Quien ha sido llamada la “canciller eterna” o la “líder del mundo libre”, Angela Merkel abandonará la política activa después de las elecciones federales alemanas del 26 de septiembre próximo. Su salida, después de 16 años en el poder, resonará no solo en su país, sino que en toda Europa.
Sus partidarios dicen que entregó un liderazgo firme y pragmático a través de innumerables crisis globales como una figura moderada y unificadora. Mientras que los críticos argumentan que un estilo de liderazgo confuso, vinculado al consenso más amplio posible, carecía de la visión audaz para preparar a Europa y su principal economía para las próximas décadas.
A nivel local, Merkel puso fin al servicio militar, orientó al país hacia un futuro sin combustibles nucleares y fósiles, hizo posible la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo, sancionó un salario mínimo nacional y beneficios que alientan a los padres a cuidar a sus niños, entre otros logros.
“Hay más de una clave para el éxito de Merkel. Primero, es su personalidad, su estilo de gobernar que está lejos del machismo normal de los políticos masculinos. A los votantes alemanes les gusta si intenta persuadirlos con argumentos, y eso es exactamente lo que hace Merkel. En segundo lugar, se ganó una muy alta reputación como líder a nivel internacional, tanto dentro de la Comunidad Europea como en las negociaciones con otros gobiernos, lo que a su vez aumentó su popularidad interior. En tercer lugar, su Cancillería se puede caracterizar como presidencial, es decir, en cierto modo, defendió la política de partidos”, dijo a La Tercera, Jürgen W. Falter, politólogo de la Academia de Ciencias y Literatura de Mainz.
Comicios ajustados
“¿Es esta la elección más aburrida de la historia?”, se preguntaba en un titular el periódico alemán Die Welt recientemente. La campaña electoral para reemplazar a Merkel es una de las más ajustadas en décadas. Los socialdemócratas, con el ministro de Finanzas Olaf Scholz a la cabeza, han superado a los conservadores de Merkel por primera vez en años, con 25% de intención de voto. Mientras los democratacristianos de la canciller, tienen como carta a Armin Laschet, el gobernador del estado occidental de Renania del Norte-Westfalia y poseen 21% de respaldo, según un sondeo del semanario Focus. Mientras, el partido ecologista Los Verdes lograría quedar tercero, con un 19% de los apoyos.
Otras encuestas realizadas en las últimas semanas también favorecen a los socialdemócratas por encima de los conservadores. Por su parte, el Partido Democrático Libre (FDP) y la formación ultraderechista Alternativa por Alemania (AfD) empatarían con un 11%, seguidos por La Izquierda (Die Linke), al que votarían el 6% de los electores.
Una de las razones que esgrimen los expertos por las que los socialdemócratas han superado a los democratacristianos en los sondeos se relaciona con la catástrofe ocurrida el 14 y 15 de julio producto de las inundaciones en el oeste del país, que dejaron 140 muertos. Entonces la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y Laschet figuraban como favoritos para tomar el relevo de la canciller.
En las localidades arrasadas por las inundaciones, la conmoción inicial dejó paso a inmensas expectativas y frustración ante la escasez de medios de los poderes públicos. El político conservador ha sido el blanco de la indignación de parte de los afectados por los diluvios, que lamentan la lentitud de las ayudas. Uno de ellos lo acusó de “mega-inútil” que pagará “la factura en las elecciones”.
Además, tanto él como Merkel hacen frente a acusaciones de negligencia y falta de previsión de las autoridades, que dieron lugar a la apertura de una investigación judicial en agosto. “Esperamos que el dinero llegue sin burocracia, es lo que Laschet prometió cuando vino a soltar eslóganes estúpidos, pero nada de eso ha pasado”, dijo Christine Jahn, de 66 años, a la agencia France Presse.
Así Merkel -que estaba apartada de la campaña- decidió implicarse en la recta final, poniendo su popularidad al servicio del candidato conservador. El 21 de agosto ya acompañó a Laschet en un mitin electoral en Berlín, brindándole un respaldo firme y alabando sus valores y su carrera política. Y esta semana atacó al candidato socialdemócrata, su propio ministro de Finanzas, acusándolo de flirtear con la izquierda radical.
Las dramáticas inundaciones, que los expertos vinculan al cambio climático, despertaron todavía más la conciencia medioambiental de los alemanes, pero no han beneficiado al partido ecologista de Los Verdes.
A juicio de Falter, en este reñido panorama el próximo canciller tiene muchos desafíos serios a los que hacer frente. “Tiene que inducir medidas que penetren profundamente en la vida cotidiana de los ciudadanos sin poner en peligro el empleo, las exportaciones, etc. Además, Alemania necesita reformas en muchos sectores diferentes, como la digitalización, el sistema de pensiones. Tiene que hacer frente a la tendencia de nuestro principal aliado, Estados Unidos, a volver cada vez más la espalda a los europeos. Esto significa un aumento del gasto en el Ejército y, al mismo tiempo, formar una alianza de defensa integrada basada en nuestros aliados europeos”, concluyó.