Visas de residencia para estudiantes falsas: el mecanismo para traficar migrantes haitianos por US$ 1.500 que descubrió la PDI

PDI

Un reporte sospechoso enviado en 2016 por el Consulado de Chile en Haití fue el puntapié inicial para una indagatoria por el presunto delito de tráfico ilícito de migrantes. Luego de años de análisis, la policía civil logró acreditar que el imputado Wilguins Astreide habría montado un sistema en el cual vendía matrículas educativas para ingresar a Chile para, supuestamente, estudiar. Sin embargo, luego de llegar a territorio nacional, eso nunca ocurrió.


Desde el año 2016 que la Brigada Investigadora de Trata de Personas (Bitrap) Metropolitana de la PDI venía investigando un caso de presunto tráfico ilícito de migrantes desde Haití hacia Chile. Luego de más de cinco años de indagatoria, esta semana la policía civil logró detener al principal y único imputado en la causa.

Se trata del ciudadano haitiano, con residencia definitiva en Chile, Wilguins Astreide (39). Durante todo este tiempo, los detectives de la PDI rastrearon un mecanismo que habría sido creado y promovido por el imputado para gestionar visas a ciudadanos haitianos con el objetivo de que llegaran al país supuestamente para cursar estudios, pero en realidad ese objetivo era solo una fachada.

La primera alerta que dio origen a esta causa que es investigada por la Fiscalía Centro Norte llegó por parte del Consulado de Chile en Haití. Fue en 2016 cuando a los funcionarios de ese organismo les llamó la atención la cantidad de solicitudes de visas de residencia para estudiantes.

En ese momento, la primera alarma fue el volumen de requerimiento. Luego se sumó otra aún más sospechosa. “La información que venía asociada a esas solicitudes de visa venían con un correo electrónico muy particular, en el sentido de que todas estaban asociadas a un solo correo. Eso fue lo que llamó la atención y fue el puntapié inicial de la investigación”, relata a La Tercera PM el subscomisario de la Bitrap Metropolitana, Sebastián Ortega.

Los 20 casos acreditados

Fue en ese momento cuando comenzaron las primeras diligencias. Lo primero que se hizo fue rastrear a la persona que estaba detrás de ese correo electrónico. Así fue como llegaron a Astreide. Luego los detectives tuvieron que hacer la trazabilidad de cada una de las visas de residencia para estudiantes que fueron otorgadas.

El subcomisario Ortega detalla que se analizaron casi 200 visas. Para cada una de ellas se tuvo que determinar la fecha de ingreso al país, el establecimiento educacional en el cual supuestamente estaban matriculados, para luego corroborar que los solicitantes efectivamente hayan cursado los estudios por los cuales llegaron a Chile.

El imputado -que hoy está con la medida cautelar de arraigo nacional- operó siempre desde Chile. Desde aquí funcionaba como apoderado de los solicitantes de las visas y desde esa posición matriculaba a las personas. Luego, con ese trámite resuelto, Astreide -según los antecedentes recabados hasta el momento- cobraba entre US$ 1.000 y US$ 1.500 por visa. “Se trataba de un subterfugio que consistía en hacerse pasar por estudiantes con todo este protocolo de obtención de visas siendo que esa nunca fue la finalidad. Ellos al llegar a Chile cambiaban a visa de trabajo”, afirma Ortega.

El subcomisario detalla que “en este caso las visas se configuraron como ideológicamente falsas y ahí se estableció el delito de tráfico ilícito de migrantes”. Del análisis realizado por la PDI se logró acreditar de 20 migrantes de nacionalidad haitiana que ingresaron al país, entre los años 2015 y 2016, con estos documentos. Todos lo hicieron con sus matrículas educativas en Compañía Nacional de Capacitación, un instituto privado de educación que tiene convenio con la Otec.

El detective explica que “el tráfico ilícito de migrantes en Chile se da principalmente por ingresos clandestinos o utilizando documentación ideológicamente falsa, que fue este caso”. Por eso mismo es que la indagatoria que lleva junto con la Fiscalía Centro Norte tendrá, entre otros objetivos, dilucidar si este mecanismo podría estar presente en otro tipo de casos, algo que por ahora aún no se puede descartar. “Estamos investigando para establecer si se trata de un caso aislado o podría ser un modus operandi recurrente”, concluye Ortega.

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