo. Además, otras inversiones del propietario ayudarían a sortear el tiempo en que no pueda abrir el Cinzano. “Esperamos que pase todo esto lo antes posible, para poder recuperar la inversión, que es bastante alta”, plantea.

El nombre del local también está en veremos. Muñoz dice que “los derechos del restorán (y su nombre) están en juicio. Por el tema del registro de marca me pidieron que agregara una palabra”. Por eso, de forma tentativa están evaluando “El nuevo Cinzano”.

En lo personal, para Muñoz “recuperar el Cinzano es recuperar la cultura gastronómica de Valparaíso. Creo que mantener este local cerrado es un daño a nosotros mismos, a los que nos dedicamos al rubro. Desde que partimos con las remodelaciones se ha acercado gente a felicitarnos, a agradecernos por preocuparnos de este local, que tiene muchas historias que no pueden quedar en el olvido”.

A diferencia del antiguo Cinzano, esta vez el local tendrá el segundo piso habilitado, donde antes, en la época de los hermanos Montecinos, funcionaban un escenario y salón de baile. Muñoz ya está en conversaciones con músicos de la ciudad, sobre todo del género del bolero, como Torito Alfaro, Los Chuchos, Lucy Briceño y Las Porteñitas.

El concejal y arquitecto Claudio Reyes, del Movimiento Valparaíso Primero, celebró la noticia. No solo como edil, sino también como antiguo cliente. “Cualquier iniciativa que vaya en beneficio directo de reactivar la economía local bienvenida sea, más aún cuando se trata de un local emblemático de la bohemia porteña como es el Cinzano. Lugar de encuentro de muchos porteños y porteñas, y visitantes de otras latitudes, que en torno a la música del tango, el bolero y hasta el himno de Wanderers, nos amarraba en largas noches de conversación con viejos y nuevos amigos. Espero que este desafío conserve el mismo ambiente y calidez que lo ha hecho conocido en Chile y en el extranjero”.