Un bálsamo para el INBA: de reciente epicentro de desmanes a Monumento Nacional

INBA

Luego de años complejos marcados por desmanes incluso puertas adentro, el Consejo Nacional de Monumentos tomó la decisión de declarar Monumento Histórico y Sitio de Memoria al Internado Nacional Barros Arana, lo que es celebrado por su comunidad.


Fue hace casi 25 años, a inicios de siglo -año 2000- cuando surgió la primera solicitud de parte de un apoderado para que se declarara como Monumento Histórico al Internado Nacional Barros Arana (INBA). Y luego, en 2009, 2013 y 2017 se intentó, sin éxito, hacer algo, pero la secretaria técnica del Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) tenía muy poco personal, el trabajo era mucho y la idea se fue rezagando. Pero eso cambió el miércoles recién pasado, cuando el consejo finalmente aprobó declarar al INBA como Monumento Nacional en la categoría de Monumento Histórico y Sitio de Memoria después de un proceso iniciado en 2023 cuando fue ingresado el expediente de declaratoria.

Esas gestiones que arrancaron el año pasado incluyeron visitas técnicas con profesionales y consejeros, así como reuniones con las autoridades del establecimiento y la Municipalidad de Santiago, sostenedora del recinto, lo que dio paso a la evaluación del caso y su discusión en la sesión plenaria de esta semana. La decisión, según reseñan desde el propio CMN, se justificó por los valores del establecimiento y los atributos arquitectónicos del inmueble, pero también tomando en consideración que a lo largo de sus 122 años de historia el internado se constituyó como centro de la actividad cultural y artística del país, y que por sus aulas pasaron personas ilustres como el expresidente Patricio Aylwin, los premios nacionales Nicanor Parra, José Maza o Mario Recordón, así como exsenadores, exdiputados, artistas y deportistas.

Es un reconocimiento que hacemos desde el Consejo de Monumentos Nacionales a una institución tan emblemática como el INBA, con una comunidad activa y orgullosa de su patrimonio y con un fuerte sentido de pertenencia. Nos alegra que haya coincidencia en la relevancia de resguardar y proteger este inmueble”, dijo la subsecretaria del Patrimonio Cultural y presidenta del CMN, Carolina Pérez Dattari.

A la sesión asistieron la rectora del establecimiento, María Alejandra Benavides, la concejala Rosario Carvajal -una de las solicitantes de la declaratoria-, representantes de profesores, asistentes de educación, centro de padres y centro de estudiantes del INBA, además de el director de Educación de la Municipalidad de Santiago, Rodrigo Roco, quien destaca el hecho de “que haya sido la comunidad del INBA quien tomó la bandera de la declaratoria. El INBA es un patrimonio vivo, hoy se forman estudiantes en los mismos espacios donde estuvieron grandes figuras de la historia del país. Los reconocimientos aprobados por el CMN hacen justicia a toda la importancia y significación del INBA y honran a toda la educación pública de Santiago”.

También asistió Harold Alarcón, del centro de ex alumnos y otro de los solicitantes de la declaratoria. “Me parece perfecto que el INBA sea reconocido en su totalidad, pues permite defender la infraestructura completa, porque todo el terreno es el relato de la educación pública en Chile”, señaló.

Según explican tanto en el municipio como en el CMN, esta declaración garantizará la protección a largo plazo de su valor, tanto arquitectónico como histórico y patrimonial. Además de que el Consejo reconoce así su importancia como un sitio de memoria.

La rectora del INBA, Alejandra Benavides, señala que “se haya declarado monumento histórico nacional a una institución que sigue cumpliendo su labor de educación pública es de gran valor. Hoy, esto es motivo de alegría y compromiso para toda la comunidad para preservar su historia, su espacio y para retomar los más altos estándares de educación, que no se limitan solo a resultados, sino también a proyectos de vida”.

El INBA, en todo caso, ya albergaba otro monumento nacional: los bienes muebles del establecimiento, que incluyen libros, óleos, muebles, instrumentos científicos y documentos, que dan cuenta de la historia educacional del país. Esto ocurrió en 2006.

Entendidos en la materia, además, cuentan que se acordó en conjunto con el municipio elaborar un plan de autorizaciones previas de mantención, para que las conservaciones y mantenciones que son periódicas y propias del uso del establecimiento educacional se hagan sin tener que pasar por el CMN.

¿Qué viene ahora? Dado que el CMN ya acogió la solicitud de declaratoria el paso siguiente es solicitarle a la ministra de las Culturas, Carolina Arredondo, la dictación del decreto respectivo, proceso que no es rápido. Una vez dictado ese decreto y publicado en el Diario Oficial, el INBA pasará a ser oficialmente Monumento Histórico.

El INBA recibe así un bálsamo en medio de años complejos, donde ha sido testigo de desmanes y actos violento incluso puertas adentro: frecuentes han sido las salidas de un grupo de sus estudiantes a provocar desórdenes en el exterior del recinto, pero en 2022 incluso se recuerda un amago de incendio en su interior en noviembre de 2022.

Esto, de hecho, abre la interrogante sobre si se aborda de manera especial un acto vandálico que ocurra en algún Monumento, como el rayado sufrido en la cúpula del Museo Nacional de Bellas Artes en 2022. Acorde a entendidos, en cualquier caso se realizan visitas técnicas, se orienta al administrador cómo reparar, se hacen las denuncias ante la Fiscalía, y si hay detenidos se pide al Consejo de Defensa del Estado la representación del CMN.

Al respecto, la Ley 17.288 sobre Monumentos Nacionales dice que a quien “causare daño en un monumento nacional, o afectare de cualquier modo su integridad, será sancionado con pena de presidio menor en sus grados medio a máximo y multa de cincuenta a doscientas unidades tributarias mensuales”.

También que “la apropiación de un monumento nacional, constitutiva de los delitos de usurpación, hurto, robo con fuerza en las cosas, o robo con violencia o intimidación en las personas, así como su receptación, se castigará con pena de multa de cincuenta a doscientas unidades tributarias mensuales, además de la pena privativa de libertad que corresponda de acuerdo a las normas generales” y que “tratándose del hurto, si no fuere posible determinar el valor del monumento nacional, se aplicará la pena de presidio menor en sus grados mínimo a máximo, además de la multa aludida en el inciso precedente”.

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