Steve Witkoff, de magnate inmobiliario de Manhattan a protagonista de las mayores negociaciones geopolíticas de EE.UU.

Witkoff
Steve Witkoff con Donald Trump en Mar-a-Lago, Florida, el 7 de enero pasado. Foto: Archivo

El millonario compañero de golf de Donald Trump dejó el trabajo inmobiliario para dedicarse a una misión que nunca antes había realizado: ser el vínculo diplomático para mediar los alto el fuego en Gaza y, posiblemente, en Ucrania. Aliado por cuatro décadas del mandatario estadounidense, Witkoff se ha convertido en la cabeza de lanza de las negociaciones de Washington en el mundo.


No se trata de un desconocido de la vida política y comercial de Donald Trump, el Presidente de Estados Unidos. Al contrario, Steve Witkoff ha sido durante mucho tiempo uno de los confidentes del mandatario que en enero regresó a la Casa Blanca. Sin embargo, no hay duda de que es un neófito cuando de experiencia diplomática se trata, y pese a ello ha estado a cargo de algunas de las negociaciones geopolíticas más importantes de la incipiente pero ajetreada administración Trump.

Las labores que le han sido encomendadas no han sido pequeñas. En su papel de enviado especial de Estados Unidos a Medio Oriente, el magnate inmobiliario ha ayudado a negociar el frágil alto el fuego que existe entre Israel y Hamas y se ha mostrado a favor de crear una cumbre para impulsar la controvertida idea de Trump de reconstruir Gaza, señaló el periódico Bloomberg. El Wall Street Journal planteó que su cordial, pero directo modo de negociar lo llevó a presionar al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, para que se apresurara a aceptar la tregua. “El Presidente ha sido un gran amigo para Israel. Es hora de que Israel se lo devuelva”, le habría dicho, según el periódico. Pero no es todo, porque en el otro frente abierto, el de Rusia, también ha trabajado.

El mes pasado, por ejemplo, dio muestra de sus primeros logros personales en la política exterior cuando se reunió en Moscú con el Presidente de Rusia, Vladimir Putin -habló con él “durante un período muy prolongado, aproximadamente tres horas”, explicó el propio Trump- y retornó abordo de su avión junto al profesor estadounidense Marc Fogel, que cumplía una condena de 14 años en una prisión rusa tras ser detenido por tener en su poder marihuana recetada por un médico.

Este jueves el funcionario, que por casi 40 años ha sido amigo personal de Trump, aterrizó en Rusia para buscar negociar una tregua en la invasión a Ucrania. Según la prensa internacional, el enviado especial a Medio Oriente informará a las autoridades moscovitas los detalles de la propuesta de tregua acordada con los negociadores ucranianos el martes, en la ciudad saudita de Yeda. Y es él en vez de Keith Kellogg, el verdadero enviado especial para Rusia, quien ha estado en la primera fila de las conversaciones.

De momento, Putin planteó previo a la reunión que “sin duda apoyamos” un alto el fuego, pero que cualquier alto el fuego tendría que abordar las causas subyacentes del conflicto y que todavía quedan “cuestiones” que discutir. Durante una rueda de prensa tras conversar con el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, el mandatario ruso señaló que “estamos de acuerdo con las propuestas de cese de hostilidades”. “Pero partimos del hecho de que este cese debe ser tal que conduzca a la paz a largo plazo y elimine las causas originales de esta crisis”, añadió.

El Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pronuncia un discurso sobre el informe de empleo desde el despacho Oval de la Casa Blanca, el 7 de marzo de 2025. Foto: AFP

Otrora, los logros de este multimillonario inversor inmobiliario tenían más que ver con adquisiciones como el Daily News Building, que alojó al New York Daily News; el Woolworth Building, un rascacielos residencial, y el Park Lane Hotel de Manhattan, un hotel de lujo ubicado en Midtown Manhattan.

Ahora, el “afable emisario”, como lo han calificado personas que trabajan con él, lidera negociaciones con mandatarios, delegados presidenciales y cancilleres extranjeros. Su influencia ha sido tal, que según Bloomberg “los líderes mundiales tratan cada vez más a Witkoff”, y “algunos funcionarios europeos han empezado a llamarlo para que les dé su opinión sobre Trump, a medida que crece la alarma sobre la posibilidad de que Estados Unidos abandone alianzas históricas”, dijo una persona con conocimiento de esas reuniones.

Las negociaciones con Rusia

No es un escenario sencillo de tratar al cual se enfrenta Steve Witkoff. Su llegada a Moscú se da cuando las fuerzas rusas reconquistaron recientemente Sudzha, la mayor ciudad que ocupaba Ucrania en la región de Kursk, según información entregada por los rusos. El hecho no es menor, pues amenaza la única moneda de cambio territorial de Kiev en una eventual negociación para el fin de la guerra.

“En el curso de las operaciones ofensivas, las unidades del grupo militar del Norte liberaron los asentamientos de Melovoy, Podol y Sudzha”, dijo este jueves el Ministerio de Defensa ruso.

Además de lo territorial, el retroceso ucraniano tiene un componente simbólico para el Kremlin, pues si bien Sudzha es un lugar pequeño, con una población de unas 5.000 personas antes de la incursión ucraniana, era una de las únicas localidades pobladas que seguía en poder de Ucrania, explicó CNN.

En una conferencia de prensa, el vocero ruso, Dmitri Peskov, declaró que “el Presidente (Vladimir Putin) ha dicho que hay que hacerlo (recuperar los territorios en manos ucranianas) lo antes posible. (Llevará) todo el tiempo que sea necesario para salvar el máximo número de vidas de nuestros militares y civiles. Pero no hay duda de que la región de Kursk será liberada bastante pronto”. El miércoles, el propio Putin llegó vestido de militar a la región, como se vio en un video difundido por la televisión estatal rusa.

Donald Trump y el vicepresidente, J.D. Vance, se reúnen con el Presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, en la Casa Blanca en Washington, el 28 de febrero de 2025. Foto: Archivo

Es en ese contexto que Witkoff aterrizó en Moscú, donde se espera que presente la propuesta de una tregua de 30 días en la guerra con Ucrania. Los términos de dicha pausa ya cuentan con el visto bueno de Kiev y el gobierno de Volodymyr Zelensky. Es más, desde el país invadido en febrero de 2022 aseguraron que están dispuestos a que el cese en las agresiones comience a regir de inmediato. En la contraparte, los rusos plantearon que no aceptarían ninguna propuesta antes de conversar con Estados Unidos, lo que explica en parte el viaje de Steve Witkoff al gigante de Eurasia.

De todos modos, el miércoles, previo a la llegada del enviado especial norteamericano, la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajarova, aseveró que cualquier discusión de términos para el fin de la guerra o siquiera una tregua serían definidos “en Rusia y no fuera” de ella.

Y el jueves, a la espera de los resultados de la conversación, el panorama no se veía más auspiciador. Esto, porque el principal asesor de política exterior del presidente Vladimir Putin dijo que un alto el fuego de 30 días no sería beneficioso “para nada” en el caso de Rusia, mientras que regalaría a las fuerzas de Kiev un muy necesario respiro en el campo de batalla.

“Solo les da a los ucranianos la oportunidad de reagruparse, ganar fuerza y seguir con lo mismo”, dijo a la televisión estatal Yuri Ushakov, exembajador en Washington que suele hablar en nombre de Putin cuando de los principales asuntos de política exterior se trata.

A Moscú no le gusta una tregua temporal, le interesa una solución a largo plazo”, añadió, para luego aclarar que es su “opinión personal”.

Momentos después, el propio Putin señaló que había que negociar los detalles, pero en primera instancia “sin duda” apoya la idea de un cese en los combates. Por ejemplo, cuestionó si Ucrania podrá seguir recibiendo cargamentos de armas durante el alto el fuego de 30 días, consignó el diario The New York Times. También se preguntó por cómo se supervisará y aplicará el alto el fuego.

Un magnate como Trump

Son varios los elementos que cruzan las vidas de Donald Trump y Steve Witkoff. Hoy son compañeros de golf, pero su vínculo se remonta a un encuentro casual que involucró un sándwich de jamón y queso en una tienda de Nueva York casi cuatro décadas atrás.

De profesión abogado, el ahora diplomático trabajaba a las tres de la mañana en un negocio inmobiliario en el que estaba implicado Trump cuando bajó a comprar comida para él y su equipo, cuando se encontró con el magnate. Tenía hambre, pero no dinero. “Le pedí un jamón con queso suizo”, dijo ante un tribunal en 2023, cuando testificaba a favor de su amigo en el juicio de Trump por fraude. Ocho años después se volvieron a encontrar y resurgió la historia del pan, lo que encaminó una amistad de décadas, explicó el periódico The Guardian.

Esa larga amistad, que traspasa la posterior deriva hacia los extremismos de Trump, hace que su relación sea casi familiar. La adhesión es al hombre, no al político ni al movimiento Make America Great Again (MAGA), planteó el mismo medio.

Vista de la Torre Trump en la ciudad de Nueva York, el 2 de abril de 2023. Foto: Archivo

Fueron sus dotes de negociador las que hicieron que Trump le pidiera el importante puesto de mediador en los conflictos internacionales. Don Peebles, otro peso pesado del mundo inmobiliario estadounidense que conoce tanto al mandatario como al asesor, dijo al diario The Wall Street Journal que Witkoff “no es el tipo de negociador que quiere ver sangre derramada antes de cerrar el trato”.

Según Axios, asociados al magnate inmobiliario, lo describen como una especie de guante de terciopelo a la hora de negociar: suave y directo. Al mismo tiempo, un alto funcionario árabe afirmó al medio que “es evidente para todos en la región que Witkoff es el máximo representante de Trump, y que si se quiere llegar a un acuerdo, hay que hacerlo con él”.

Esa muñeca política se evidenció también en 2024, cuando ayudó a “aliviar la tensión entre Trump y su rival derrotado en las primarias presidenciales republicanas, el gobernador de Florida, Ron DeSantis”, consignó BBC.

De todos modos, no todo es color rosa en términos políticos. Al igual que Trump, sus vínculos comerciales han generado dudas sobre posibles conflictos de interés. Si con el mandatario los cuestionamientos son por su conexión con capitales rusos, en el caso de Witkoff es con países de Medio Oriente, han detallado medios como The New York Times, The Washington Post y Bloomberg.

Pero el enviado especial dijo a este último medio que los estadounidenses deberían juzgarlo por los acuerdos logrados, pues está trabajando en traspasar sus bienes a sus hijos. “Midan los resultados”, planteó a la agencia de noticias especializada en economía.

Muestra del vínculo es que “tanto la familia Witkoff como los Trump tienen participaciones en World Liberty Financial, una plataforma de criptomonedas presentada el año pasado”, señaló Bloomberg.

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