Un Clásico Universitario de 59 días: cómo llegan la U y la UC después del bochorno de Concepción
En Santa Laura, a puertas cerradas, se reanudará el partido entre azules y cruzados, que fue interrumpido por la violencia, un lejano 30 de abril. En el caso de Universidad de Chile, no ha ganado desde aquella suspensión. Por el lado de Católica, la postergación del juego de Copa Chile le impide llegar con fútbol oficial. Además del puntaje en el torneo, otra cosa que los empareja es la falta de nombres nuevos.
A la primera rueda del Campeonato Nacional le faltan dos partidos para ponerse al día. Uno de ellos es nada menos que el clásico entre Universidad de Chile y Universidad Católica, la versión 196 del encuentro más tradicional del fútbol nacional, que tiene pendiente 60 minutos desde aquel lejano mediodía del domingo 30 de abril, en la Región del Biobío. En el estadio Ester Roa de Concepción, donde fue local la U, unos gravísimos incidentes provocados por un grupo de barristas azules impidieron la realización normal del encuentro (lanzamiento de bengalas y fuegos artificiales), el que se detuvo al cabo de media hora.
La coyuntura quiso que el partido comenzara un domingo de abril, en el sur de Chile, y finalice dos meses después, en Santiago y sin público. La friolera de 59 días. En ese sentido, no está de más recordar cómo llegaban azules y cruzados. La U arribó a Concepción en buen pie y con la esperanza de quedar en el liderato con una victoria (estaban a un punto de Huachipato). Por su parte, la UC estaba en un momento durísimo, acarreando cuatro partidos sin ganar y con bajas. No estaban disponibles, en ese entonces, Alexander Aravena y Gary Kagelmacher.
Lo concreto es que no llegan igual a ese momento. Lo de la U es evidente, desde los resultados. Después de la suspensión, el equipo de Mauricio Pellegrino no volvió a ganar. Ya son cuatro partidos. Perdió 2-1 con Coquimbo Unido, como visitante, y luego empató 0-0 con Cobresal y 1-1 con Ñublense, hasta el receso. En la vuelta, quedó eliminado de la Copa Chile ante O’Higgins, en lanzamientos penales, en el primer tropezón de peso para Pellegrino en el fútbol chileno. La Copa es una vía para entrar en un torneo internacional, algo que la tienda encabezada por Michael Clark perdió de vista hace años.
En la vereda de Católica, los resultados tampoco han sido tan favorables luego de aquella jornada en Concepción, pero el ambiente está más tranquilo. Jugó tres partidos con posterioridad, con una derrota (1-2 con Huachipato), un triunfo (4-1 sobre Copiapó) y un empate (1-1 con Unión La Calera). Desde lo numérico, están muy iguales. Ambos tienen 14 partidos jugados, con seis victorias, cinco empates y tres caídas. Tanto azules como franjeados tienen 23 puntos, igual que Colo Colo, pero los albos tienen todos sus encuentros jugados. De haber un ganador, quedará a dos de Cobresal y Huachipato, los líderes.
Lamentablemente para las pretensiones de los entrenadores, no pudieron llevar a cabo partidos amistosos de peso en medio de la extensa ventana que entregó el calendario. La U tuvo encuentros de preparación en el CDA (perdió por goleada ante Magallanes), mientras que la UC tenía en consideración viajar a Argentina para tener partidos, sin embargo aquello no resultó y finalmente contó con encuentros ante rivales locales, en San Carlos. Además, la suspensión del partido de Copa Chile ante Wanderers dejó al plantel de Ariel Holan sin un duelo por los puntos antes de la reanudación del clásico.
Otro punto en común dice relación con el ítem refuerzos. La U de Chile no ha presentado movimientos en su plantilla, hasta ahora, pese a la solicitud de su estratega. Tanto Darío Osorio como Lucas Assadi son las grandes cartas que tiene el club laico para vender y así generar recursos para salir al mercado. Pero aquello no ha sucedido. Mientras que la Católica tampoco ha cerrado alguna cara nueva para el segundo semestre. Considerando la salida anticipada de Mauricio Isla, hoy agente libre, la novedad radica en el retorno de Clemente Montes. El propio Holan confirmó que el Celta de Vigo no ejercerá la opción de compra por el joven delantero y tiene que volver a la precordillera. Por cierto, al tratarse de un partido correspondiente a la primera rueda, un potencial refuerzo no habría podido jugar.
Si en los azules se encomiendan para tener apto a Leandro Fernández, en los cruzados se lamentan por la ausencia de Fernando Zampedri, en fase de recuperación tras la operación en el pie derecho a la que se sometió tras la primera rueda. En ese sentido, Franco Di Santo asumirá el rol de centrodelantero. “Es un reto lindo reemplazar a Zampedri”, dijo en entrevista con El Deportivo. Otro que se está recuperando es Kagelmacher.
Pensando en la pelea por el título, en el marco de un campeonato apretado como el chileno, una victoria asoma como vital. De paso, se deja herido al clásico rival.
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