Ayer, en su oficina en La Moneda, la ministra de la Mujer, Antonia Orellana, encabezó el almuerzo que tienen todas las semanas con las directivas de los partidos del Frente Amplio (FA). “Espero que sea el último”, asegura la secretaria de Estado minutos antes de recibir a sus compañeros de coalición, ya que el 9 y 10 de marzo Convergencia Social -su partido- y Revolución Democrática plebiscitarán la opción de fusionarse.
Antes, en la mañana, la periodista de 34 años participó en el consejo de gabinete que encabezó el Mandatario Gabriel Boric en la antesala del segundo aniversario de gobierno, el lunes 11 de marzo.
“El Presidente nos pidió concreción”, dice Orellana.
¿Se han cumplido las expectativas que tenían como FA en estos dos años?
¿Hay alguna coalición que haya podido cumplir su expectativa en sus primeros dos años de gobierno? Yo creo que en varios sentidos, hay expectativas que se han cumplido. No me gusta pensar que somos la primera fuerza política que ve y se enfrenta a dificultades, creo que eso sería un poco ‘ombliguista’, pero creo también que hay logros que debemos relevar por parte del sector. Por ejemplo, el trabajo que se ha hecho respecto a la Comisión para la Paz y el Entendimiento es un logro también de gestión política, y el que esté bajando la violencia en la zona también, y sin embargo eso no se rescata. Hay mucho de qué sentirse orgullosos y, por supuesto, hay un montón para mejorar.
¿Qué es lo que hay que mejorar?
En particular, en el gobierno ha habido mucha crítica respecto al despliegue regional y respecto a la capacidad de poder hablar en términos simples y pedagógicos a la mayoría, sin tratarla de una forma paternalista.
En el FA hay toda una discusión en base a la autocrítica.
Como ministra no me puedo dar el lujo de hacer autocríticas por la prensa. Ahora, hay cosas elementales en las que apuesto para que el partido único sea muy importante. Cada vez que yo visito un lugar, y tengo tiempo, me reúno con los militantes y me encanta no conocerlos, porque quiere decir que hemos crecido mucho. Y distan mucho del estereotipo de jóvenes ABC1 que se ha creado, con buena base en la razón. Espero que el proceso de unidad del FA le dé lugar a esa diversidad en la militancia que yo veo en terreno.
El diputado Winter dijo esta semana que es un error no pelear ideológicamente las batallas del sector. ¿Qué piensa de eso?
El día que ganamos el paso a la segunda vuelta fueron también las parlamentarias. Ese día yo llegué a saludar a Gonzalo, muy feliz por su votación, y me lo encontré apesadumbrado y le dije, ‘qué te pasa?, deberías estar celebrando’. Y me dice: ‘Si somos gobierno vamos a tener minoría’. Esa una constatación que tenemos clara desde hace casi tres años. Me parece que efectivamente somos un gobierno con una minoría legislativa que cuenta con mayorías sociales en determinados aspectos, pero no en todos. Y que, por lo tanto, yo a esta altura más que diagnósticos, esperaría entendiendo la diferencia que hay de roles entre el Ejecutivo, los partidos, los parlamentarios, que lo que hubiera son estrategias de articular a quienes están a favor. Hay que salir de nuestro lugar cómodo y buscar más alianzas que permitan concretar los cambios.
No está de acuerdo con seguir haciendo diagnósticos.
Quizás soy más de la idea de la acción.
¿Habló con Winter?
No he tenido tiempo, estoy centrada en las reuniones para poder tramitar la ley integral contra la violencia.
Winter sostuvo que si el gobierno quiere 10 y la oposición 0, y quedan en 5, hay que dejar claro que el Ejecutivo quería 10. ¿Es necesario dejar claro lo que uno quiere en una negociación?
El gobierno ha marcado sus puntos. La ministra Jara ha sido muy clara, y cada vez que se ha desplegado hemos notado el efecto en el debate público en señalar que el gobierno estaba por un 6% de cotización para un seguro social y, sin embargo, hoy día estamos debatiendo otra composición que no es un 6%, que es mucho menor, la mitad. Nunca hemos dejado de señalar cuál es nuestro objetivo, pero tampoco hemos dejado de señalar que hay debates que no se pueden seguir postergando. Y uno de eso es el de pensiones. En ese sentido, tenemos que llegar a acuerdos.
¿Cómo lidia con las declaraciones de su sector que generan ruido en el oficialismo?
Escuchando mucho punk en el auto fiscal.
¿Pero cómo ha llevado esa relación?
Hay decisiones colectivas de mi partido, en su rol distinto de ser Ejecutivo, que yo no voy a compartir. Y hay decisiones del Ejecutivo que la militancia no va a compartir, y creo que eso es parte del ejercicio de ser gobierno. No me lo tomo como un problema personal.
¿Cree que se ha logrado instalar efectivamente los sellos de gobierno en estos dos años?
Sí, yo creo que a largo plazo, una vez finalizado el gobierno, va a ser indudable que este gobierno estabilizó el país, tanto en términos económicos, como sociales, como también políticos. Y que al tener una opción preferente por los acuerdos, no solamente estamos pensando en nuestras reformas, sino en la crisis de legitimidad de la política y cómo podemos abordarla. Espero que pueda primar el ánimo de acuerdo para que un gran legado que podamos compartir todos -no solamente el gobierno, sino la política demostrando que es capaz de ponerse de acuerdo en temas que son urgentes- sea la reforma de pensiones.
Ese es el gran legado que buscan.
Me parece que estabilizar el país y modificar el sistema de pensiones, para darle bienestar a un grupo mayoritario de la población, no son cosas menores.
Con respecto al Frente Amplio, ¿qué va a cambiar si se unen los partidos?
Cuando leo que los principios básicos son socialismo, feminismo y ecologismo, siento que se cumple mi deseo y por el que he trabajado de tener una izquierda que responda a los desafíos del siglo 21, sin abandonar la vocación de justicia social. Y, como he dicho, espero que en esta nueva fase del Frente Amplio la diversidad que lo compone tome el lugar que corresponde.
No parece tan pragmático fusionarse con RD, un partido que se vio envuelto en un hecho de corrupción como Democracia Viva. ¿Va a ser difícil sacarse ese golpe de encima como FA?
Efectivamente que va a ser difícil, pero creo que la única forma de abordarlo es fortaleciendo nuestro trabajo político y yendo a dar la cara precisamente en esos espacios donde más duele un caso como el de Democracia Viva, que son los sectores populares.
“Nuestro foco va a estar en la violencia contra las mujeres”
La ministra también aborda su agenda y la nueva conmemoración por el Día Internacional de la Mujer.
La secretaria de Estado sincera que el aborto libre, pese a ser una promesa de campaña, no está dentro de las prioridades de este año.
¿Han logrado consolidar el sello de un gobierno feminista?
Eso me da un poco de cringe (vergüenza ajena) decirlo yo. Lo que sí puedo decir es que hemos consolidado la transversalización de género en el Estado no como un mecanismo de tecnocracia, sino como una forma de lograr más acceso de las mujeres a los servicios y programas públicos. No más diagnósticos de género, sino destrabar problemas que tienen las mujeres a acceder a ciertos beneficios que están determinados porque se pensaron esos beneficios en tiempos en que las mujeres no accedían.
¿Qué preparan para el 8M?
Nuestro foco va a estar en la violencia contra las mujeres y estamos preparando un acto ciudadano.
Desde el sector una de las demandas históricas, y parte del programa, era el aborto libre. ¿Se va a insistir en eso?
Lo que hemos buscado es un acuerdo con las organizaciones de mujeres y estamos, digamos, por zanjar algunos matices que existen. Hay quienes creen que hay que solo mejorar la implementación de las tres causales y hay otro polo que cree que hay que ir con una ley a todo evento. Estamos buscando un acuerdo.
¿Pero a usted le gustaría ampliar las tres causales?
Siempre se ha sabido que yo soy partidaria de una legislación más amplia en plazos y que no esté vinculada a causales, sino más bien un modelo por plazos (...). En todo caso, en 2024 nuestras prioridades son la ley integral de violencia, la sociedad conyugal y, por supuesto, el trabajo junto a la ministra Toro en Chile Cuida.
No es una prioridad este año, entonces...
Ese es el rumbo legislativo de este año.