Pedro Sánchez, el complejo escenario para el presidente del gobierno “de las siete plagas”

Ya han pasado cinco años desde que, luego de una moción de censura contra Mariano Rajoy, Pedro Sánchez entró a la Moncloa. A sus 51 años, el séptimo presidente de la democracia española tiene un historial de retiradas y remontadas políticas: en 2016 abandonó su cargo como secretario general del PSOE, para volver a ser el líder un año después.

Luego del fracaso de su partido en las elecciones autonómicas de mayo, Sánchez sorprendió a opositores y oficialistas con la decisión, al día siguiente por la mañana, de convocar a elecciones generales. Aún le quedaban unos meses a su legislatura, pero el presidente de gobierno decidió apurar el proceso y llamar a los primeros comicios que se celebran en julio, mitad del verano europeo.

Su gobierno, el primero de coalición en la democracia española, ha sido llamado “el de las siete plagas”, con la pandemia del coronavirus, la inflación, la guerra en Ucrania y hasta erupciones de volcanes en La Palma y Filomena. “Salvo una invasión zombie, este Gobierno ha tenido que enfrentarse a situaciones inéditas”, bromeó al respecto el mismo Sánchez.

Pedro Sánchez en Getafe, en un mitin electoral. Foto: Reuters.

Ahora bien, las encuestas muestran consistentemente lo poco probable que es que su partido, o incluso su coalición con Sumar, consigan el gobierno. Según Fabiola Mota, cientista política de la Universidad Autónoma de Madrid, Pedro Sánchez podría perder más que el gobierno en estos comicios: “En el PSOE tiene tantos o más enemigos que amigos así que se juega su liderazgo en el partido, por lo menos en el corto y medio plazo. Y más en general, su reputación como líder que construye consensos difíciles en el terreno político práctico, el postelectoral será un momento importante”.

Un diagnóstico similar hace Paloma Román, directora de la Escuela de Gobierno de la Universidad Complutense de Madrid, y señala que es que un líder que pierda elecciones se quede en su puesto: “si pierde, como cabeza de lista y jefe de partido, pues también tendrá que rendir cuentas de ese fracaso. Sería bastante complicado porque el liderazgo de Sánchez es muy fuerte dentro del PSOE, y por lo tanto eso significa que tampoco tiene preparado un recambio a su puesto. Esto no significa que no haya personas dentro del partido que aspiren a ello, pero si que es más difícil que haya una concreta que pueda concitar el mayor apoyo. Eso lo veremos”.

De todos modos, la politólogo recuerda que, de momento, nunca ha habido un presidente de gobierno que haya perdido unas elecciones y se haya quedado como jefe de la oposición.

La politóloga Gema Sánchez considera, por su parte, que si no puede gobernar, “no asumirá su escaño en el Congreso de los Diputados, dejando su carrera política a nivel nacional”.

Alberto Núñez Feijóo cerrando su campaña en La Coruña. Foto: Reuters.

Alberto Núñez Feijóo, el gallego que apuesta a gobernar sin el apoyo de Vox

El Partido Popular (PP) llega a las elecciones del domingo tras una crisis más bien reciente. Pablo Casado, su líder hasta abril de 2022, se enfrascó en una guerra contra la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Fue precisamente luego de esa disputa que se vio obligado a dar un paso al costado, lo que posibilitó que Alberto Núñez Feijóo asumiera el liderazgo de la oposición. Se trataba de la única opción de consenso entre ambos bandos.

Gallego de origen, ese dato cobra relevancia cuando se lo sitúa frente a Yolanda Díaz, líder de Sumar y con la que ya se había encontrado en la política local: él como presidente de la Xunta de Galicia, ella en la oposición como diputada del Parlamento gallego. Precisamente, esta semana se le enrostró a Feijóo su amistad con Marcial Dorado, un narcotraficante de la región con el que tiene fotografías en los 90, pero del que niega saber, en ese entonces, a qué se dedicaba.

Luego de 13 años al frente de la Xunta, Feijóo lleva meses perfilándose para ser el presidente del gobierno español. Abogado y con 61 años, el líder del PP se muestra convencido de una “victoria inapelable” este domingo, contra un Sánchez que, a su juicio, “está desconectado de la realidad”.

Debate televisivo entre Sánchez y Feijóo. Foto: AP.

Gema Sánchez, doctora en Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid, comenta la posición del centroderechista: “Intenta movilizar a los electores apelando por el voto útil. Feijóo y el PP tiene una estrategia basada en que es el momento del cambio de gobierno, y ese cambio es el PP. Para que este cambio se produzca es necesario obtener la mayoría suficiente para poder gobernar en solitario, y para ello, se apela al voto útil de los votantes desencantados del PSOE y los votantes de Vox”, comenta.

De no conseguir los escaños suficientes, el PP tendría que negociar con Vox, y es eso lo que le achacan desde los partidos de centro e izquierda: la posibilidad de meter a los “ultras” en el gobierno. En cualquier caso, Feijóo también tiene a dirigentes que esperan que caiga para tentar una chance en la política nacional.

“Personas como Ayuso o Juan Manuel Moreno Bonilla (presidente de la Junta de Andalucía), que ganan en sus territorios por mayoría absoluta, probablemente le pueden disputar el liderazgo. En ese caso, el Partido Popular si no está en el gobierno, estará mucho más debilitado”, señala Román.

El líder de Vox, Santiago Abascal. Foto: AP.

Santiago Abascal, el vasco que busca capitalizar el rápido ascenso de la tercera fuerza

Nacido en Bilbao y empezando su carrera política en el País Vasco, Abascal pasó de hacer discursos con un megáfono en 2015 a tomar el voto que considera al PP una “derecha cobarde”. Crítico con los avances feministas y el colectivo LGTBI, llegó a estar reñido con el partido de Feijóo por el reconocimiento de la existencia de la “violencia machista”.

Otro frente importante en las peleas de Vox son los nacionalismos al interior de España. La posición del partido de ultraderecha se vio clara hace pocas semanas, cuando uno de sus concejales en una municipalidad de la Comunidad Valenciana terminó censurando de una biblioteca cuatro revistas en lengua valenciana.

Aunque Vox es un partido reciente, fundado en 2013, ya es la tercera fuerza política en España. Abascal, en todo caso, lleva mucho más tiempo en la política: fue miembro del Parlamento Vasco en 2005, cuando militaba por el PP.

Durante un mitin electoral la semana pasada, la primera ministra italiana Giorgia Meloni dio un discurso para respaldar a Vox y a Abascal, en una amistad que lleva años e intenta perfilar un bloque europeo de extrema derecha. De todos modos, luego de meses en el gobierno la jefa del Ejecutivo italiano se muestra más cauta en los temas ambientales, y ya no niega el cambio climático de frente, cosa que sí sigue haciendo Abascal: una de sus propuestas, en caso de gobernar, es la de derogar la Ley de Cambio Climático.

Santiago Abascal en Madrid durante un evento de campaña. Foto: Reuters.

De todos modos, sabiendo que la ventaja en las encuestas la lleva el PP, los expertos esperan que Feijóo, en caso de ganar, intente dentro de lo posible no permitir la entrada de Vox al gobierno. “Luego, si no tiene más remedio, una vicepresidencia para Abascal con una vicepresidencia primera del PP, y que la de Abascal sea la segunda. Esa sería la intención de Feijóo. En cuanto a los ministerios, pues intentaría darle los ministerios que no sean nucleares para el Estado, porque eso disminuye el poder del PP. Ahí está Vox que pedirá y pedirá, y probablemente pedirá la desaparición del ministerio de Igualdad, de Medio Ambiente, pues, propuestas muy radicales que lleva ahora mismo en su programa. Pero todo dependerá de los números”, indica Paloma Román.

Fabiola Mota, en tanto, no cree que el partido termine entrando al gobierno: “Creo que Vox no entraría en un gobierno nacional si el PP ganase las elecciones. Creo que la presión desde la Unión Europea sería muy fuerte, y más durante la presidencia española de la UE. Gobierno minoritario por abstención del PSOE, o nuevas elecciones, son escenarios más probables”.

Paloma Román recuerda que ya hay pactos corriendo entre los dos espacios de derecha: “Hay una experiencia previa, el gobierno de Castilla y León, donde el PP ya la pasa muy mal cuando el vicepresidente de Vox tiene salidas extemporáneas. Muy probablemente eso vaya a ocurrir igual en el caso de que Vox llegara al gobierno nacional. Sería una convivencia difícil, como que ha tenido PSOE y Podemos, pero estamos hablando del futuro.

La líder de Sumar, Yolanda Díaz. Foto: Reuters.

Yolanda Díaz, la izquierda después de Podemos

Con 52 años y siendo candidata a ser la primera presidenta de la historia española, Díaz ha vivido relacionada con la política desde muy niña, con un padre que fue líder sindicalista en Galicia. En los cinco años de gobierno entre PSOE y Podemos, la abogada laboralista fue ministra de Trabajo y vicepresidenta tercera.

Marcando un perfil propio, alejado del Podemos del retirado Pablo Iglesias y la ministra de Igualdad Irene Montero, Díaz terminó dando un salto en abril de este año, presentando la candidatura de Sumar y reconfigurado la que se conoce como “izquierda a la izquierda del PSOE”. En un primer acto electoral, en Madrid, los dirigentes de Podemos se negaron a acompañarla. Luego de meses de negociaciones, el “partido morado” terminó solicitando entrar en el nuevo y más amplio movimiento, se terminó “vetando” a Montero, cuestionada por la ley del ‘solo sí es sí’.

Su gran éxito en la gestión como ministra de Trabajo fue la reforma laboral, que se acordó entre sindicatos y patronales, y que recientemente el mismo Feijóo, que en su tiempo votó en contra, abraza: “Es sustancialmente buena”, opinó al respecto el líder del PP hace un mes.

Aunque las encuestas no le dan a Sumar una chance de ser el partido más votado, lo que busca la exministra de Trabajo es conseguir los escaños necesarios para que, junto con el PSOE, puedan armar una mayoría absoluta, 176 de los 350 diputados en el Congreso. De ser así, podrían detener la llegada del Partido Popular a La Moncloa.

La líder de Sumar, Yolanda Díaz. Foto: Reuters.

Respecto a Díaz, Paloma Román señala: “Se ha ido construyendo una imagen de lideresa, porque es la política con mayor puntuación por parte de la ciudadanía, que la ve como una persona dialogante, tranquila, que no insulta, etcétera. Se juega mucho seguir manteniendo esa posición, y acrecentarla y cimentarla”.

Sobre cuál podría ser un buen resultado electoral para el nuevo movimiento, la politólogo señala: “Que Sumar se convierta en la tercera fuerza política”. O dicho de otra manera, que saque más votos que Vox.

Gema Sánchez, por su parte, indica la diferencia clave entre lo que está siendo Sumar hoy, y lo que fue Podemos cuando estaba en el poder: “Son dos cosas diferentes. Yolanda Díaz se presenta como una fuerza política que puede ser la llave para que el PSOE gobierne, y por tanto, está siendo menos beligerante con el partido socialista que Podemos, que apostaba en un principio por mantener más su espacio político con sus propuestas”.