Turismo en socavones: Carabineros denuncia en Fiscalía a 24 personas por no respetar perímetro de seguridad

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Una pareja observa los socavones registrados en las dunas de Viña del Mar. Foto: Dedvi Missene

El fin de semana largo fue propicio para que gente se acercara a las dunas de Viña del Mar para observar o retratarse con los deslizamientos de tierra como fondo. La policía uniformada y seguridad municipal han establecido una vigilancia de 24 horas para evitar que más visitantes se acerquen a la zona.


“El fin de semana llegó toda la familia Miranda. Desde parejas, familias completas y extranjeros... turistas que vienen y se dan cuenta de la embarrada que hay. Es bien concurrido”. El relato es de Pablo Hidalgo Hevia, quien en junio de este año puso la cafetería móvil Coffee Street Viña en el Mirador Cochoa, desde donde se aprecia toda la bahía de Valparaíso y, por cierto, el santuario de la naturaleza la Punta de Concón. Y hace un mes, los socavones que se produjeron en las dunas.

Durante el invierno, cuenta Hidalgo, la venta de café de grano, alfajores y queques caseros no era tan alta, ya que paseaban pocas personas. Pero después, producto de los dos deslizamientos de tierra, la demanda subió en un 40%. “La gente comenzó a llegar por montones, sobre todo de Santiago y otras regiones, que viene por el día a almorzar y después aprovechan de mirar el socavón”. Los fines de semana, calcula Hidalgo, asisten entre 200 y 400 personas por día. La mitad, estima, solo para ver los enormes agujeros en la tierra y tomarse selfies.

La gente es morbosa, entonces quiere apreciar en el lugar esta atracción turística”, agrega el emprendedor oriundo de Graneros, quien, en diálogo con sus clientes, ha detectado que “todo el mundo se cree ingeniero, geólogo, y tiene opiniones al respecto de cómo se generó el socavón. Todo el mundo es experto. Ahí se generan muchas conversaciones, desde política hasta fallas de ingeniería. Es bien gracioso el lugar. Se genera mucha risa y discusión, y se pasa bastante bien. Aparte que estamos al lado del mar, tenemos una hermosa vista”.

En paralelo, y para evitar accidentes y resguardar los trabajos que realiza el Ministerio de Obras Públicas (MOP) para rellenar los socavones y reconstruir la calle y muro de contención dañados por la emergencia, Carabineros estableció un perímetro de seguridad que impide a los visitantes y residentes del sector acercarse al lugar de los deslizamientos.

Sin embargo, no todos han seguido las indicaciones. Según informó el coronel Alex Bahamóndez, prefecto de Viña del Mar, la institución ha denunciado a 24 visitantes -tres de ellos menores de edad- al Ministerio Público por infringir el artículo 496 del Código Penal, que establece en su primer inciso que “sufrirán la pena de multa de una a cuatro unidades tributarias mensuales (UTM) el que faltare a la obediencia debida a la autoridad dejando de cumplir las órdenes particulares que esta le diere, en todos aquellos casos en que la desobediencia no tenga señalada mayor pena por este Código o por leyes especiales”.

En el lugar, explica Bahamóndez, hay una patrulla mixta las 24 horas de los siete días de la semana. Está conformada por funcionarios municipales y de la policía uniformada que ha cursado las infracciones. “Desde el primer socavón han ido personas a mirar y a sacar fotos, por curiosidad”, señala el coronel, por lo que “se dejó personal como punto fijo por la resolución que realizó la Delegación Presidencial de la Región de Valparaíso”.

Ayer miércoles, el general de la V Zona de Carabineros Valparaíso, Edgard Jofré, comentó que los infractores han sido conducidos a la unidad policial y que “yo, en mi sano juicio, no me iría a meter a un lugar donde hay un socavón y menos arriesgando a mi familia. Ahí yo creo que hace falta un poquito de lógica. Con el municipio y Carabineros estamos trabajando para tratar de hacer entender lo que debiera ser de sentido común. El llamado es a que por favor no se acerquen a los perímetros. Dejen que los que tienen que trabajar en esto trabajen con tranquilidad y no sumen un problema”.

A través de un comunicado, ayer el MOP informó que durante el fin de semana “se logró impermeabilizar el socavón 2 con más de 500 m3 de rocas y capas de geotextil. Se mantienen los trabajos, los cuales contemplan la reconstrucción del muro de contención que separa el socavón 2 de Avenida Borgoño”.

“En este contexto”, detalló la cartera, “desde la DOH (Dirección de Obras Hidráulicas) y previo informe de la consultora MSA, entre los días 14 y 17 de septiembre se ejecutaron obras de perfilado de la parte superior del socavón 2, y para reducir la pendiente de sus taludes se colocó revestimiento con fibra geotextil para resistir el flujo que pueda provenir del colector de Reñaca Norte y así mitigar los efectos sobre la duna”.

Asimismo, se indicó, fueron vaciadas las dos piscinas del edificio Miramar Reñaca -cuyas dos torres fueron desalojadas, producto del segundo socavón, junto con el edificio Santorini Norte-, que contenían 48 mil litros de agua y generaban presión sobre la ladera.

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21 septiembre del 2023. Socavón en las dunas de Viña del Mar. Foto: Dedvi Missene

“Turismo oscuro”

El sociólogo Jorge Fábrega, Ph.D. en Políticas Públicas de la Universidad de Chicago, explica por qué, pese al peligro que significa, las personas se acercan a estos lugares: “El fenómeno de ver personas visitando el socavón en las dunas de Viña del Mar, incluso a riesgo personal, es un ejemplo más de lo que la literatura académica conoce como ‘turismo oscuro’ o ‘dark tourismdesde que fue acuñado con ese nombre a mediados de la década de 1990″.

Y añade: “Usualmente, tras una tragedia o donde hubo sufrimiento o muertos; o hubo un atentado, un asalto o un ataque terrorista, o incluso mientras estos eventos se están produciendo, se aglomera gente en las inmediaciones del lugar de los hechos simplemente para mirar. En el mundo sobran ejemplos y parte importante del turismo mundial acontece en torno a lugares donde hubo tragedias. Hay ejemplos que a su vez resultaron trágicos como el de aquellas personas que se acercaron a mirar el incendio de Chernobyl apenas ocurrido, para morir poco después por radiación. Y ejemplos que en estos tiempos de redes sociales se volvieron mundialmente conocidos, como el que sucedió durante el gran incendio de Valparaíso del 2014, cuando circuló un meme de una mujer posando frente a la cámara con el incendio de fondo. También hay uno de similar factura de una niña ocurrido una década antes, que se hizo famosa como la ‘disaster girl’”.

El académico del Centro de Investigación de la Complejidad Social de la Universidad del Desarrollo añade que “los estudios coinciden en que tras este comportamiento confluyen a lo menos siete gatilladores principales: curiosidad, que permite vivir simbólicamente una experiencia excepcional al conectarse con un lugar donde ha pasado algo excepcional; empatía, manifestar solidaridad y recogimiento para con las víctimas; horror, para algunas personas es atractivo sentir emociones de pánico en un contexto controlado, y es la misma motivación para por ejemplo ver películas sobre el mismo tópico; aprender de eventos o sitios históricos; nostalgia frente a una realidad que ya no existe o una época que se ha acabado; recuerdo y conexión con el pasado; y sentimientos de culpa de los supervivientes de una tragedia”.

Visitantes vs. turistas

Durante el fin de semana largo, y producto de las Fiestas Patrias, el Servicio Nacional de Turismo (Sernatur) realizó un balance positivo en la región “dado principalmente porque superamos el 50% de ocupación a nivel regional”, señaló el director regional, Marcelo Vidal.

En Concón, por ejemplo, a raíz de la Fiesta Criolla, la Asociación Gremial de Gastronomía y Turismo sacó “solo números azules. Tuvimos un flujo aproximado de 10 mil personas entre los tres días (16, 17 y 18)”, dice Mauricio Ramírez, presidente del gremio conconino. Sin embargo, como operador turístico “le diría a la gente que se acerque a los lugares establecidos, no a los lugares donde hay un desastre natural porque es arriesgado, es peligroso, puede haber un accidente o algo”.

Rodrigo Rozas, presidente de la Cámara de Comercio y Turismo de Viña del Mar, comenta que durante las Fiestas Patrias en general “los turistas prefieren destinos más campestres”, no obstante, “aun así tuvimos cerca de 300 mil personas y un 70% de ocupación hotelera”. Así y todo, y en relación a los visitantes de los socavones, señala que “claramente tenemos una sensación encontrada, ya que los turistas por definición son los que pernoctan mínimo un día en la ciudad y aportan en consumo. Hoy vemos más visitantes que turistas que van al sector de los socavones, pero no generan los mismos ingresos como lo hace un turista”.

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