“Son diálogos que se dan de manera permanente”: exjueces desmenuzan el supuesto insulto de Ángelo Hermosilla que desató la ira del plantel de la U
Sebastián Miranda, técnico de Universidad de Chile, denunció que el árbitro había tratado con groserías a Luis Felipe Gallegos. De comprobarse, el comportamiento no sería nuevo en la relación entre los réferis y los futbolistas. Sin embargo, revive el debate sobre la conveniencia de correr las barreras establecidas por el reglamento.
“Lo del penal es interpretable, pero salir perjudicado de las dos decisiones me complica. Lo que sí me molesta y mucho, es que agreda verbalmente a mis jugadores, a Felipe Gallegos, que le venga a decir ‘quédate callado malo... eso es grave y por eso se arma todo el lío al final del partido”. El reclamo corresponde al técnico de Universidad de Chile, Sebastián Miranda. El estratega aún intenta digerir la caída frente a Audax Italiano, aunque se enfoca especialmente en el supuesto insulto del juez Ángelo Hermosilla hacia su jugador. Presunto, hasta que la investigación que realice el Tribunal de Disciplina de la ANFP determine su veracidad y las eventuales sanciones, contenidas en el Código de Procedimientos y Penalidades.
Según se puede apreciar en un video captado por TNT Sports, Felipe Seymour, capitán de la U, increpó al cuarto árbitro tras el pitazo final: “¿Te parece bien que le diga malo cul... a un jugador?”. Hasta aquí, es la palabra del futbolista y la de sus compañeros, contra la del juez y sus colaboradores. “Es algo penoso, no me gusta hablar de estos temas, es lamentable. Después de muchos años que llevo como profesional, jamás un árbitro me había insultado”, afirmó Gallegos. El plantel de la U también criticó a la asistente Loreto Toloza.
Lo concreto es que se trata de una situación controvertida, que incluso puede derivar en drásticas sanciones. La U, de hecho, no se quedará de brazos cruzados y oficiará a la ANFP para quejarse por el cometido de los réferis en sus últimos partidos en el Torneo Nacional. Esa materia es una de las que más inquieta a Azul Azul. Por eso, una de las primeras gestiones que realizó Mauricio Etcheverry, el nuevo asesor del directorio universitario, fue reunirse con la Comisión de Árbitros para plantear sus aprensiones. O que después de la victoria sobre Palestino envió una nota de protesta por la actuación de Nicolás Gamboa, quien estaba en el VOR, la cabina que controla el VAR. En esa ocasión, los estudiantiles procuraron ser didácticos y evidenciaron con imágenes los supuestos errores del juez.
Una práctica frecuente
La acusación contra Hermosilla obliga, necesariamente a separar el dogma de la experiencia. Del lado del primero se pone Gastón Castro, expresidente de la Comisión de Árbitros. “La instrucción es que el diálogo debe ser el mínimo. Siempre van a esgrimir que los insultan. El insulto es histórico. Muchos jugadores se escudan en él. Un árbitro que tiene problemas en el campo debe resolverlos con las tarjetas y el informe. No se va a arriesgar con el insulto. Es hilar fino. Los jugadores lo usan como excusa. Queda en el ambiente. Somos la autoridad. No he visto a un juez que insulte a un procesado. No digo que no haya ocurrido. No se puede ser tan extremista ni irse al ‘jamás’, que en muchos casos no existe. Ángelo fue alumno mío. Conociéndolo, dificulto mucho más que haya tenido una expresión de esa naturaleza”, sostiene.
”Ángelo es un árbitro muy callado, un hombre que se ve muy respetuoso en su manera de ser, que incluso es algo introvertido. No es del perfil de hiperventilado. No es el caso. Fui su profesor, lo evalué, hablé con él. Tuve charlas técnicas, personalizadas con él. Nosotros somos los entrenadores de los árbitros, por decirlo de alguna forma. Debemos saber las dificultades, de sus vidas. Eso nos sirve para designarlos o no”, profundiza, en relación al foco de la polémica.
Carlos Chandía representa a la experiencia. Al menos, a la más cercana, considerando que Castro también fue un juez destacado. Ambos ocuparon el parche FIFA, como jueces internacionales. “Muchas veces esa herramienta se usa para no expulsar a alguien. Tampoco es bueno vivir lleno de tarjetas rojas. Son diálogos que se dan de manera permanente. El árbitro también se llena y se sale de sus casillas. Por ahorrarse una tarjeta roja, echan mano a lo que más pronto salga, pero no con el ánimo de insultar o menospreciar. Es parte del código. Si se lo dijo a Sebastián, de quien tengo el mejor concepto, porque es un buen tipo, es lamentable”, plantea.
Eso sí, el actual alcalde de Coihueco advierte que hay que ser criterioso en la utilización de una que otra palabrota. “En algunos casos es peor. Todo depende de la capacidad del árbitro para ver en qué minuto o circunstancias lo lanza. Yo tengo a Ángelo como un tipo respetuoso, educado y buen árbitro. En Uruguay o Brasil se va a encontrar con cosas peores”, apunta.
A partir de esa respuesta, Castro aborda otra mirada: la particularidad de cada juez. “Son estilos. Carlos pudo establecer un estilo. Fue un árbitro bastante extrovertido, pero un gran árbitro. Tenía los méritos para dirigir un Mundial. En mi caso, que partí en 1968, eran otros tiempos y ahí no existía usar el ‘oye weón’. En mi época era grosería”, establece. Y recuerda cómo frenaba el ímpetu de los jugadores. “‘Déjame hacer mi pega, que es tan complicada’, les decía. Y los desarmaba”, recuerda.
Chandía analiza el caso particular entre Hermosilla y Gallegos. “Ángelo lo va a tener que pensar, meter tarjeta nomás. Yo hacía de todo un poco. Hay que distinguir lo visible de lo invisible. El insulto no se ve. Si el árbitro impone una imagen, no cualquiera va a llegar a putearlo. Cuando lo ven tembleque, abusarán. Siempre se nos dice que seamos inteligentes. Que aprendamos a distinguir lo visible de lo invisible. Si viene un tipo y me putea delante de más jugadores, no se lo puedo perdonar. La puteada tiene que ser de tú a tú. Los jugadores son bravos de la boca para afuera, porque tienen cámaras, entrevistas. Cada árbitro tiene su librito y su estrategia, pero hay que entender que no juegan palitroques. Juegan personas. Cada uno tiene su estilo, su forma de plantearse”, concluye.
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