Ziad Doueiri, director de la serie Recursos Inhumanos: “Éric Cantona es capaz de ser muy frágil en la pantalla”

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Éric Cantona encarna a Alain Delambre en Recursos Inhumanos, basada en la novela homónima del escritor francés Pierre Lemaitre.

El realizador de la producción basada en la novela de Pierre Lemaitre se refiere a la actuación del ex astro del Manchester United. En el drama en seis capítulos disponible en Netflix, Cantona interpreta a un jefe de recursos humanos que queda cesante al pasar los 50 años.


Alain Delambre tiene su orgullo. Trabajó durante años como gerente de recursos humanos, recibió un buen sueldo, mandó a su hija a la universidad, pero al pasar los 50 años lo enviaron sin previo aviso al infierno de la cesantía. Hoy, tratando de mantener la cabeza en alto, se emplea en lo que puede, desde la limpieza nocturna de edificios hasta la etiquetación de remedios en un depósito. Un mal día, el capataz de este recinto se pasa de la raya y lo agrede físicamente. No sabe con quien se mete: Delambre, que mide un metro 90, lo manda al hospital.

De nuevo, por enésima vez en su vida, está sin trabajo. Ese es un indicio de lo que sucede en algún momento inicial de la serie francesa Recursos inhumanos, actualmente disponible en Netflix. Se basa en la novela homónima de Pierre Lemaitre (1951), uno de los escritores galos más importantes de los últimos años, y es una radiografía de un sistema y de un personaje en problemas: el mundo de las grandes corporaciones empresariales y el impredecible Alain Delambre, dispuesto a cualquier cosa para recuperar su lugar en el mundo. Tal vez dispuesto a demasiado.

En el rol del protagonista está el ex futbolista francés y leyenda del Manchester United Éric Cantona, quien desde hace años ha tenido una segunda vida profesional como actor. Conocido por su carácter algo indómito en la cancha y por un físico imponente, Cantona fue contactado por el propio director de la serie, el libanés Ziad Doueiri (1963), para el rol de Alain Delambre.

El cineasta lleva años en el camino del drama y el registro con aristas sociales y sin ir más lejos su cinta estrenada en Chile El insulto (2017), nominada al Oscar a Mejor filme extranjero, se basaba en un caso real sobre los conflictos entre libaneses cristianos y palestinos. En este entrevista cuenta detalles de la serie televisiva con Éric Cantona.

¿Qué es lo que más le atrajo de la novela Recursos inhumanos de Pierre Lemaitre? Lo que más me llamó la atención fue la posibilidad de trabajar con un personaje que se encuentra en el abismo, en la peor de las situaciones desde el punto de vista profesional, pero que al mismo tiempo tiene la posibilidad de convertirse en un tipo muy manipulador y cruel. Me atrajeron las transformaciones que puede experimentar Alain Delambre. La historia, por lo demás, es capaz de mezclar la psicología, la acción, los temas sociales y el suspenso de una manera creativa. Son las ideas que también se mueven dentro del libro: desocupación, pobreza, las grandes empresas. La novela de Pierre Lemaitre, lo sabemos, es muy universal. Cualquier persona en cualquier país puede entenderla.

¿Cómo fue la experiencia de trabajo con Éric Cantona?
Aunque no lo crean, yo no lo conocía. No veo fútbol. Estábamos buscando a alguien para interpretar el personaje principal y un día vi la foto de Éric Cantona en una revista. Le pregunté al jefe de casting quién era y me respondió que había sido un futbolista muy famoso y que también actuaba desde hace unos años. Me pareció que su rostro encajaba perfecto con lo que yo quería y le pregunté al jefe de casting que opinaba la gente de él: me contó que provocaba reacciones encontradas, algunos lo amaban y otros lo odiaban. Arreglamos una reunión: tomé el tren, fui hasta el sur de Francia, Cantona me fue a buscar a la estación y luego condujo su auto. Conversamos bastante. Fue un gran encuentro. No me pareció que encajaba totalmente con lo que me habían descrito. Fue humilde, a veces incluso se mostró inseguro y todo eso me gustó mucho. Eso sí, en principio se mostró reticente a que le pidiera una prueba de casting. Me dijo que no quería que la cadena televisiva decidiera. Lo que hice a la larga fue confiar en mis sentimientos y no tanto en mi cerebro ni en lo que los otros me dijeran. Comencé a ensayar con él todos los fines de semana y para eso tenía que desplazarme a Portugal, pues él vive allá. Fue fantástico. Es un tipo muy disciplinado y jamás tuve que darle una instrucción sobre cómo actuar. Se deja guiar por sus instintos y todo le sale muy, muy natural.

¿Fue una especie de elección perfecta entonces?
Sí, sobre todo porque es capaz de mostrar muy bien su costado frágil cuando actúa. Es algo que no todos esperan en alguien así

¿Cree que la crisis económica desatada por el coronavirus hace que el drama del desempleo que enfrenta el personaje principal, Alain Delambre, sea aún más evidente?
Mire, tal vez puede ser interpretado de esa manera ahora, pero cuando hice esta serie no había pandemia de coronavirus. La dirigí porque me pareció que los conflictos sociales mostrados en esta historia eran muy poderosos y efectivos en términos dramáticos. Yo sé que a la gente le gusta encontrar mensajes sociales en las películas o en las series, pero esa no es mi forma de trabajar. No entrego deliberadamente moralejas sociales en mis obras: eso queda a la interpretación del público. Trabajo fundamentalmente con elementos artísticos, es decir con una buena historia, una ambientación interesante, actores sensibles y una cámara que sea perspicaz. Nada más. Ahora bien, obviamente esta serie llamó la atención en la teleaudiencia francesa pues se estrenó en un período de inquietud social, poco después de las manifestaciones de los chalecos amarillos. Sin embargo, eso a mí no me importa mucho. Hice la serie porque desde un punto de vista artístico me parecía valiosa y podía entregar mi visión de cineasta a través de ella.

Usted es fundamentalmente un cineasta y se formó como tal, ¿Cree que la novela de Pierre Lemaitre podría haber sido una buena película en vez de una serie de seis capítulos?
Me hago esa pregunta todo el tiempo. Debo admitir que hasta hace algunos años era bastante reticente a las series, pero mi opinión ha cambiado progresivamente. Actualmente el género televisivo asume muchos riesgos, los productores se atreven a ir más allá y siempre hay un público dispuesto. En fin, se ha transformado en un medio muy, muy confiable. Pero si me preguntas si debo escoger, todavía prefiero el cine: me gustan las historias que duran dos horas, que se acaban en determinado momento y que tienen un arco narrativo claro. No tengo concentración para ver series de diez temporadas., Aún así, vivimos un tiempo en que las series están de moda y además funcionan. A la larga, Recursos inhumanos hubiera funcionado bien de cualquier manera.

¿Hay riesgo de que el cine pueda sacar la peor parte en medio de esta pandemia?
El cine y los largometrajes no serán reemplazados por la televisión. La gente dijo que el digital reemplazaría a los 35 milímetros, pero cada vez hay más cineastas retornando al formato Kodak en 35 mm. La gente dijo que los vinilos iban a desaparecer para reemplazados por los cds y luego por los formatos digitales, pero últimamente hay un repunte en las ventas de discos de vinilos. No, el cine no desaparecerá. El público siempre querrá ir a una sala de cine. En el primer minuto que se abra una sala de cine, yo voy a poner un pie en ella. Claro, en este momento Netflix y YouTube tienen millones de suscriptores y visitas extras, pero la razón de eso es clara y se llama coronavirus. No, el cine no desaparecerá.

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