El vicepresidente del Consejo Constitucional, Aldo Valle (Ind.-PS), repite una y otra vez que en su rol institucional debe cuidar sus palabras. Lo tiene claro y dice que desde que llegó a la mesa directiva siente el peso de la responsabilidad que le tocó. En ese marco, el también integrante de la comisión de Derechos sociales hace un balance de este primer mes de funcionamiento del órgano redactor y hace un llamado a la oposición a que presenten indicaciones, el próximo 17 de julio, que sean “mesuradas”.
¿Cómo evalúa lo que ha sido este primer mes de funcionamiento?
Desde un punto de vista institucional y cívico, la instalación se ha hecho de conformidad con las normas y procedimientos. No hemos tenido ningún contratiempo. Todos los sectores han respondido a ese compromiso cívico.
¿Cómo se ha dado la convivencia con la presidenta Hevia?
No tengo ninguna objeción respecto de cómo hemos compartido esta responsabilidad. Desde luego, para mí no es ningún inconveniente que sea una persona de una tradición cultural e intelectual distinta.
¿Cómo ha sido para su sector convivir con esta realidad de ser minoría al interior del Consejo?
Hasta ahora eso no ha tenido ningún mayor contratiempo, salvo que no estamos participando en las presidencias de las comisiones, porque hubo un acuerdo político entre los bloques del Partido Republicano y Chile Vamos y no tuvimos participación en la designación de las presidencias. No hubo ninguna negociación al respecto, simplemente se expresaron las mayorías y los acuerdos que eran posibles en los que la izquierda no participó.
¿Habría esperado mayor generosidad de la derecha para que les cediera una de las cuatro presidencias de comisiones?
Si se hubiese atendido el criterio de la representación que se distribuía entre los distintos sectores, me parece que habría sido razonable.
¿Habría esperado que su sector se quedara con una comisión?
Lo habríamos hecho mejor y también lo digo autocríticamente. Tal vez nosotros debimos haber planteado esto en su momento. La iniciativa la tenían ellos y condujo al resultado que todos conocemos. Pero me parece que habría sido más expresivo de un ambiente de convivencia más inclusiva si la izquierda hubiese tenido una presidencia al menos.
¿Cree que están de brazos caídos?
No, lo estamos haciendo con el mayor esfuerzo y compromiso. Hemos estado presentes, no hay ninguna conducta o acto de parte nuestra que dé para decir que tenemos algo así como una distancia anímica con el proceso. Eso no es así.
¿Qué señales esperaría por parte de los republicanos sobre qué tan profundo o radical va a ser la modificación del anteproyecto que harán con sus enmiendas?
En torno al anteproyecto, todos hemos escuchado que fue el resultado de un esfuerzo muy pluralista. En el caso del Consejo Constitucional estamos ante un órgano político, no técnico, en el que se produce una concurrencia política distinta. Lo que espero de todos, y esto por supuesto que se hace más nítido en el caso de la mayoría republicana, es que demos con redacciones, textos y fórmulas que nos permitan convocar a una mayoría plural y diversa del país.
¿Cómo se combate la tentación de que la mayoría que tienen los republicanos y Chile Vamos, ante los desacuerdos, solo terminen expresando su mayoría?
A la hora de introducir cambios al anteproyecto, yo quiero comprometer, y por lo mismo llamo a los republicanos a que tengamos la mesura, la ponderación, el equilibrio a la hora de pensar nuestras enmiendas, porque las constituciones no son la simple expresión de una mayoría electoral. Si no lo logramos, ponemos en riesgo el resultado de este proceso. Si quienes tienen los votos suficientes para aprobar textos que les satisfagan plenamente terminan sin considerar lo que piensan los otros, vamos a caer en un grave error. La disposición que hasta ahora he visto es otra, pero no quiero anticiparme, porque el 18 de julio vamos a conocer los contenidos de las enmiendas y ahí voy a tener una opinión ojalá no distinta de la que estoy dando ahora.
¿Qué tanto espacio hay para arribar a acuerdos en los temas más sensibles? Las posiciones son muy distintas.
No hay que tenerles miedo a esas diferencias, porque estoy convencido de que en ningún caso uno debe llevar sus ideas al punto de negar y anular al otro. En todas esas materias muy sensibles me parece que en muchos países se han encontrado fórmulas de convivencia. Eso es lo que hay que buscar (...). El Estado de Derecho, de inspiración liberal y democrática debe ser, a mi juicio, el horizonte que tengamos en este Consejo Constitucional.
Luego de este mes, ¿cuál es su evaluación de republicanos?
La verdad es que no tengo una opinión distinta de la que ya he dado, en el sentido de que han tenido una conducta respetuosa, de compromiso con el proceso, muy leal. Pese a que el Partido Republicano estuvo en contra de que se iniciara este proceso constitucional, no ha sido para nada una amenaza ni un riesgo para este proceso. Obviamente todavía no estoy en condiciones de formarme una idea sobre cuál es la mesura o la prudencia con que actuarán a la hora de querer modificar el anteproyecto.