Al menos 62 personas murieron y más de 100 resultaron heridas cuando cinco hombres armados vestidos con ropa de camuflaje abrieron fuego, ayer con armas automáticas contra los asistentes a un concierto en el centro de eventos Crocus City Hall, en las afueras de Moscú.
En uno de los peores ataques de este tipo en Rusia en años, videos no verificados divulgados por redes sociales mostraron a hombres armados disparando repetidamente contra civiles que gritaban en la sala de conciertos mientras el grupo de rock de la era soviética “Picnic” estaba a punto de actuar.
Todas las entradas para la sala de conciertos con capacidad para 6.200 personas estaban agotadas. La cifra de muertos fue confirmada por el Servicio Federal de Seguridad (FSB, exKGB) y se informó que entre ellos había menores. Mientras que Andrei Vorobyov, gobernador de la región de Moscú, dijo que cuatro de las personas hospitalizadas se encontraban en estado crítico, por lo que se temía que la cifra de fallecidos siguiera aumentando con el paso de las horas.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, confirmó que el Presidente ruso Vladimir Putin -que recientemente fue reelegido hasta 2030- se enteró del ataque terrorista en cuestión de minutos.
“De repente se oyeron disparos detrás de nosotros, disparos. Una ráfaga de disparos, no sé qué”, dijo a Reuters un testigo que pidió no ser identificado. “Comenzó una estampida, todos corrieron hacia las escaleras mecánicas”, detalló. “Todos gritaban, todos corrían”.
Las llamas saltaron hacia el cielo y columnas de humo negro se elevaron sobre el lugar. Según el medio independiente Meduza, las llamas en expansión provocaron el derrumbe del techo del complejo.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia dijo que se trataba de un “ataque terrorista sangriento”. “La comunidad mundial entera está obligada a condenar este crimen monstruoso”, afirmó la portavoz María Zakharova.
En un mensaje publicado en su canal Telegram, el expresidente y presidente del Consejo de Seguridad, Dmitry Medvedev, expresó sus condolencias a las víctimas del ataque. También dijo: “Los terroristas sólo entienden el terror de represalia” y prometió responder “muerte con muerte”. “Si se determina que se trata de terroristas del régimen de Kiev, es imposible responder de otra manera a ellos y a sus portadores de la antorcha ideológica”.
Representantes del Cuerpo de Voluntarios Rusos, una unidad paramilitar de extrema derecha que ha atacado zonas de Belgorod, negaron cualquier implicación en el ataque terrorista.
La Legión Rusia Libre, otra unidad paramilitar de ciudadanos rusos con sede en Ucrania, también negaron su responsabilidad por el ataque a las afueras de Moscú. El grupo culpó a Putin y a los agentes de seguridad rusos de organizar una operación de bandera falsa.
Mykhailo Podolyak. asesor del jefe de la Oficina del Presidente de Ucrania, afirmó que Kiev no tiene ninguna implicación en lo ocurrido.
Finalmente, el Estado Islámico se atribuyó la responsabilidad del ataque en una declaración publicada en canales afiliados en las redes sociales.
El periodista de investigación Christo Grozev dijo a la cadena de televisión TV Rain que agentes del Servicio Federal de Seguridad arrestaron recientemente a varios terroristas relacionados con el Estado Islámico.
Grozev precisó que la advertencia que había hecho hace unas semanas el gobierno estadounidense sobre ataques en Moscú se refería a las actividades del Estado Islámico–Provincia de Khorasan, una rama regional del grupo terrorista activo en el centro-sur de Asia, principalmente en Afganistán. Según se informa, luego de eso el FSB allanó presuntas células de la organización.
Al mismo tiempo, Grozev aseguró que la agencia de inteligencia militar rusa, “por alguna razón”, ha estado entrenando a jóvenes traídos de Afganistán a Rusia. Si resulta que el Estado Islámico–Provincia de Khorasan llevó a cabo el ataque, dijo Grozev, el misterio es por qué decidió atacar a Rusia ahora.