Un auto arrendado a un exmilitar, ráfagas de disparos y escape en taxi: reconstitución de escena al crimen del cabo Palma

Operativos de Carabineros por uniformado baleado
Peritajes de la policía uniformada para dar los con responsables del crimen del cabo Daniel Palma.

Lo que comenzó con el fallido cobro de una deuda por el arriendo de una casa, terminó con un carabinero muerto por dos disparos en la cabeza, restos de casquillos de bala por el centro de Santiago y una verdadera "operación rastrillo" para dar con los principales sospechosos del homicidio. Hasta un oficial (R) del Ejército aparece en esta trágica historia.


“Salí a trabajar con Dios. Y si no regreso, me fui con él”.

Era el 29 de marzo del 2017 y el cabo Daniel Palma Yáñez (33) se alistaba para salir a los servicios del Día del Joven Combatiente, pero antes, quiso publicar esa frase en su cuenta de Facebook, para retratar el sentir de la policía cada vez que salían a practicar sus servicios. Más aún, una jornada como esa.

Esa vez regresó y pudo seguir a bordo en una institución que con el tiempo se fue tornando más compleja. La violencia hacia la policía, desde entonces, es cada vez mayor. Así lo dicen sus camaradas, quienes en 23 días han tenido que despedir a tres de los suyos: Álex Salazar, asesinado el 13 de marzo en Concepción; Rita Olivares, víctima de un letal disparo el 26 de marzo en Quilpué; y ahora fue el turno del cabo Palma, la noche del 5 de abril, en pleno Santiago Centro.

El más reciente homicidio dejó en un evidente estado de “shock” a Carabineros, tanto así que el general director de Carabineros, Ricardo Yáñez, se quebró al tener que comprometerse -una vez más- en encontrar a los responsables y advertir el alto grado de violencia hacia los policías. No hubo un “ya basta”, ni tampoco un agradecimiento al respaldo del gobierno. Esta vez, solo se quebró y lloró.

Es que la manera en que se desató el asesinato al cabo Palma fue a sangre fría. Dos disparos en el rostro a menos de 100 metros, un policía al suelo y tres sospechosos venezolanos en fuga, son parte de los elementos del caso que derribó todo atisbo de optimismo en una institución golpeada.

Salsa en el Caupolicán

Maelo Ruiz es un reconocido cantante de salsa que a las 21.00 horas del 5 de abril brindaría un recital en el Teatro Caupolicán, ubicado en calle San Diego, en el centro de Santiago. Como el concierto convocaría una gran cantidad de público, se dispuso que personal de la Cuarta Comisaría de Santiago asumiera las labores preventivas en el sector, a cargo del capitán Nelson Maira Vera y el mayor Marco Bahamondes Álvarez.

Eran las 20.50 de la noche y las fiscalizaciones se hacían sin problemas, hasta las 21.10, cuando reciben la información por parte de transeúntes que en calle Coquimbo con San Diego, desde un vehículo marca Chevrolet Sonic, color azul, un grupo de individuos efectuaba disparos en calle Arturo Prat.

Ante la emergencia, los oficiales pidieron cooperación del personal motorizado que prestaban servicios preventivos en las inmediaciones del lugar. Fue ahí que apareció el cabo Palma a bordo de su moto TT-5930, acompañado del cabo 2° Sebastián Ruiz.

Fue Ruiz el primero en enfilar en búsqueda de los “tiradores” avanzando por calle Chiloé, pasando Avenida Matta, hacia Serrano en línea recta. Palma, en tanto, salió por calle Chiloé hacia el norte y al llegar a Matta, viró a la izquierda, y para mala suerte de él, se encontró de frente con el automóvil requerido. Antes siquiera acercarse a fiscalizar a los sospechosos, desde una de las ventanas, uno de los ocupantes disparó varias veces. Los tiros le dieron directo en su rostro, más precisamente, en uno de sus ojos. Fue tan certero el ataque, dicen fuentes del caso, que uno de los proyectiles entró y salió de su cabeza.

Los delincuentes escaparon en dirección hacia el norte y ya no estaban cuando al sitio del suceso llegó el vehículo Z-7846, a cargo de sargento Gonzalo Díaz y su acompañante, el cabo Estanislao Tejeda. Los policías alcanzaron a escuchar los disparos, pero al virar hacia Avenida Matta solo vieron el cuerpo del cabo Palma, a quien le prestaron los primeros auxilios, siendo trasladado por el equipo médico de SAMU hasta la Posta Central en riesgo vital. Cinco horas más tarde, Palma -padre de un niño de 4 cuatro años y de una en camino- falleció.

Operativos de Carabineros por uniformado baleado

“Sujetos de interés”

A partir del crimen, Carabineros activó a todas sus unidades investigativas. Los departamentos de OS-7, OS-9, Sebv y Labocar iniciaron una “operación rastrillo” -liderados por la Fiscalía Regional Centro Norte- para dar con los responsables, quienes, según pudieron recabar, escaparon en un taxi, luego de abandonar el auto en el cual perpetraron el delito.

De acuerdo a estos mismos peritajes se han podido levantar huellas de lo ocurrido. ¿Por qué se inició el tiroteo? Lo que se tiene claro hasta ahora es que cerca de las 21.00 de la noche, el grupo -conformado por al menos tres personas- llegaron hasta un cité ubicado en Arturo Prat con Coquimbo, a cobrar el arriendo de una pieza que se mantenía impaga. No vieron el dinero, así que abrieron fuego, al menos veinte casquillos contabilizó la policía.

Fue ahí que iniciaron la huida y se encontraron con el cabo Palma, a quien le dispararon para luego iniciar su escape en el Chevrolet de color azul, el cual no era propio, sino que arrendado ¿A quién?

Durante la frenética noche de búsqueda, Carabineros dio con el dueño del auto. Un anciano, suboficial en retiro del Ejército, quien arrendó el auto a la banda, pues, según declaró, antes ya lo había hecho. Solo pudo confirmar que se trataba de tres personas de nacionalidad venezolana.

Tal como declaró este testigo, el automóvil ya había sido usado por la banda en otro delito. Se trató de un asalto el 28 de marzo en Alonso de Córdova en Vitacura.

Con esa información, la policía fue cruzando antecedentes, hasta que las huellas dactilares encontradas en el auto y el arma hicieron “match” con su base de datos, logrando determinar la identidad de Luis Lugo Machado (23), como uno de los sospechoso del crimen.

lugo machado
La foto de Lugo Machado que publicó la Fiscalía.

Machado ya había sido detenido por el OS-7 de Carabineros, el 6 de junio del 2021, en Concepción. Esa vez se le formalizó por porte ilegal de arma y drogas, quedando en prisión preventiva solo por algunos meses, hasta que se le sentencia a la condena de libertad vigilada, en agosto del 2022.

Sin embargo, la medida fue insuficiente, pues nunca más se presentó en el tribunal. Incluso, el 31 de marzo de este año fue citado a una audiencia para modificar su cumplimiento de pena, pero no llegó, por lo que se despachó una orden de detención en su contra. Cinco días después es sindicado como uno de los sospechosos del homicidio del cabo Palma.

A más de 12 horas del crimen, la tensión en torno al caso no baja. Siguen las diligencias de búsqueda, se anunció el cerco policial en la Región Metropolitana y se desconoce cómo Carabineros logrará subir la moral de 60 mil policías en estado de alarma.

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