¿El urinario de Duchamp es en realidad obra de una mujer?
En los últimos años se ha afianzado la teoría sobre que la pieza, considerada el inicio del arte conceptual, habría sido creada por una mujer, Elsa von Freytag-Loringhoven, artista amiga de Duchamp. La escritora Siri Hustvedt se inspira en ella para su última novela, Memorias del futuro.
La historia oficial dice que en 1917, Marcel Duchamp presentó La fuente, un urinario invertido firmado como R. Mutt, para que fuese exhibido en la exposición de la Sociedad de Artistas Independientes de Nueva York. La pieza fue rechazada y nunca se expuso en público, pero el fotógrafo Alfred Stieglitz la registró y fue publicada en The Blind Man, un periódico dadaísta de la época. Y aunque el original del urinario desapareció, la pieza se convirtió en un emblema del nuevo arte conceptual.
Sin embargo, la anécdota siempre estuvo rodeada de un halo de misterio. Sobre todo, luego de que en 1982 se hiciese pública una carta que Duchamp envió a su hermana Suzanne, fechada el 11 de abril de 1917, donde le cuenta que "una de mis amigas que había adoptado el seudónimo de Richard Mutt me envió un urinario como escultura".
Desde entonces, los historiadores han hecho apuestas en torno a quién podría ser la verdadera autora. Se barajó primero que Duchamp se estuviese refiriendo a su propio alter ego femenino, Rrose Sélavy, pero luego apareció la figura de la baronesa Elsa von Freytang-Loringhoven, una artista dadá de origen alemán, amiga efectivamente de Duchamp, quien en los últimos años ha sido rescatada del olvido.
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Marcel Duchamp posa junto a una de las réplicas de La Fuente.[/caption]
La escritora estadounidense Siri Hustvedt es una de sus más recientes defensoras: cuenta su historia y la integra como personaje en su última novela, Memorias del futuro, basándose sobre todo en la biografía publicada sobre ella en 2002 por la historiadora del arte Irene Gammel. En 2015, además, los curadores Glyn Thompson y Julian Spalding presentaron, como parte del Festival de Edimburgo, la muestra Lady's not gent's, una exhibición dedicada justamente a resaltar a Elsa von Freytag-Loringhoven como la verdadera autora del urinario.
Entre las evidencias que se entregan, está el hecho de que el mismo Duchamp no reclamó la autoría hasta 1938, once años después de la muerte de la baronesa, y más bien lo hizo porque André Bretón se lo atribuyó. Además, no fue hasta 1950, cuatro años después de la muerte del fotógrafo Stieglitz, que Duchamp autorizó la primera réplica de La fuente, para una exposición en Nueva York. Le siguieron dos réplicas individuales más en 1953 y 1963, y luego una edición de ocho que fueron a parar a las colecciones de varias instituciones como el Museo de Arte Moderno de San Francisco, el Centro George Pompidou y la Tate Modern.
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La baronesa Elsa von Freytag-Loringhoven[/caption]
Poeta y artista de performance
¿Pero por qué se cree que Elsa von Fraytang-Loringhoven podría ser la autora real? Un reporte sobre la obra publicado por The New York Herald en 1917, dice que el autor de La fuente es de Filadelfia, y ella fue la única amiga de Duchamp que estaba instalada en esa ciudad. Además ese mismo año la artista presentó una obra similar al urinario como obra de arte: Dios, una pieza de plomería de hierro fundido que fue primero atribuido al artista Morton Livingston Schamberg, pero que ahora está en el Museo de Arte de Filadelfia como obra de la baronesa. De hecho, algunos ven Dios y La fuente como partes de un sólo díptico.
La historia de Elsa von Fraytag-Loringhoven se remonta a la escena de arte de vanguardia en Alemania anterior a la gran guerra. Nació en 1874, estudió arte en Munich y en 1909 se trasladó a EEUU con su primer marido, un arquitecto alemán. Sin embargo, la pareja se separó y ella volvió a contraer matrimonio en 1913 con Leopold von Freytag-Loringhoven, de quien toma su apellido. El matrimonio duró poco y Elsa se quedó sin un centavo en Nueva York, trabajando como modelo de artista y robando para sobrevivir. Escribió poesía e hizo arte con objetos que encontró en la calle.
Como poeta, de hecho, es más conocida. A partir de 1918 comenzó a publicar su poesía en The Little Review, junto a las entregas de Ulyses de James Joyce, pero la mayoría de su obra quedó inédita hasta que en 2011 se publicó Body Sweats: The Uncensored Writings of Elsa von Freytag-Loringhoven, considerado según el diario The New York Times como uno de los libros de arte más notables del año.
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Otro ready-made de la baronesa, God de 1917 está en el Museo de Arte de Filadelfia[/caption]
Paralelo a la poesía, la baronesa realizó esculturas, pinturas y ensamblajes de objetos encontrados, que obtenía directo de la basura. Pocos de ellos sobrevivieron, entre los que están Enduring Ornament (1913), Earring object (1917-1919), Cathedral (1918) y Limbswish (1929). También está su Retrato de Marcel Duchamp, que el Museo Whitney de Nueva York redescubrió en 1996, como otro de sus ready-made.
La artista fue conocida también por hacer performances en la calle, en ocasiones desnuda y muchas veces ataviada con objetos extraños, por lo que fue arrestada en numerosas oportunidades. Se cuenta que en una ocasión se paseó con la cabeza totalmente rapada y pintada de rojo. La baronesa murió en 1927, en su departamento de París, a raíz de una intoxicación por gas. Las circunstancias no son claras. Vivió sus últimos años sin reconocimiento alguno y con poco dinero, sólo ayudada por amigas como Bernice Abott y Peggy Guggenheim.
Si bien la autoría de La fuente está en discusión, para ser justos fue Marcel Duchamp quien en 1915 acuñó el término de ready-made, objetos comunes que se vuelven objetos artísticos, que sería una de las bases del arte conceptual. El primer ready-made fue su Secador de botellas, de 1914, pero el más emblemático sería el urinario.
Una evidencia concreta sobre su eventual falsa autoría de La fuente es la historia que contó: según él, habría comprado el urinario en JL Mott Ironworks Company, y de allí habría ideado la firma que utilizó, adaptando el Mott a Mutt. Pero esa versión no podría ser cierta, ya que el modelo del urinario (Bedforshire) no aparece en ninguno de los catálogos de la empresa.
Para los curadores de la muestra Lady's not gent's la nueva autoría del urinario es un cambio radical: "Esto hace que el arte conceptual salga del agua", dice Julian Spalding. "Todo se basa en un mito. Esto cambiará la historia del arte: todos los libros de historia sobre arte moderno tendrán que ser reescritos. Todos los artistas que afirman que su trabajo proviene del urinario de Duchamp tendrán que replantearse".
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