Víctimas indirectas de la sequía: la selección nacional de remo se está quedando sin pista
Son el deporte más ganador de Chile en los últimos años, pero su promisorio desarrollo corre serio peligro. La crisis hídrica en Valparaíso ha hecho que Esval ocupe las aguas del tranque La Luz, actual cancha de entrenamientos de la selección nacional de remo, para suplir la necesidad de agua potable de buena parte de la región. El vaciamiento que se ha hecho es tal, que está en dudas que puedan seguir entrenándose allá.
La crisis hídrica que golpea la zona central del país se ha profundizado. Mientras Esval, la empresa que suministra el agua potable al Gran Valparaíso, saca cálculos y ya se ha puesto en el escenario de un eventual racionamiento para el próximo año, otros grupos miran perplejos los efectos colaterales de la sequía.
Y es que el tranque La Luz, ubicado en el corazón del sector de Curauma, se ha transformado en una de las principales fuentes fluviales que han evitado los cortes de agua en Valparaíso. Pero a cambio, ha puesto en jaque a la selección nacional de remo, la más exitosa en la última década en Chile, secando sus pistas y obligándolos a proyectar un nuevo lugar donde aposentar el Centro de Alto Rendimiento.
“El agua está ahora mismo al nivel en que está en marzo, que es la etapa más seca, cuando se acaba el verano. Se está volviendo muy difícil remar. Se nota mucho la falta de agua, porque están sacando muchísima. Calculo que a este ritmo, de aquí a marzo ya estará todo seco”, explica Bienvenido Front, el head coach español que llegó en 2011 a revolucionar el deporte de las palas en Chile.
Según cifras de Esval, hasta el 30 de septiembre las principales fuentes de agua estaban desabastecidas. Los Aromos figuraba con un 46,4% de su capacidad (32.250.000 m3) y Peñuelas prácticamente seco (0,58%, de 95.000.000 m3), mientras que el tranque La Luz presentaba una reducción de un 27,6% de su capacidad total (5.500.000 m3), transformándose en la opción para el suministro de buena parte de la comuna de Valparaíso.
Para Esval es inevitable tocar las aguas que hoy utiliza el remo. “Se ha informado permanentemente a las autoridades sobre el uso del tranque y se ha sido claro en la necesidad de buscar alternativas para la práctica del remo, puesto que dicho cuerpo de agua es la fuente que hoy permite apoyar el abastecimiento de más de 15 mil personas de Curauma y Placilla. Sin su uso, tendríamos racionamientos hace años en el sector”, dice Alejandro Salas, gerente regional de Esval.
En 2016, la empresa adquirió los derechos de agua del tranque, precisamente para casos de sequía como el que se vive ahora. En esa época, la crisis hídrica aún se veía con distancia en la zona e incluso sabiendo que el agua tendría otros dueños, el gobierno decidió crear ahí un moderno Centro de Alto Rendimiento para el remo y el canotaje.
“Los últimos años hemos visto que durante muchos meses el agua ha estado criticamente baja, lo que además es muy peligroso para entrenar, porque con las algas te puedes enganchar y lesionar”, advierte María José Mailliard, bicampeona mundial de canotaje, la otra disciplina que se desarrolla en Curauma. Y advierte: “Aquí se van a disputar los próximos Juegos Panamericanos y no veo un lugar mejor para realizarlos. En el sur hay mucho viento y está lejos de Santiago”, expone una de las mejores deportistas en Lima 2019.
Desde el Comité Olímpico Chileno, prefieren confíar en que el escenario se revertirá. “Creemos que si en 2022, a pesar de ser un año seco, hay algo de lluvia, alcanzaremos a recuperar Curauma con miras a los Juegos Panamericanos del 2023. Con un año más seco que 2021 sí se nos complicaría, y tendríamos que pasar a un plan B”, dice su presidente, Miguel Angel Mujica.
Lo cierto es que hoy la situación de sequía es crítica: el déficit promedio de lluvia es de 70%, mientras el de nieve alcanza un 60%. Con apenas tres lluvias durante el invierno, el descenso en los niveles de agua en ríos y pozos y, sobre todo Peñuelas, que era la fuente principal hace unos años han hecho que se deban tomar medidas extraordinarias.
“Por eso, la meta más inmediata es aumentar la acumulación de agua en el embalse Los Aromos para enfrentar la próxima temporada alta y cubrir el suministro para el Gran Valparaíso y Litoral Norte”, asegura Salas.
El remo y el canotaje, por ahora, se prepara para lo peor. “Sé que nos quedaremos aquí hasta diciembre. Después tenemos preparados varias concentraciones fuera del país y no sé que pasará al regreso. Lo que más me apena no es la selección, sino los más de 300 deportistas de clubes que aquí entrenan”, se lamenta Front.
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