Un piso de US$ 370 mil por jugador: los millonarios premios que aseguraron Argentina y Francia por la final del Mundial de Qatar
En el partido entre las escuadras de Messi y Mbappé no solo está en juego el honor. También hay un millonario pozo, que incluso supera al que adjudicaron los galos al quedarse con el Mundial de Rusia, hace cuatro años. En el caso de la Albiceleste, también hay un cuantioso pozo ofrecido por la Conmebol como estímulo.
Está claro que el objetivo de los contingentes que encabezan Lionel Messi y Kylian Mbappé es conseguir la Copa del Mundo. El trofeo representa la máxima gloria para cualquier futbolista. Sin embargo, ni ese honor ni la vuelta olímpica son las únicas motivaciones. Detrás de la disputa que animarán Argentina y Francia hay, también, una millonaria batalla. Solo considerando los montos que reparte la FIFA el pozo es estratosférico Buena parte de él, incluso en el caso del equipo que no consiga la corona, irá a dar a los bolsillos de los futbolistas que dirigen Lionel Scaloni y Didier Deschamps.
La federación que resulte campeona en Qatar se embolsará US$ 42 millones. La que quede en segundo puesto se llevará un premio de consuelo que en ningún caso se puede considerar menor: US$ 30 millones. El monto decrece en función de la ubicación en la tabla general. Así, en el partido entre Croacia y Marruecos, también habrá mucho en juego: la tercera se embolsa US$ 27 millones y el último de los semifinalistas, US$ 25 millones.
Las utilidades que genera el máximo evento del balompié mundial son tan generosas que alcanzan para todos. Terminar entre el quinto y el octavo puestos reportaba US$ 17 millones y hacerlo entre el noveno y el 16º, US$ 13 millones. El mínimo que se podía llevar una selección eran US$ 9 millones. Esa cantidad es la que recibe cada uno de los clasificados solo por el hecho de acceder a la competencia. Solo esta última cifra puede servir como referencia para la insistencia de Chile en pelearle el cupo a Ecuador en el marco del caso Byron Castillo. Para la ANFP, ese dinero representaba un colchón considerable en una época de apreturas financieras.
Esas cifras, aunque evidentemente significativas, son apenas una muestra de los millonarios recursos que rondan al máximo torneo futbolístico. La FIFA tenía previsto repartir unos US$ 440 millones durante el certamen. Y no solo para quienes estén en el país árabe. Los beneficios también tocarán a los clubes que facilitan a sus jugadores a las selecciones que intervienen en el torneo: para ellos hay US$ 220 millones a repartir. 426 clubes de 63 países accederán a ese beneficio.
El otro estímulo
Argentina tiene sobre sus espaldas otra responsabilidad: la de representar los intereses y la tradición del fútbol sudamericano. Para la escuadra que dirige Lionel Scaloni responder a esa presión exitosamente implicará un premio adicional: US$ 10 millones provenientes desde la Conmebol. El monto corresponde a un compromiso suscrito por Alejandro Domínguez, el presidente de la entidad que rige al fútbol sudamericano, en abril de este año, cuando fue reelegido en la testera de la confederación sudamericana.
“Propongo hoy me aprueben de que la Conmebol tenga un premio adicional al premio que da la organización de FIFA al equipo sudamericano que pueda volver a conquistar la Copa del Mundo. Para que Conmebol pueda dar un premio de US$ 10 millones”, dijo Domínguez en el marco del discurso posterior a la ratificación en el puesto. El aplauso cerrado que recibió su iniciativa se entendió como una aprobación unánime.
Ese día estuvo marcado por un simbolismo. Domínguez llamó a los cuatro presidentes de las federaciones que representarían al bloque en la cita asiática y los invitó a alzar la mano derecha en señal de juramento. La promesa era tan sencilla como contundente. “Que van a hacer todo lo que tengan en la mano para que este año la Copa del Mundo vuelva a Sudamérica”, les requirió.
La tarea para los transandinos es recuperar el dominio del fútbol para esta parte del mundo. Han pasado exactamente 20 años desde la última vez que el título se celebró en la región. El último fue Brasil, en la Copa del Mundo que organizaron, conjuntamente, Japón y Corea del Sur. Los siguientes monarcas fueron Italia, España, Alemania y Francia. Los galos se juegan la chance de repetirse el plato y de consolidar, aún más, a una pródiga generación.
¿Y los jugadores?
Habitualmente, cada federación pacta con sus respectivos jugadores el monto de los estímulos mucho antes de que el balón comience a rodar en las respectivas competiciones. Generalmente, están asociados a las diferentes fases que vayan superando, lo que se traduce en mayores beneficios para las respectivas asociaciones y, por ende, para los deportistas, que suelen ser lo que más se benefician de los ingresos. Sin embargo, hay una fuente de recursos para los futbolistas que no depende de un eventual acuerdo, sino que es el piso que garantiza la FIFA: la entidad que preside Gianni Infantino garantiza a cada jugador US$ 10 mil dólares por cada día trabajado en relación al evento. Es una suerte de
Si se considera que la vinculación con la respectiva selección comienza una semana antes del puntapié inicial en el torneo y culmina un día después de la definición, cada uno de los jugadores recaudará US$ 370 mil por ese concepto. Para entender la magnitud de las ganancias, ayuda bastante traducir la cifra a pesos chilenos: considerando el actual valor de la moneda americana, el monto asciende a 324 millones de la unidad nacional.
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