Un nuevo contendor para Bachelet en su carrera por el sillón de la ONU emerge desde Argentina
Rafael Grossi, director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), dijo estar “pensando seriamente” en postularse como sucesor de António Guterres. A Bachelet y Grossi se suma una lista de posibles candidatas, como Mia Mottley y María Fernanda Espinosa, de Barbados y Ecuador, respectivamente. Hasta ahora, la ONU nunca ha tenido una secretaria general.
La carrera por el cargo de secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que quedará vacante en 2026, está desatada. Y con el paso de los días, nuevos nombres se suman a la competencia de la que ya es parte la expresidenta chilena Michelle Bachelet. Esta vez se trata del argentino Rafael Grossi, director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), diplomático que señaló que está considerando postularse para suceder al actual líder, el portugués António Guterres.
“Estoy pensando seriamente en eso”, dijo Grossi durante una entrevista con India Today Global, refiriéndose a la posibilidad de competir por el sillón de la ONU. Y continuó: “Creo que la gente ha estado hablando sobre la posibilidad de mi candidatura, al observar lo que hemos discutido hoy: el papel crucial que jugó el OIEA en el contexto de una guerra, donde hemos logrado mantener conversaciones con el presidente (Vladimir) Putin y el presidente (Volodymyr) Zelensky sin comprometer nuestras misiones. También hemos desempeñado un papel importante en Medio Oriente y en la colaboración entre China y Japón respecto a (la planta nuclear de) Fukushima”.
A esa carrera se sumó recientemente la expresidenta de Chile Michelle Bachelet, quien manifestó interés por el puesto de secretaria general. De obtenerlo, sería la primera mujer en dirigir el ente global en sus 80 años de historia.
Fue el miércoles pasado cuando, durante un foro en Nueva York, dijo estar evaluando la posibilidad. “Estoy pensando... Quizás voy a ser candidata a la Secretaría General”, planteó en un conversatorio por el 30º aniversario de la Conferencia Mundial de la Mujer de Pekín, celebrada en 1995. Según el medio Deutsche Welle, su declaración fue aplaudida por la audiencia y por la ex primera dama estadounidense Hillary Clinton.
La exmandataria cuenta con experiencia en el organismo, considerando su trayectoria como primera directora ejecutiva de ONU Mujeres (2010-2013) y alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (2018-2022). Su salida de este último cargo, sin embargo, no estuvo exenta de polémica luego de que tanto Beijing como Occidente cuestionaran un informe sobre la situación de los derechos humanos en China.
El nombre de Rafael Grossi ha crecido en el último tiempo debido a sus gestiones en la guerra en Ucrania, donde, en su rol de director general del Organismo Internacional de Energía Atómica, su trabajo ha sido clave considerando las plantas nucleares involucradas en el conflicto con Rusia, lo que ha visibilizado su labor.

Según el periódico argentino La Nación, “Grossi trabajó para garantizar que el OIEA mantenga su capacidad de intervención y apoyo, al promover la desmilitarización de las instalaciones nucleares y el establecimiento de zonas de seguridad”.
Incluso mantuvo una reunión con Putin, demostrando sus dotes diplomáticas. En ella “se discutieron temas clave de seguridad nuclear en el contexto de la guerra”, añadió el citado medio.
Si bien el diplomático trasandino reconoció que no ha recibido una propuesta formal y que “el proceso aún no empezó”, algunos nombres ya suenan con fuerza. A un año de la selección, son varios –o más bien varias– los candidatos que figuran como eventuales opciones.
¿Turno de América Latina?
Quien llegue a la dirección de la ONU lo hará el 1 de enero de 2027, tras superar un proceso de elección que se espera comience formalmente a fines de 2025.
Entre los principales nombres destacan el ya citado de Michelle Bachelet, quien según una encuesta informal realizada por el medio Pass Blue es la favorita entre los consultados; Mia Mottley, primera ministra de Barbados, quien sobresale en el mismo sondeo; María Fernanda Espinosa Garcés, expresidenta de la Asamblea General de la ONU y exministra de Asuntos Exteriores de Ecuador, y Amina Mohammed, vicesecretaria general de la ONU y exministra de Medio Ambiente de Nigeria, como cuarta mencionada.

La mayoría de ellas proviene de América Latina y el Caribe, y no es coincidencia que conciten apoyo. La tradición geográfica sugiere –mas no dicta– que el próximo secretario general provenga de la región, sucediendo al africano Kofi Annan, el asiático Ban Ki-moon y el europeo António Guterres.
Esto, sumado a la presión para que la ONU elija a una mujer como su líder por primera vez en la historia del organismo, hace que las líderes mencionadas encabecen la temprana carrera. “Después de casi 80 años, el monopolio masculino del más alto cargo de la ONU debe terminar”, dijo a Pass Blue Marissa Conway, directora ejecutiva de UNA-UK.
Y agregó: “Ha llegado el momento de que los Estados miembros hablen de igualdad de género y nombren a una mujer secretaria general. Los Estados deben aprovechar esta oportunidad para ayudar a restaurar la fe en la ONU y demostrar que un liderazgo diverso e inclusivo es vital para lograr un mundo más igualitario, sostenible y pacífico”.

“Me siento muy honrada por el apoyo recibido, y creo que es fundamental que las mujeres estén presentes en todos los espacios de toma de decisiones”, dijo Bachelet al mismo medio mediante un correo electrónico. “No me cabe duda de que hay muchas mujeres destacadas con capacidades. Un desafío de esta naturaleza requiere mucha reflexión”, añadió.
Otras personas que han sonado como potenciales contendientes son la ex primera ministra de Nueva Zelanda Jacinda Ardern; Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), y el expresidente colombiano y Premio Nobel de la Paz Juan Manuel Santos, aunque la oficina de este descartó los rumores.
De todos modos, queda un largo camino para la elección del sucesor de Guterres. El primer paso es que los miembros del Consejo de Seguridad propongan nombres considerando antecedentes políticos y diplomáticos, pero que también cuenten con apoyo internacional.
Aquí el consenso es clave, pues cualquiera de los cinco miembros permanentes puede vetar al candidato. Finalmente, es el pleno de la Asamblea General el que ratifica el nombre de quien liderará la Organización de las Naciones Unidas por los próximos años.
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