Un kit enviado por error y una charla sexual: el origen del polémico cuestionario a niños de 5° básico en Arica

El martes 19 de marzo, en el Colegio Adolfo Beyzaga Ovando de Arica se impartió una charla sobre sexualidad a estudiantes de quinto básico. Y aunque era una actividad autorizada y que ya se había realizado en otros establecimientos, durante las 48 horas posteriores se le solicitó la renuncia al seremi de Salud de la región, se suspendió a la profesional a cargo de la jornada y la subsecretaria de Salud Pública, Andrea Albagli, exigió una investigación administrativa. ¿La razón? Apoderados de los alumnos presentes denunciaron que la situación era indebida.

La actividad - solicitada por el establecimiento- fue realizada por el Centro Comunitario Regional de Información, Prevención y Apoyo a la Consejería en VIH/SIDA e ITS (CRIPAC), perteneciente a la Seremi de Salud de Arica y Parinacota, y que según el mismo organismo tiene más de 12 años de experiencia en este tipo de estrategias.

Según información que manejan en el Ministerio de Salud, en la sala había 35 alumnos, dos coordinadores de la CRIPAC y dos profesores. En concreto, ese día los encargados del programa les realizaron una charla a los menores sobre el uso de preservativos y enfermedades de transmisión sexual, actividad que incluyó material pedagógico de maquetas anatómicas de pene y vulva para el reconocimiento de las partes del cuerpo, higiene y limpieza. Hasta ahí, dicen conocedores de la actividad, nada hacía presumir algún inconveniente a futuro.

El problema se desató cuando los monitores de la seremi le entregaron “de buena fe” a los alumnos, según se ha comentado internamente, un dossier educativo para hacerlo llegar a sus apoderados, entre los que habían diversos folletos informativos pensado en un público adulto. Dentro de ellos iba el que generó la furia de los padres.

Se trataba de un cuestionario que contenía preguntas como: “¿Has tenido relaciones sexuales, anal, vaginal y/o oral? ¿Has tenido sexo oral y han eyaculado en tu boca?”. Ese documento, además, incluía una dirección donde retirar preservativos. Con el correr de las horas, las explicaciones dentro de la Seremi han señalado que, como si fuera poco, ese folleto en particular fue incluido por error en el dossier, puesto que debía ser entregado a la población universitaria y de educación superior de la región. De hecho, el folleto no es nuevo de este año y ya generaba ruido en el mundo estudiantil por lo explícito de las interrogantes.

Como sea, una vez que los apoderados fueron conociendo el material que estaba dentro de las mochilas de los alumnos, los efectos fueron inmediatos y las autoridades también se apuraron en tomar medidas.

En primera instancia, el colegio emitió un comunicado en donde afirman que actuaron bajo los lineamentos del Estado: “Como establecimiento educacional trabajamos dentro de un enfoque educativo y los planes y programas del Ministerio de Educación y Ministerio de Salud con el afán de prevención y difusión en cuanto a temáticas como es el protocolo de sexualidad, afectividad y de género contextualizado en todos sus niveles acordes a la edad y los procesos biológicos, psíquicos y psicológicos, de todos nuestros estudiantes”.

En efecto: acorde a la normativa, los establecimientos educacionales reconocidos oficialmente tendrán libertad para desarrollar planes y programas propios de estudio que consideren adecuados para el cumplimiento de los objetivos definidos en las bases curriculares de Ministerio de Educación.

En esas bases curriculares, aquellas referidas a Orientación para el programa de estudio de Quinto Básico, en su Unidad 3 se señala que el propósito de ésta es que los alumnos sean capaces de describir los cambios físicos, afectivos y sociales que ocurren en la pubertad, “valorando esta etapa como parte del desarrollo afectivo y sexual”, y que puedan respetar los diferentes ritmos de desarrollo entre sus pares.

Por otra parte, el documento señala que se pretende que aprendan a practicar en forma autónoma conductas protectoras y de autocuidado “en relación a su cuerpo e intimidad” y a realizar un buen uso de las redes sociales en esas bases curriculares, aquellas referidas a Orientación para el programa de estudio de Quinto Básico, en su Unidad 3 se señala que el propósito de ésta es que los alumnos sean capaces de describir los cambios físicos, afectivos y sociales que ocurren en la pubertad, “valorando esta etapa como parte del desarrollo afectivo y sexual”, y que puedan respetar los diferentes ritmos de desarrollo entre sus pares.

Con todo, desde la cartera educativa aclararon que no fueron consultados ni fueron parte de la coordinación para la realización de esta charla en específico. Y además, aseguraron que la actividad no cumplía con los protocolos ni lineamientos establecidos desde el ministerio.

Otras de las autoridades que salió inmediatamente al paso fue la subsecretaria de Salud Pública, Andrea Albagli, quien aseguró que “con los antecedentes que yo tengo ahora a la vista de cómo se llevó a cabo esta actividad en particular, puedo decir dos cosas: lo primero es que no sigue los protocolos del Ministerio de Salud, y lo segundo es que nos parece que, efectivamente, se da una situación que es indebida en el trato de los menores en el colegio”. Así, instruyó un proceso administrativo para identificar las responsabilidades en la ejecución de la actividad.

Además, dos días después del hecho se comunicó que la ministra de Salud, Ximena Aguilera, solicitó la renuncia del seremi de la cartera de la Región de Arica y Parinacota, Leonardo Valenzuela.

También instruyó otras medidas, como la suspensión de las actuaciones que realiza el CRIPAC, y la revisión de todos los materiales y actividades que realiza el organismo. Para ello, llegará a Arica el Dr. Leonardo Chanqueo, jefe del Programa Nacional de Prevención y Control del VIH del Ministerio de Salud. También solicitó la suspensión de la profesional responsable del CRIPAC.

Finalmente, la Fiscalía local de Arica inició una investigación de oficio para establecer o descartar eventuales hechos constitutivos de delitos por la denuncia de apoderados a raíz de la charla.