No ha sido una gira exenta de controversias, y el canciller Alberto van Klaveren ha tenido que dar un paso al frente en más de una ocasión para disipar dudas.

Primero, por el revuelo que causó el sistema frontal en el país, donde la oposición emplazó al Mandatario a suspender su viaje por Europa y, posteriormente, por una polémica intervención del embajador de Chile en España, Javier Velasco, quien realizó declaraciones sobre la decisión del gobierno de excluir a Israel de la Fidae.

Previo a que escalera esa trifulca, el titular de Relaciones Exteriores -en un café de Estocolmo- realiza esta entrevista.

El Presidente llamó al orden al embajador Velasco por inmiscuirse en materias de Defensa. ¿En qué consiste el llamado?

El llamado al orden tiene que ver con abordar los cuestionamientos que se han generado tras la participación del embajador Velasco en un foro económico en España. La Cancillería tiene procedimientos establecidos, y lo que corresponde es la solicitud de un informe sobre lo sucedido, que ya le pedí al embajador. Esto es lo que acordamos con el Presidente y que me instruyó ejecutar.

Otras de las polémicas que debió enfrentar son los cuestionamientos para que el Presidente cancelara su gira por el sistema frontal. ¿Cuál es la relevancia para mantenerla?

Salvo que haya una situación verdaderamente muy catastrófica, que no pueda ser abordada por las autoridades competentes, no se justifica. Sin duda, es muy fuerte lo que les ha tocado vivir a muchas familias por este fenómeno climático, pero todo indica que en este momento está amainando el temporal. Además, esta gira contempló Alemania, que es la economía más relevante de Europa, y Suecia, donde no hay ningún presidente chileno que no haya pasado. Hubiera sido muy extraño que el Presidente Boric hubiera interrumpido su visita y no hubiera viajado a Estocolmo.

El Presidente llegó a Berlín un día después de las elecciones europeas, donde hubo buenos resultados para la extrema derecha. ¿Cree que el timing fue incorrecto?

Bueno, la verdad es que nosotros obviamente no podemos anticipar el resultado de las elecciones y no podemos organizar una gira en función de un proceso electoral.

¿Le preocupa que ocurra lo mismo en Chile?

Claro, genera una cierta inquietud ver cómo se proyectan algunas posiciones extremas de Europa en nuestro país. Pero creo que es un fenómeno que igual está contenido.

¿Cómo ha visto el desempeño del Presidente cuando plantea esta preocupación? Ha mencionado ya en dos oportunidades a José Antonio Kast.

Soy canciller y trato de mantenerme al margen de lo que son los debates políticos internos.

¿Cómo cree que ven la figura del Mandatario en los países que visitan?

El Presidente es una figura bastante popular y atractiva en los países europeos. La imagen de Chile afuera es mucho más positiva de lo que es la imagen interna.

¿Ha visto crecimiento del Presidente en materia internacional?

Él ha asumido responsabilidades que lo obligan a tener un papel distinto. Ha habido un proceso rápido de toma de responsabilidad en materia de política exterior por parte del Presidente.

¿Antes se tomaban decisiones más viscerales?

No, digamos. Obviamente, su posición como diputado ha sido muy distinta, y él mismo lo ha reconocido, a su posición como Presidente de la República, sobre todo en política exterior. Tampoco su proceso de adaptación al rol presidencial ha sido muy distinto al de otros mandatarios, lo que pasa es que su pasado político es muy reciente, y eso puede generar distorsiones en el juicio de su proceso que son injustas. El Presidente entiende perfectamente bien que la política exterior es una política de Estado en que priman los elementos de continuidad. Es decir, la política exterior no se presta para ejercicios refundacionales.

El Presidente dijo que es un error histórico que la izquierda catalogue al gobierno ruso como parte del mismo sector. ¿Coincide?

Ningún analista político serio definiría al gobierno de Rusia como un gobierno de izquierda, y probablemente, Putin tampoco. Aquellos sectores que admiraban a la Unión Soviética, o a un sistema de socialismo real, la verdad es que no podrían, racionalmente, apoyar a un gobierno ruso como el actual.

¿Le incomoda cuando el PC, que es parte del gobierno, cuestione asuntos de política exterior?

No, en absoluto. Eso es parte de la democracia, es parte de un gobierno de coalición, y no es algo nuevo en Chile.

El presidente del PC ha dicho que Venezuela es una democracia. ¿Eso no genera tensión?

No necesariamente, es la posición de un partido y hay otros que tienen una posición radicalmente distinta. Y la política exterior la conduce el Presidente.

¿Qué le parece que Juan Andrés Lagos, quien está en la Subsecretaría de Interior, militante del PC, emita declaraciones de política internacional cuando también trabaja en el gobierno?

Es una persona que está a honorarios en Interior. Él no ejerce ni podría ejercer competencia en términos de lo que es la conducción de la política exterior. Es una opinión que, desde el punto de vista nuestro, es personal y no compromete al Estado.

No afecta ni incomoda...

No.

Hay sectores de la oposición que acusan ingenuidad con respecto a como se ha llevado la relación con Venezuela. ¿Lo ve así?

Creo que en absoluto. Con Venezuela estamos aprovechando los canales disponibles. Nadie nos podría criticar por tratar de utilizar canales que están abiertos. Otra cosa es que, al final, esos canales respondan a nuestras expectativas o no, pero yo creo que, sobre todo en el caso del teniente Ojeda, si un país ofrece colaboración, sería absurdo rechazarla de plano. Eso no significa que nosotros tengamos confianza plena en que esa colaboración va a rendir fruto, pero por lo menos tenemos que intentarlo.

¿Tiene sentido cortar relaciones?

No. Yo creo, como regla general, que un país no debe cortar relaciones. Tenemos muchos ejemplos en el mundo de países que tienen tensiones muy grandes y que no han roto relaciones (...). Y hay que recordar que durante el gobierno del Presidente Piñera nunca se rompieron relaciones con Venezuela.

¿Qué pasó con la nota de protesta a Venezuela?

Se hizo llegar la nota de protesta por las razones que son de conocimiento público. Seguimos a la espera de recibir la cooperación solicitada.

El canciller Alberto van Klaveren y el Presidente Gabriel Boric.

“No hay mucha comprensión por mi posición en algunos sectores de la comunidad judía”

Van Klaveren se incorporó el jueves a la gira del Presidente, porque antes debió acudir a una cumbre internacional convocada por Egipto, Jordania y la ONU en que participaron países como Estados Unidos, España, Brasil y México.

Chile decidió hacerse parte de la demanda ante La Haya de Sudáfrica contra Israel. ¿Qué fue lo que motivó finalmente esa decisión?

Nos interesa intervenir en ese caso, que no es lo mismo que ser parte. Y lo hicimos para apoyar las medidas provisionales, que ya ha dictado la Corte Internacional de Justicia, que apuntan a un cese al fuego inmediato y al cese de los bombardeos indiscriminados que está realizando Israel sobre territorio palestino y, concretamente, sobre Gaza. A veces se nos ha criticado y hay quienes dicen que nuestra posición es aislada. Eso no es así, y este ejemplo lo gráfica: un país europeo, como España, adoptó una medida similar a la nuestra, y recurriendo a argumentos en línea con los nuestros.

Ha trascendido que a usted le incomoda el tema por su origen familiar. ¿Es así?

Mis sentimientos personales son irrelevantes. No me incomoda, porque no es un tema personal la posición que defiendo y a la que suscribo. Es producto de un análisis racional de los hechos.

Pero de forma personal, por tener cercanos de la comunidad, ¿no ha recibido presiones o comentarios?

Diría que en estos momentos no hay mucha comprensión por mi posición en algunos sectores de la comunidad judía. Pero eso es inevitable, digamos, y también, en la propia comunidad judía hay voces distintas y hay posiciones más moderadas y otras menos.

¿Por qué el embajador de Israel no ha regresado a sus funciones y el de Venezuela está en Caracas?

Son situaciones enteramente distintas, pero, por lo demás, nosotros hemos llamado a informar también al embajador en Venezuela. Creemos que en este momento el embajador en Venezuela hace más falta en Caracas que en Santiago. En el caso de Israel, creemos que por las circunstancias, de que estamos frente a un conflicto muy grande en Gaza, era conveniente dar una señal clara de rechazo a lo que estaba sucediendo y, por eso, el embajador está todavía en Santiago.