WAM versus CAM: el duelo de grupos radicalizados mapuches en la macrozona que dejó atrás el liderazgo de Héctor Llaitul

Tirúa
Foto: Gobernación de Arauco.

Las disputas en la zona entre los grupos radicalizados y la supuesta pérdida de influencia del líder de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM) por sobre otras células mapuches es parte del complejo panorama que se vive en la denominada Macrozona Sur del país. Según fuentes de gobierno e investigadores de la zona, son cuatro los grupos más conocidos. Mientras algunos creen que Llaitul perdió poder y la WAM está tomando el control, otros piensan que es solo una forma del líder mapuche para mostrar una postura más conciliadora, pero que su ascendencia sigue intacta.


El 15 de diciembre de 2019, cerca de las 22.00, al menos seis encapuchados llegaron con palos, armas de fuego y elementos incendiarios a la casa de Claudio Pilquimán Aguayo, en el sector rural de Ranquilhue Chico, en Tirúa. Cuando entraron, amenazaron a la familia y exigieron las llaves de las camionetas con las que trabajaba en una de las forestales de la zona. Pilquimán se negó a entregarlas y los desconocidos empezaron a disparar y a pegarle a la familia. Es ahí cuando lograron quitarle la capucha a uno de los atacantes. Para su sorpresa, se dieron cuenta de que era de su propia familia. Se trataba de Óscar Pilquimán, primo de Claudio. Uno de los disparos impactó en la cabeza a Elodia María Aguayo Catril, su madre, provocándole la muerte.

Esta es parte de la acusación que presentó el Ministerio Público por el delito de robo con homicidio en contra de Óscar Pilquimán, para quien se pidió presidio perpetuo. Su juicio comenzará en junio próximo y da cuenta acerca de cómo al interior de las comunidades conviven familias que están enfrentadas porque algunos de sus miembros trabajan para empresas forestales mientras otros están ligados a luchas reivindicatorias territoriales. Según investigadores de la zona, Óscar Pilquimán es sindicado como “preso político” por la Coordinadora Arauco Malleco (CAM) y fue parte de los imputados que estuvo en huelga de hambre a mediados del año pasado en la cárcel de Lebu.

Las disputas en la zona entre los grupos radicalizados y la pérdida de influencia del líder de la CAM, Héctor Llaitul, por sobre otras células mapuches, es parte del complejo panorama que se vive en la denominada Macrozona Sur del país y es seguida atentamente por autoridades de gobierno, de Inteligencia e investigadores.

A eso se suma que Llaitul empezó a tener problemas con las comunidades que han acordado trabajar con las forestales, quienes se están enfrentando al líder de la CAM, acusándolo de que no los dejan trabajar. “Este es el resultado de la CAM, directamente de Héctor Llaitul. Él lo único que quiere es que nadie venga para acá, que nadie progrese, aquí estábamos sacando agua a esta comunidad, llegaron en nombre de la CAM, en nombre de Héctor Llaitul, llegaron disparando, el único responsable de esto es la CAM, que lo único que le interesa es que nadie entre para acá, mucha gente coludida en este tema pagados directamente por Llaitul”, dice el audio de un video difundido por redes sociales, donde se ve un camión incendiado de un equipo que estaba trabajando para una forestal.

Grupos

Antecedentes policiales y que manejan las autoridades dan cuenta de que desde 2018 son 310 los atentados que han sido reivindicados por distintos grupos violentos que operan en la Macrozona Sur. De estos, 160 no mencionan una organización específica, pero de los otros 147, sí hay nombres que se repiten.

Estos son la CAM, Weichan Auka Mapu (WAM), Resistencia Lafkenche y la Resistencia Mapuche Malleco (RMM). Ninguna de ellas funciona como una organización propiamente tal, es decir, no responden a un líder, voceros o estructura orgánica. Salvo una: la CAM. Es por eso, advierten autoridades policiales y gubernamentales de la zona, que la figura de Llaitul ha ido perdiendo fuerza.

“Fue casi un golpe de Estado”, mencionan conocedores del conflicto, dado que lo ocurrido el sábado pasado con el atentado al equipo de TVN, liderado por el periodista Iván Núñez, impactó en la dinámica interna de estos grupos. Aseguran que fue para dejar en claro que no los representa a todos.

De estos cuatro grupos que tienen el predominio de la violencia rural en la Macrozona Sur, son la CAM y la WAM las dos más icónicas y transversales en cuanto al territorio que abarcan.

En el caso de la CAM, esta comenzó a operar en la zona en la segunda mitad de los 90, con un origen ideológico, más político que violento, dicen quienes les han seguido la pista. Conocido es el paso que tuvo Llaitul, uno de sus líderes, por el Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR).

Sin embargo, con el correr de los años, cuentan fuentes policiales de la zona, comenzó a surgir en la CAM una vertiente más radical. Incluso, en el gobierno y en los servicios de Inteligencia de las policías, siempre vincularon a Emilio Berkhoff con la Coordinadora Arauco Malleco, pero en la actualidad lo posicionan más cercano a la WAM.

Si bien no hay una fecha clara del origen de la WAM, distintos reportes policiales lo asocian a un grupo de descolgados de la CAM, con un giro más violento y radical. Su primera aparición está situada en 2016, a través de un comunicado público, donde reivindicaron 30 atentados registrados desde 2013 a 2016.

En esa oportunidad dijeron que “somos una expresión de alianza orgánica, con principios e ideales apegados al pensamiento y práctica que ejercieron nuestros antepasados en su proceso de convivencia, como también en una estrategia de resistencia digna frente al enemigo usurpador y opresor”.

A diferencia de la CAM, las autoridades no han podido vincularlas a líderes ni mandos medios. “Llaitul lanza libros, por ejemplo. Ellos no aparecen mucho, no tienen un rostro”, sostienen en el gobierno.

La zona costera

Para tener una referencia clara, hay que ubicar a la CAM y la WAM como dos organizaciones grandes, explican en la zona. Después de ellas están Resistencia Lafkenche y la Resistencia Mapuche Malleco (RMM).

A Resistencia Lafkenche la ubican en la zona costera de la macrozona, en las comunas de Contulmo, Tirúa, Cañete, Nueva Imperial y Carahue. El 23 de junio del año pasado ocurrió una de sus más violentas intervenciones, cuando con un artefacto explosivo derribaron una antena telefónica en la comuna de Quidico, en Arauco, Región del Biobío.

A través de un comunicado en el que reivindicaron el atentado, señalaron que “con esto damos un paso firme hacia la unidad de la Resistencia Mapuche en la zona Lafkenche”. En el documento agregaron que esto “reafirma el compromiso irrestricto de expulsar del territorio a empresas forestales o cualquier otra expresión capitalista que atente contra la vida mapuche y de los pueblos”. Es más, están en pleno enfrentamiento interno, con 12 comunidades que tienen integrantes de sus familias como funcionarios remunerados de forestales.

Por otro lado está la Resistencia Mapuche Malleco, quienes se desplazan por la provincia del mismo nombre y las comunas de Lumaco, Traiguén, Purén, pero principalmente entre Ercilla y Victoria.

Este grupo, aseguran fuentes policiales, mantienen algunos vínculos con la comunidad Temucuicui. Su origen lo sitúan entre 2016 y 2017, años en que hubo una seguidilla de atentados incendiarios a distintas iglesias de La Araucanía.

Además, fuentes de gobierno identifican a una serie de células a lo largo de la Ruta P-72, donde fue atacado el equipo de TVN. Estas buscan desmarcarse de la CAM y se unen cuando tienen un enemigo común. Se hacen llamar la Franja Lafquenche. Este grupo lo componen la WAM, Antequina, Tranaquepe, Huellanos y Quidico y tienen control sobre el territorio de Tirúa y Cañete, quienes se unen para algunos fines y también se disputan la misma zona.

Distintos prismas investigativos

Desde los equipos investigadores de la IX y la VIII no hay consenso en esta supuesta “pérdida” de liderazgo de Llaitul en la zona. En La Araucanía, quienes participan de la persecución penal de hechos vinculados a violencia rural sostienen que desde hace un tiempo se le ha visto al líder de la CAM tendiendo lazos con líderes de comunidades en Temuco, Victoria, Traiguén, Collipulli y Angol. Esto se ha leído en la zona como una reacción al poder que está teniendo la WAM que, además, ha logrado tener mayor presencia en la provincia de Cautín. A esto se suma, dicen las mismas fuentes, la aparición de panfletos en los últimos atentados con la consigna “liberación nacional mapuche” en alusión al antiguo eslogan del grupo liderado por Llaitul.

En varias investigaciones de La Araucanía, dicen las mismas fuentes, se registran actos reivindicados por la WAM y que son cometidos por Resistencia Mapuche Lafkenche, sobre quien WAM tendría ascendencia, dejando de lado a Organismo de Resistencia Terrirtorial que años atrás era considerada una célula de la CAM en ese territorio. ¿Quién es el líder de la WAM? Eso para los investigadores aún no está claro, aunque algunos atribuyen que quien tendría ese rol es Fidel Tranamil, hermano de Luis Tranamil, quien hoy está en prisión preventiva como sospechoso del asesinato del cabo Eugenio Nain (24).

En el Biobío, en cambio, no dan crédito a que Llaitul haya perdido poder. Reconocen que sí hay disputas de poder entre grupos de la zona y acusaciones cruzadas, como el comunicado de la CAM en que atribuye participación en el ataque al equipo de TVN a “yanaconas”, pero aseguran que entre la CAM y la WAM siempre habrá nexos, ya que estos últimos son jóvenes simpatizantes de Llaitul. En las propias investigaciones por violencia rural, dicen esas mismas fuentes, aparecen vínculos entre ambas en ataques incendiarios, pese a que en la IX Región -advierten- el uso de armas entre esos grupos es distinta.

Sobre el rol pacifista que ha adoptado Llaitul, en la VIII Región los equipos investigativos sostienen que sólo sería una postura mediática. “La forma más simple de abuenarse con el medio es mostrar una postura más conciliadora y tener un brazo armado, es lo más antiguo de la anarquía política, pero al final es humo que sale de la misma”, dice un miembro del equipo policial y de persecutores que trabajan en la macrozona.


Santos Reinao: “Llaitul no representa al territorio”

Santos Reinao fue una de las personas mencionadas por Iván Núñez en su querella por el ataque del sábado, en Cañete. “Para intentar calmar los ánimos les ofrecimos que nos dieran sus argumentos en una entrevista que se realizaría al día siguiente. En ese lugar hablamos personalmente con la dirigenta Gladis Huenumán y telefónicamente con el dirigente Santos Reinao”, contó el periodista en la acción judicial al abordar la advertencia que le hizo un grupo de desconocidos cuando volvía de estar con Llaitul.

Reinao es candidato a constituyente en la zona. Tanto las autoridades de La Araucanía y Biobío lo posicionan como líder de 12 comunidades que están en la zona, sin embargo, no lo sindican como una persona vinculada a la reivindicación violenta.

“El periodista me llamó para hacerme una entrevista al día siguiente. Quedamos en eso. No sé por qué me llamó a mí, pregúntenle a él”, dice a La Tercera PM.

Además, agregó que “yo represento a las comunidades de Puerto Choque, en Lleu Lleu, y no tengo ninguna relación con Héctor Llaitul (...), él no es el vocero ni representante del territorio”.

También, el dirigente sostiene que “acá no solo debiera importar cuando pasa algo a alguien de un medio de comunicación. Tenemos muchos hechos de violencia que deben ser investigados por la justicia, yo siempre he defendido eso”.

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