Vuelan plumas en Contraloría: Bermúdez insiste en sacar a su ex mano derecha y ella se atrinchera

Jorge Bermúdez
El contralor Jorge Bermúdez.

En el entorno de Bermúdez recalcan que la pérdida de confianza es total y se vincula al avance de la investigación sumarial sobre el fraude en Carabineros, dado que Dorothy Pérez fue subjefa de auditoría y remuneraciones a cargo de la institución. La disputa por su remoción está desatada.


Hoy la abogada Dorothy Pérez, quien aún ejerce como subcontralora General y jueza de cuentas de la Contraloría General de la República, cruzó la puerta del edificio institucional en calle Teatinos y acudió, como cada día, hasta su oficina.

La situación sería del todo normal si no fuera porque el día lunes, como publicó Radio Bío Bío, el Contralor Jorge Bermúdez le solicitó su dimisión tras meses de desavenencias y, señalan cercanos a éste, una pérdida absoluta de confianza.

Ella, quien fue su mano derecha, simplemente se negó a dejar el cargo y la entidad fiscalizadora enfrenta un proceso inédito. Bermúdez plantea próximamente apelar al artículo 148 y 150 del Estatuto administrativo que prevé que si una persona en un cargo de confianza, conocido como de segundo nivel, se rehúsa a dimitir, procede que se declare vía decreto su puesto como vacante. Por su parte, Dorothy -tal como lo anunció en un correo electrónico al Contralor-, invocará el artículo 4 de la ley 10.336 de la ley orgánica de la Contraloría General de la República, para atrincherarse.

Según explican fuentes cercanas a Bermúdez, la norma a la que alude Pérez y que implica que su remoción debe ser zanjada "por el Presidente de la República, previa resolución judicial tramitada en la forma establecida para los juicios de amovilidad que se siguen contra los Ministros de los Tribunales Superiores de Justicia y por las causales señaladas para los Ministros de la Corte Suprema", está en desuso, por lo que no sería aplicable. Más aún, señalan que por normas posteriores, como el decreto ley 3551 de 1980, ha sido derogado tácitamente. Sin embargo, abogados de la plaza recalcan que el desuso no es homologable a derogación, por lo que el Contralor estaría, en los hechos, en un zapato chino y podría tener que seguir trabajando obligadamente con Dorothy.

El experto en derecho administrativo, Luis Cordero, explica que el problema de interpretación se genera a consecuencia de la modificación que hizo la dictadura a la ley orgánica de la Contraloría el año 1980, que declaró a todos los funcionarios de la Contraloría de la confianza del contralor. "Sin embargo, esa reforma no modificó las reglas aplicables al subcontralor, quien desde la regulación original está sometido a restricciones para efectos de su remoción a través de un juicio de amovilidad ante la Corte Suprema. Si se genera esta discusión será la primera vez que se pone a prueba esta regla. La crisis institucional previa de Contraloría fue en 1945 con la acusación constitucional y destitución del contralor Vigorena", detalla.

Jorge Barrera, abogado constitucionalista, plantea que la "subcontralora goza de las mismas prerrogativas e inamovilidad con la que cuentan los tribunales superiores de Justicia. Removerla corresponde al Presidente de la República y previo a una resolución judicial que se tramite en la forma en que está establecida para los juicios de remoción y por las causales señaladas para los ministros de la Corte Suprema (...) el subcontralor en ningún caso es un cargo de exclusiva confianza del Contralor General de la República".

Y agrega que "acá se podría iniciar un procedimiento en virtud de lo dispuesto en el artículo 80 de la Constitución. El conflicto estará en determinar si la subcontralora tuvo o no buen comportamiento".

Con todo, en el organismo fiscalizador, apelan a la prudencia: "Esto es como si el Presidente le pidiera una renuncia a un ministro y éste se negara a salir. Pérez debe subrogar al Contralor cuando éste no está. Si no confía en ella, ¿qué hace?", detallan.

Los meses de crisis

En los descargos que Pérez planteó en la carta que envió el lunes a Bermúdez, afirmó que "he sido citada en calidad de TESTIGO por la fiscalía en causa RUC 1601014175-7 (citación que UD. me notificó y entregó en ese mismo acto) y en base a las informaciones previas que la fiscal sumariante de un sumario interno (señora Loreto Valenzuela), le habría efectuado acerca de mi eventual responsabilidad en dicho proceso, cuya etapa indagatoria ni siquiera ha finalizado". Añadió que esta circunstancia "le habría originado a Ud. una pérdida de confianza en mi persona y que por dicha razón me remueve del cargo, pese que en mi presencia ha reconocido expresamente que Ud. sabe que no tengo participación en dichas irregularidades".

Fuentes de Contraloría recalcan a La Tercera PM que la crisis se arrastra desde hace meses por varios hechos "que concluyen con la citación a declarar". "Ella por ahora está declarada como testigo, pero los datos que el Contralor maneja son suficientes para pedirle el cargo. El contralor no va a tomar una decisión sin fundamento, por la función que ella desempeña es necesario ser intachable, sobre todo considerando que como Contraloría debemos tener un estándar. Hay que mencionar además que en las únicas ocasiones en que se ha pedido el cargo ha sido por falta de la integridad de funcionarios que fueron vinculados al fraude en carabineros".

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Ayer, Bermúdez inauguró el II Seminario Internacional Anticorrupción. En la foto, junto a los corpóreos de la institución, Contralorito y Contralorita.[/caption]

En esta misma línea aluden a que si bien Bermúdez no conoce cuáles son los antecedentes que maneja el fiscal Eugenio Campos, a cargo del fraude verde, sí ha debido entregar, a petición del Ministerio Público, antecedentes del sumario interno. Éste no está dirigido a una persona en particular si no que apunta a todos quienes están involucrados. "Ella, tal como ha salido en la prensa, fue subjefa de auditoría y remuneraciones a cargo de Carabineros. El resultado es reservado a requerimiento del Fiscal Campos y la Fiscalía, pero frente a cualquier hecho que sea sospechoso, los funcionarios públicos tienen el deber de denuncia", plantean estas fuentes.

En paralelo, agregan que la calidad de testigo de Pérez en la indagatoria de Campos podría ser modificada.

La ascendente carrera de Dorothy Pérez

Fue mientras Dorothy Pérez trabajó en la contraloría regional de Valparaíso que se conoció con Jorge Bermúdez, quien era profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica de Valparaíso. Ahí llegó en 2007 a la ex Unidad de Toma de Razón y Registro, actual Unidad de Personal de la Administración del Estado (UPAE), y en diciembre de ese mismo año fue nombrada contralora regional de la zona, cargo que mantuvo hasta 2010.

La abogada de la Universidad de Chile, con magíster en la Universidad Católica y Universidad Adolfo Ibáñez, había tenido una ascendente carrera al interior de la institución desde su ingreso en 2004 como abogado de la División de Vivienda, Urbanismo, Obras Públicas y Transportes. Un año después, entre 2005 y 2006, fue abogado informante de la contraloría Regional de Magallanes.

Tras su paso por la V Región, y cuando Ramiro Mendoza fue nombrado contralor, Pérez fue ascendida a subjefa de la División de Auditoría Administrativa, en Santiago, lugar en el que se mantuvo hasta 2014.

Un ex funcionario de la época recuerda que la abogada "era conocida por llevar los casos más potentes" en esta materia. "Tiene una personalidad súper fuerte. Durante la gestión de Mendoza era conocida también por 'dura', todos los funcionarios le tenían un respeto brutal", agrega.

El mismo ex funcionario dice que "hace diez años, en una institución donde el promedio de edad es de 60 años, fue un proceso duro para ella poder validarse".

Y otro ex compañero añade que "ella es inteligente y tiene olfato político, cosa que Bermúdez no tiene. Llegaba siempre temprano y era la última en irse. Es trabajólica y de las funcionarias más preparadas".

Pero su labor ahí no estuvo exenta de problemas. Según recuerdan, su llegada a la División de Auditoría le trajo varios conflictos con quien era su jefa de entonces, María Isabel Carril Caballero. Según recuerdan funcionarios de la época, Mendoza depositaba mucha confianza y tenía relación directa con Pérez, lo que molestaba a Carril. Los roces llegaron a tal punto, que la hoy subcontralora presentó una licencia por estrés que duró varios meses y, más tarde, terminó renunciando a la Contraloría.

Fue tras ello que en marzo de 2014, con la llegada del segundo gobierno de Michelle Bachelet, Dorothy Pérez fue reclutada por Nicolás Eyzaguirre para asumir como jefa de la División Jurídica del Ministerio de Educación. Allí trabajó hasta enero de 2016 –ya estaba Adriana Delpiano al mando de la cartera-, cuando volvió a la contraloría como jefa de gabinete del propio Bermúdez.

Para la elección del sucesor de Mendoza a fines de 2015, dos personas que trabajaron con la subcontralora afirman que movió todos los hilos para que el elegido fuera Bermúdez. "Ella encontraba que era la mejor carta por sus características humanas y de trabajo. Y para eso habló con parlamentarios y gente de La Moneda", afirma uno de ellos. Desde su puesto en el Mineduc, dicen, ayudó mucho a que se nominara a Bermúdez.

El 12 de septiembre de 2016 asumió como Subcontralora General de la República y Juez de Cuentas.

"Dorothy es tremendamente trabajólica y leal. Cuando estuvo con Mendoza era muy leal y con Bermúdez ha sido lo mismo. Me cuesta creer que quien hace un año la defendió ante los diputados (por el caso Fraude en Carabineros) haya perdido la confianza", afirma un cercano.

En esta teleserie, quien no ha emitido opinión en la cuenta tuitera del órgano contralor. Allí, los pájaros contralorito y contralorita siguen sin tomar razón de este conflicto.

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