Un “cóctel” de molotov: ¿qué pasó en el baño del INBA previo a la tragedia?

Todos los días hábiles del año un contingente de 80 efectivos de Carabineros ocupa su tiempo de servicio en labores de resguardo de “liceos emblemáticos” que están en permanente conflicto. Uno de ellos es el Internado Nacional Barros Arana (INBA), que -según información policial- se caracteriza por sus “salidas incendiarias” a modo de protesta y que, en general, tienen como blanco un recinto del Ejército ubicado en Santo Domingo, a solo pasos del emblemático recinto educacional. Es por eso que ayer apenas se registraron los primeros llamados de emergencia, cerca de las 11:00 horas de ayer, los efectivos policiales fueron los primeros en auxiliar a una decena de estudiantes que tenían graves quemaduras en sus cuerpos a causa de una explosión al interior del lugar.

El escenario que encontraron fue “brutal”, dice una fuente policial que se aproximó hasta el lugar. Una vez trasladados todos los heridos, siete de gravedad, llegó hasta el recinto personal del OS-9 de Carabineros para realizar las primeras diligencias tras la apertura de una investigación penal por parte de la fiscal jefa de Flagrancia, Macarena Cañas. Y es que el Ministerio Público busca determinar quién o quiénes son los responsables de esta tragedia. La policía lo primero que halló al interior de uno de los baños del INBA fue una serie de elementos para la fabricación de bombas artesanales tipo molotov. Todo esto al interior de esa parte del colegio donde las víctimas se encontraban al momento de las explosiones.

Durante la jornada de hoy el Laboratorio de Criminalística de la institución (Labocar) periciaba los líquidos inflamables levantados desde el sitio del suceso. Con ello se busca esclarecer por qué hubo tantas explosiones simultáneas, qué lo generó y cuáles son todos los elementos químicos que se estaban manipulando en una especie de “laboratorio” que tenían montados los estudiantes, algunos de los cuales estaban -según el registro de imágenes- con capucha, por lo que se presume que estaban ad portas de concretar una de estas “salidas incendiarias” a calle Santo Domingo. Aunque el destino dijo otra cosa.

Como personal de Carabineros ya estaba en los alrededores del lugar, luego del llamado de la rectora del INBA, María Alejandra Benavides, y ante una emergencia y delito flagrante, el personal policial pudo hacer ingreso al recinto. Ante la situación de decenas de estudiantes lesionados, sostienen fuentes del caso, algunos carabineros plantearon la posibilidad de hacer los traslados a recintos asistenciales en vehículos policiales. Sin embargo, algunos de los jóvenes se negaron a aquello y los uniformados solo pudieron despejar las calles aledañas para el mejor flujo de vehículos de emergencia.

Uno de los policías que han estado en servicios pasados afuera del INBA comenta que es recurrente este tipo de protestas violentas en que los jóvenes “realizan una especie de cóctel de molotov” y que ello solo puede ser repelido, debido a que son menores de edad, con agua. Por eso, dice la misma fuente, cree que las víctimas podrían haber estado preparando una salida al momento de la tragedia. En ocasiones anteriores también se ha detectado uso de fuegos artificiales, lo que genera aun más riesgos de incendio por la pólvora.

Al interior del colegio responsabilizan todo lo ocurrido a una antigua tradición llamada “la bajada de los cuartos”. En ella los estudiantes de cuarto medio -cuyas salas están en el piso más alto del recinto- bajan a “bautizar” a los de primer año del internado. Ahí los molestan, se burlan e incluso les pegan, sostiene un estudiante.

Una fuente consultada por La Tercera señala que para evitar desmanes provocados por esa tradición, los alumnos mayores habrían sido “despachados” de clase por la autoridad. Fue ahí donde -quienes hoy están afectados por quemaduras- se habrían ido hacia el patio que da a calle San Pablo, donde también se ubica el baño que luego se incendió.

A esa hora ya los vecinos escuchaban petardos. En la investigación aún no se ha logrado establecer por qué una de esas bombas estalla, generando una reacción en cadena. Una de las explicaciones, dicen, es que los líquidos que estaban ocupando -altamente inflamables como la bencina- ante una mínima fricción en un espacio reducido y con solo una vía de escape habrían desatado la tragedia. Pero eso, hasta el cierre de esta edición, aún era materia de investigación.

En conversación con La Tercera, Harold Alarcón, presidente del Centro de Ex Alumnos del INBA, relata la primera versión entregada en reuniones con los distintos cuerpos estudiantiles, incluyendo el Centro de Apoderados y los profesores del establecimiento.

Explica que los hechos ocurrieron en el contexto de la “bajada a los cuartos”, una tradición estudiantil en la que los alumnos mayores molestan a los más pequeños, generalmente durante el aniversario del colegio. Sin embargo, este año, debido a la falta de tiempo, los estudiantes intentaron realizar la actividad subiendo al tercer piso, lanzando petardos y arrojando una “lista negra”, una especie de funa. Alarcón subraya que, aunque esta es una práctica habitual entre los estudiantes, no debió haber escalado. Según su versión, un grupo muy reducido intentó salir a la calle para manifestarse, pero no lo consiguieron.

Una de las líneas investigativas que sigue la Fiscalía Centro Norte es la eventual participación de personas adultas y externas al colegio. ¿Quiénes proveen los materiales inflamables? ¿Cómo es posible que esos elementos como la bencina ingresen a ese recinto? Son algunas de las preguntas que los investigadores buscan despejar. Ya en el pasado distintos informes de inteligencia, posestallido social, sindicaban a un eventual “adoctrinamiento” a estudiantes de liceos emblemáticos.

Es una de las aristas, comentan, que se seguirá, pues el objetivo es encontrar a todos los responsables de los delitos asociados a la tragedia, como lo es el porte de elementos incendiarios, que tiene pena de cárcel, además de la complicidad que puede existir tras estas conductas.