Talibanes intensifican su “apartheid de género” en Afganistán: ahora cierran los salones de belleza y peluquerías

Una mujer pasa cerca de salones de belleza en Kabul. Foto: AP

El régimen fundamentalista continúa imponiendo restricciones contra las libertades de las mujeres. Las mismas que han llevado a la ONU a denunciar una "persecución de género", un crimen contra la humanidad.


Este martes el gobierno talibán en Afganistán anunció una nueva medida que impone restricciones adicionales a las mujeres, limitando aún más sus derechos y libertades. Esta vez, se prohibió el funcionamiento de salones de belleza y peluquerías en todo el país, según confirmó un portavoz gubernamental.

La medida fue revelada por Mohammad Sadiq Akif Mahajir, portavoz del Ministerio de Propagación de la Virtud y Prevención del Vicio, que opera bajo el gobierno talibán. Aunque no se proporcionaron detalles específicos sobre la prohibición, se confirmó la existencia de una carta circulando en las redes sociales que establece la orden.

La carta, fechada el 24 de junio, transmite una orden verbal del líder supremo talibán, Hibatullah Akhundzada. “El ministerio envió una carta a los municipios para cancelar la licencia de los salones de belleza” a partir del 25 de julio, señaló el vocero.

Según el documento, la prohibición afectará tanto a la capital, Kabul, como a todas las provincias de Afganistán. Una vez pasado el plazo, los centros de belleza para mujeres “estarán prohibidos” en el país y se deberá presentar un informe de cierre. Las infractoras de la prohibición se expondrán a consecuencias legales, señaló Bloomberg.

Salón de belleza en Kabul. Foto: AP

El cierre de peluquerías y salones de belleza ya había sido parte de un amplio paquete de medidas impuestas por los talibanes durante su primer gobierno, entre 1996 y 2001. Pero tales locales habían reabierto en los años posteriores a 2001, con la invasión a Afganistán liderada por Estados Unidos.

Reaccionando a este cierre de salones de belleza, una mujer afgana habló anónimamente con la BBC: “Los talibanes están quitándoles los derechos humanos más básicos a las mujeres afganas. Están violando los derechos de las mujeres. Con esta decisión, ahora impiden que mujeres sirvan a otras mujeres”.

En tanto, en declaraciones a The Associated Press, la dueña de un salón de belleza indicó que era la única persona que sostenía a su familia, luego de que su esposo muriera en 2017 en un atentado. Según ella, entre 8 y 12 mujeres visitan su salón en Kabul todos los días. “Día tras día los talibanes están poniendo nuevas limitaciones en las mujeres. ¿Por qué están solo prohibiendo cosas a las mujeres? ¿No somos humanas? ¿No tenemos el derecho a trabajar o vivir?”, comentó.

Una mujer con niqab entra en un salón de belleza, con carteles en los que se les han quitado las caras a las modelos. Foto: Reuters

Estas restricciones se suman a una serie de medidas ya impuestas por el régimen fundamentalista desde su regreso al poder en agosto de 2021. Las mujeres afganas se ven obligadas al uso del burka, una prenda que cubre todo el cuerpo y solo permite que los ojos sean visibles, pero a través de un enmallado que limita la visión lateral.

Anteriormente, el hiyab, un pañuelo ajustado que rodea la cabeza y el cuello, pero no cubre el rostro, era suficiente para circular en espacios públicos. Sin embargo, ahora el uso del burka es obligatorio para todas las mujeres en un intento de evitar cualquier provocación hacia los hombres, según las recomendaciones de la sharia o derecho islámico originario.

El mismo Ministerio de la Propagación de la Virtud y Prevención del Vicio fue el que, ya en noviembre, prohibió el acceso a parques de atracciones y gimnasios a las mujeres. Esto, porque según el ministro, las órdenes de segregación de género que habían dado anteriormente estaban siendo ignoradas.

Además, las mujeres afganas fueron excluidas de la educación universitaria por tiempo indefinido. El ministro de Educación Superior, Neda Mohammad Nadeem, emitió una carta en diciembre que ordena a todas las universidades, tanto estatales como privadas, dejar de admitir mujeres en sus programas educativos.

Esta última medida ha recibido fuertes críticas y ha generado preocupación por el futuro de las mujeres y niñas afganas, que ven limitadas sus oportunidades de desarrollo personal y profesional. Hasta entonces, las clases universitarias a mujeres se permitían, pero en aulas segregadas por género. En marzo del año pasado, ya habían cerrado los liceos a las niñas, que se enteraron de la prohibición el mismo primer día del año académico.

Estudiantes afganas caminando cerca de la Universidad de Kabul, en diciembre 2022. Foto: Reuters

La comunidad internacional ha expresado su preocupación por la situación en Afganistán. Nada al-Nashif, Alta Comisionada interina de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, denunció que las mujeres y niñas afganas han sido “borradas” de la vida pública y se les han arrebatado sus derechos y libertades fundamentales.

“Los derechos de las mujeres y las niñas han retrocedido a nivel mundial durante los últimos años, pero en ningún lugar este flagelo ha sido tan profundo y generalizado como en Afganistán a partir de la toma del poder por los talibanes en agosto de 2021″, afirmó Al-Nashif en un comunicado.

El mes pasado, el relator de la ONU sobre Afganistán, Richard Bennett, calificó las medidas tomadas por los talibanes contra las mujeres como “persecución de género”, un crimen contra la humanidad. Naciones Unidas ya había calificado esta situación de “apartheid de género”, una expresión que el relator volvió a mencionar en su informe.

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