Un papelón Mundial: las gestiones de Chile y la ANFP (con millonario depósito incluido) que terminaron en un portazo de la FIFA a la ilusión de la Copa 2030
La Conmebol anuncia a Uruguay, Argentina y Paraguay como las sedes de la primera fase del torneo y excluye a Chile. En la ANFP se sorprenden por el fin de una ilusión que había comprometido a los gobiernos de Sebastián Piñera y Gabriel Boric.
El fútbol chileno sufre uno de los golpes más dolorosos que ha recibido en el último tiempo. Ya no dentro de la cancha, donde se han vuelto cada vez más recurrentes. Ni siquiera en los pasillos, donde también se han vivido fracasos rotundos. Ahora basta un posteo en redes sociales para desbaratar una ilusión. Un tuit del presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, la echa por tierra. “Creímos en grande. El Mundial Centenario 2030 comienza donde todo se inició”, escribe, inicialmente, el paraguayo. Y luego añade el anuncio que se transforma, simultáneamente, en un disparo al corazón de las aspiraciones nacionales: “¡Uruguay, Argentina y Paraguay serán sedes de los partidos inaugurales del #Mundial Centenario”. La pregunta surge por añadidura: ¿Por qué no está Chile?
La respuesta, por el momento, no está muy clara. De hecho, el anuncio de Domínguez, que no incluía al país, sorprendió a la ANFP, donde aún no se animan a señalar a responsables. El paraguayo explicó con cierta tibieza la ausencia nacional. “En realidad originariamente se hablaba de dos países, que eran Uruguay y Argentina. Luego se amplió el Mundial de 32 a 48 equipos y se agregó en ese contexto a Paraguay y luego se agregó a Chile. Es cierto que en esta oportunidad no está Chile, lo que no significa que no vamos a trabajar para que Chile o esté o le encontremos algo de esta talla. Es una decisión que la toma FIFA, no nosotros. Ellos son los que determinan cómo y qué. Este es el momento en el que ya hay que comenzar trabajando en las sedes”, explicó el máximo dirigente del fútbol de la región, en una conferencia de prensa que convocó para el anuncio. En abril, de hecho, se habló de un Mundialito con la participación de los monarcas planetarios en la eventualidad de que la sede del Mundial de 2030 se le adjudicará a otra candidatura.
La cumbre que se desmorona
La noticia llega justo cuando Chile se apresta para otro megaevento deportivo. Los Juegos Panamericanos están a la vuelta de la esquina y, con certeza, concitarán la atención de todo el país. De hecho, la intención inicial era aprovechar la instancia para darle un fuerte impulso a una candidatura que, hasta que se realizaron los planes, contemplaba al país, que había manifestado firmemente su compromiso en los gobiernos de Sebastián Piñera y Gabriel Boric. El compromiso era absoluto e incluía a las autoridades de todos los niveles, partiendo por los respectivos gobiernos, que participaron activamente en las mesas de trabajo y reuniones que se realizaron en forma periódica. En ese contexto, la realización de los Juegos en Chile serviría como una instancia para volver a juntarse. De hecho, se proyectaba una cita del más alto nivel, para el 20 de octubre: se realizaría en La Moneda y la encabezaría el Presidente Gabriel Boric. Por el lado del fútbol, además de los presidentes de las federaciones que postulaban a la realización, estaría el timonel de la Conmebol, Alejandro Domínguez, quien aparecía como el principal aval de la postulación del bloque.
Ahora, en cambio, la sorpresa e incredulidad se mezclan con la incertidumbre. En La Moneda esperaban que la realización de los Juegos Panamericanos se transformara en un reflejo de la capacidad de Chile para organizar megaeventos y, por ende, en un aval para la idea de traer el Mundial. De hecho, a ese certamen están invitadas autoridades del más alto nivel. Naturalmente, la intención era aprovechar la justa para intensificar los acercamientos y compromisos
El depósito
En la ANFP, en tanto, destacaban los avances sustantivos que habían tenido las gestiones. Sin ir más lejos, subrayaban que en junio se materializó un trámite clave: se pagó a la FIFA la inscripción de la candidatura, cuyo costo le implicó a cada federación participante el pago de unos US$ 950 mil. En la ANFP reconocen que el depósito existe, pero debía ejecutarse en las próximas semanas. Esta obligación la asumió el gobierno.
La suscripción del compromiso, al margen de la formalidad, parecía una nueva muestra de que la intención sudamericana era seria y concreta y, por cierto, que incluía a Chile. La próxima semana se produciría otro hito clave. “Recibiremos los requerimientos finales”, apuntaba Michael Boys, director ejecutivo de Juntos 2023, la corporación que se encarga de los aspectos formales de la postulación.
El resto de las acciones, según destacaban en Quilín, apuntaban en el mismo sentido. Incluso resaltaban el compromiso estatal, a través del Ministerio del Deporte. “Se ha mostrado sumamente interesado y colaborativo y ha participado activamente en las reuniones que se han programado, por la vía presencial o telemática, precisamente con el finalidad de dar a conocer los avances en distintas materias”, resaltaban. En ese sentido, el vínculo con el ministro Jaime Pizarro, una personalidad estrechamente ligada al fútbol, era directo.
Hubo más: se llegaron a constituir comisiones como las de Ética y la Revisora de Cuentas, con el objetivo de darle la mayor transparencia posible al proceso.
Un rol que no sirvió
A Chile se le hizo creer que jugaba un rol protagónico, sobre todo en el ámbito organizativo. “La organización está centralizada en Chile. La corporación se constituyó acá, con normas chilenas. Hay una especial consideración por la capacidad de gestión y el orden. Y por las señales de probidad. Hay estándares muy altos en materia de revisión”, explicaba una fuente de la federación chilena.
La presencia de Boys, de amplia experiencia en la organización de mundiales, por su extensa presencia en la FIFA parecía, también, una señal poderosa. El periodista es, desde hace 10 meses, el director ejecutivo de Juntos 2030. Hace un mes, por ejemplo, informó de la apertura del proceso de licitación para las consultoras especializadas en el desarrollo y asesoramiento del cuaderno de cargos, para la postulación a la Copa del Mundo. Anteriormente, realizó llamados para participar en otros procesos relativos a la constitución del equipo de trabajo.
Sí se reconocía que no había grandes avances en materia de infraestructura, precisamente porque dependían de la designación de la FIFA, más allá de que a comienzos de septiembre 17 ciudades expresaron formalmente su intención de transformarse en sedes. En ese contexto, la idea era que la denominación fuera mucho más amplia que la relativa a los lugares en los que se disputarán los partidos y que primara el concepto integrador. De esta forma, por ejemplo, habría localidades que no recibirían encuentros, pero que podían transformarse en centros de entrenamiento y alojamiento para las respectivas selecciones, lo que también se traduciría, primero, en un desafío desde el punto de vista organizativo y, luego, en un factor de desarrollo, considerando las obligaciones que se tendrían que cumplir.
La ilusión era tan real que ya se mencionaban los recintos que servirían como probables escenarios de los encuentros que recibiría Chile. Los estadios Nacional y Monumental, en Santiago; Ester Roa Rebolledo, en Concepción, y Calvo y Bascuñán, en Antofagasta, aparecían como los más cercanos a cumplir los requisitos en materia de ubicación y capacidad. En cualquiera de los casos, de todas formas, iban a ser necesarias millonarias inversiones para realizar las profundas transformaciones que implicaría ponerlos a la altura de los estándares que exige la FIFA para la competencia.
El anuncio de Domínguez redujo el sueño a pesadilla y los planes a cenizas. Al final, la ilusión mundialista de Chile terminó transformándose en un verdadero papelón.
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