Alemania: Las claves de unas elecciones que podrían cambiar Europa
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Con la centroizquierda en retirada y la extrema derecha acechando, una CDU/CSU más conservadora lleva la ventaja en las encuestas. En medio de un escenario internacional adverso para el continente y una recesión en el país que va por su tercer año, se prevé que los alemanes voten en masa este domingo.
Durante este domingo, casi 60 millones de personas están llamadas a votar en las elecciones generales alemanas, para decidir los integrantes del Bundestag, el Parlamento del país más grande de la Unión Europea. Las elecciones, adelantadas por Olaf Scholz luego de que su coalición de gobierno tripartita se disolviera, decidirán así quiénes gobernarán durante los próximos cuatro años.
Las encuestas ponen a los candidatos la Unión Cristiano Demócra- ta (CDU) junto con su aliado histórico, la Unión Social Cristiana de Baviera (CSU), de centroderecha, con un 30% de la intención de votos. En tanto, el partido Alternativa para Alemania (AfD), extrema derecha, se lleva el 21%, y aunque es difícil que entre en el gobierno, su auge ha despertado preocupación. El Partido Socialdemócrata (SPD), por su parte, llega al 16%, mientras que los verdes tienen un 13%.
Con las cosas así pintadas cuando cerraron las encuestas, la presión está sobre Friedrich Merz, el líder del CDU, la figura más probable para suceder a Scholz en la Cancillería alemana.
Los resultados de estos comicios no solo determinarán el rumbo del futuro del país, sino también de Europa, justo en momentos en que el presidente Donald Trump, en su segundo mandato, se encuentra desmantelando las instituciones multilaterales creadas con posterioridad a 1945. Alemania -la primera economía de Europa- tiene ahora el desafío de mostrar su fortaleza para ser el líder en el bloque en cuanto a defensa y seguridad.
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Posible coalición
La pregunta, coinciden todos los expertos, no es quién ganará, sino por cuánto. La poca ventaja que le dan las encuestas a la CDU/CSU implica que tendría que negociar, y quizás formar una coalición con el SPD, el partido del actual canciller Olaf Scholz.
“Los demócratas cristianos tendrían una mejora de alrededor de 5 puntos en comparación con 2021, pero seguiría siendo uno de los peores resultados en la historia del partido. La CDU tendrá entonces que formar una coalición, pero el problema es que ambas opciones de coalición son partidos de centroizquierda (los socialdemócratas y los verdes), por lo que la CDU tendrá que llegar a acuerdos en lo que respecta a las políticas futuras”, dijo a La Tercera el doctor en Ciencias Políticas de la Universidad de Bonn, Philipp Adorf.
En este sentido Merz se mostró dispuesto a hacer una coalición con los partidos de centroizquierda y descartó rotundamente trabajar con el AfD y los liberales.
“Los gobiernos de coalición han sido la norma. Aunque es posible formar un gobierno minoritario, sigue siendo improbable y, si se forma, probablemente duraría poco”, indicó Michael A. Hansen, doctor en Ciencias Políticas en la Universidad de Turku, por su parte.
“Merz ha descartado una coalición con AfD. Tenía que decirlo – y hacerlo con contundencia– después de que el 29 de enero contara con el apoyo de la AfD para aprobar una moción parlamentaria no vinculante para restringir la inmigración. La moción proponía controles permanentes en las fronteras alemanas y el rechazo de inmigrantes sin papeles, incluidos los solicitantes de asilo. Los verdes y el SPD dijeron que al aprobar la moción, Merz estaba violando la
legislación de la UE y alemana. Lo que ninguno de los partidos se atrevió a decir en público es que los procedimientos de inmigración del país son demasiado burocráticos, los tribunales son demasiado lentos a la hora de emitir sentencias y el sistema de asilo es disfuncional”, escribió la analista del think tank Carnegie, July Dempsey.

La nueva CDU/CSU
Luego de casi tres años de gobierno de la coalición “semáforo”, en la que se juntaban los socialdemócratas, verdes y liberales, esta vez la CDU podría volver al poder de la mano de Friedrich Merz. De 69 años, y habiendo entrado en los años ochenta a la democracia cristiana, el candidato a canciller representa un quiebre con el liderazgo de Angela Merkel, que dejó la presidencia del partido en 2021.
Roni Lehrer, doctor en la Universidad de Mannheim, comenta las posibilidades de Merz al
frente de Alemania: “Friedrich Merz ha estado subrayando dos puntos en esta campaña: la reducción de la inmigración ilegal y un cambio en las políticas eco- nómicas. Hasta qué punto un gobierno bajo su liderazgo puede realmente marcar una diferencia depende del resultado de las elecciones y de la negociación de la coalición”.
Comparado con su predecesora en la CDU, “Friedrich Merz es más conservador y más liberal econóicamente”. “La diferencia más clara es su postura sobre la inmigración ilegal: mientras Angela Merkel permitió que muchos refugiados y otros inmigrantes ingresaran a Alemania, Friedrich Merz promete reducir la afluencia de inmigrantes ilegales”, indicó el cientista político.
Desde la Universidad Johannes Gutenberg de Mainz, el doctor Nils Steiner señala diferencias de esti- lo entre ambos políticos: “Su estilo de liderazgo también parece notablemente diferente del de Merkel. Es más conflictivo y queda por ver qué tan eficaz será Merz a la hora de gestionar una posible coalición heterogénea”.

Sobre migración
Uno de los temas que han marcado la agenda en las elecciones europeas el último tiempo es la migración, y Alemania no se escapa de esta situación. En los últimos años el país recibió un flujo significativo de migrantes: 5.5 millones de personas entre 2015 y 2022. Esto, indican los expertos, viene con serios desafíos en áreas como la vivienda y gasto público.
“Merz quiere tomar una postura más dura hacia la inmigración. En los últimos años el partido ha dicho que las políticas de Merkel en materia de migración, en particular su decisión de mantener abiertas las fronteras en el verano de 2015, fueron algo equivocadas”, señaló al respecto Adorf.
Para Lehrer, en tanto, el crecimiento de la AfD explicaría por qué este tema se ha vuelto más “virulento políticamente”: “Más recientemente, tres ataques terroristas durante la campaña, todos perpetrados por inmigrantes de países musulmanes, y dos probablemente con una motivación islamista, dieron a la campaña un claro giro hacia la discusión sobre inmigración ilegal. Esto, a pesar de que dos de los tres atacantes estaban legalmente en Alemania”.

La extrema derecha
El auge de AfD en las encuestas, con un 21% de intención de voto, la ha convertido en el foco de atención de estos comicios. Si bien, producto del sistema político del país, es casi imposible que sus candidatos conquisten alguna posición de poder importante, su acenso, de la mano de su líder Alice Weidel, es una señal de que la era de la vieja política ha terminado. De hecho, si se cumple lo que vaticinan los sondeos se convertirá en la segunda fuerza política del país.
“Sí se espera que el AfD obtenga el mejor porcentaje de votos de su historia el domingo. Sin embargo, a menos que haya un cambio muy inesperado en la mentalidad de los partidos de la Unión (CDU/CSU), no tienen camino h cia el poder. Sin embargo, buscarán controlar puestos importantes dentro del Parlamento, como los puestos de presidente de comisión o un puesto de vicepresidente, para los que otros partidos no han elegido miembros de AfD antes”, indicó Lehrer.
Steiner, por su parte, piensa todo lo contrario: “El AfD ciertamente le ha hecho la vida más difícil a la CDU/CSU. Ahora tiene un competidor a su derecha, y esto coloca a la CDU/CSU en un dilema estratégico. Se siente tentado a mostrar a los votantes posiciones más derechistas, pero eso puede llevar a perder votantes en el centro frente a los partidos de centroizquierda”.
Según la BBC, “nunca antes en la Alemania de la posguerra un partido de extrema derecha tuvo tanto éxito, estando a punto de ser identificado como una amenaza para la República Federal y su constitución liberal”.
Contexto internacional
La votación llega en medio de grandes tensiones a causa de las negociaciones que han tenido el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su par ruso, Vladimir Putin, para conseguir un alto el fuego en la guerra en Ucrania, en las que no fueron considerados ni Europa ni el mismo Kiev.
A ello se sumó el discurso del vicepresidente J.D. Vance en la conferencia de Múnich, en el acusó a los gobiernos europeos de alejarse de sus valores e ignorar las preocupaciones de los votantes sobre la migración y la libertad de expresión.
El discurso fue recibido con silencio en la sala y posteriormente denunciado por varios políticos presentes en la conferencia. El ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, dijo que era “inaceptable”.
El vicepresidente de Estados Unidos afirmó que los “comisarios” de la Unión Europea estaban reprimiendo la libertad de expresión, culpó al continente por la migración masiva y acusó a sus líderes de alejarse de “algunos de sus valores más fundamentales”.
Lehrer señaló que el discurso de J.D. Vance en la Conferencia de Seguridad de Múnich la semana pasada fue “una clara indicación de que Estados Unidos se está alejando de los valores democráticos occidentales”. “A excepción de los políticos de AfD, no conozco ninguna voz que haya apreciado los comentarios. En todo caso, los comentarios de Vance dejaron más claro que Alemania y Europa no pueden depender de Estados Unidos como solían hacerlo”, indicó.
Respecto al rechazo a las declaraciones de Vance en Múnich, hay unanimidad incluso entre los dos grandes partidos históricos del establishment alemán: numerosos políticos, entre ellos Olaf Scholz y Friedrich Merz, atacaron a Estados Unidos por lo que consideran una interferencia electoral. “Existe la preocupación de que la postura adoptada por Estados Unidos sirva para legitimar aun más al AfD ante los votantes alemanes y le permita ampliar su atractivo electoral. Para Vance y Elon Musk, el AfD es simplemente otro partido “normal” que debería ser tratado como un socio potencial de coalición. Vance hizo todo lo posible para atacar explícitamente el “cortafuegos” que otros partidos quieren mantener entre ellos y el AfD”, indica Adorf.
De todos modos, Hansen cree que las palabras de J.D. Vance “reforzarán la percepción de que Estados Unidos ya no es un socio confiable. Como nota positiva, este cambio podría motivar una mayor colaboración y solidaridad dentro de la UE”.
“Un debilitamiento de las instituciones posteriores a la Segunda Guerra Mundial alentará a los gobernantes autoritarios y debilitará a los activistas de la sociedad civil que luchan por la democracia y el Estado de derecho. Esta es una oportunidad para que la UE defienda los principios sobre los que se fundó hace más de setenta y cinco años”, indicó Dempsey.
Economía
A pesar de haber pasado a ser la tercera economía del mundo en 2024 (superando a Japón), el balance general no es positivo en Alemania, que vive ya más dos años de recesión. Esto mismo, sumado a la ya habitual crisis de vivienda de las grandes ciudades europeas en general, tiene a los alemanes menos que optimistas respecto a qué esperar de los pró- ximos años.
Para Adorf, junto con la migración, la economía ha jugado un papel clave en la campaña electoral: “En comparación con la mayoría de las demás economías desarrolladas, Alemania ha experimentado muy poco crecimiento económico en los últimos cinco años. Actualmente se encuentra estancada en su primera recesión de dos años en dos décadas. Como economía orientada a la exportación, Alemania se ha visto especialmente afectada por las guerras comerciales y la guerra en Ucrania”.
El fin del suministro de gas ruso, comparativamente barato, también ha afectado negativamente a las empresas alemanas y ha provocado un aumento de precios para los hogares alemanes.
Steiner aseguró que la desalentadora situación de la economía alemana ha contribuido al creciente descontento político entre el público. “Las crecientes presiones presupuestarias han contribuido al colapso de la llamada coalición del semáforo”, indicó a La Tercera.
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