Dice tener la agenda copada y apenas se hace el tiempo para conceder esta entrevista. Benito Baranda (63) entró a la Convención Constitucional a través de Independientes No Neutrales. Una vez ahí, el psicólogo y exdirector del Hogar de Cristo integró la Comisión de Derechos Fundamentales. Precisamente las normas contenidas en ese capítulo son las que el hoy exconvencional promueve de norte a sur -haciendo uso de su seguro de cesantía- para sumar adherentes al Apruebo.
Baranda identifica que las normas propuestas por la derecha y rechazadas por el pleno han calado en la población, y lamenta que la campaña del Rechazo se base en ellas. Sin embargo, se mantiene optimista del resultado del plebiscito, pues, según explica, confía en aquellas personas que hasta el día de hoy no han votado.
Usted fue uno de los convencionales que más votos recibió. Por lo mismo, antes de la Convención se esperaba que usted jugara un rol muy activo en las negociaciones políticas y en las vocerías. ¿Por qué eso no pasó?
Esa no era mi aspiración. Era la de los periodistas o de la comunidad, pero no era lo que me pedía la gente. La gente me pedía que yo trabajara fuerte en lo que sé, que son los derechos fundamentales. Y en eso trabajé. El resto eran ilusiones, pensamientos de personas, pero no era mi posición dentro de la Convención. No era mi interés asumir ningún liderazgo, no me lo planteé nunca.
¿Cuál diría que fue su rol?
En la Comisión de Derechos Fundamentales tuve, creo, tres roles. Uno de ellos es estimular mucho la participación ciudadana en la construcción de las normas. Lo segundo fue poner al día lo que es efectivamente un Estado garante de derechos. Y tercero, que dentro de cada uno sus derechos, tratamos de estipular siempre la participación de la comunidad, como quedó en salud, en vivienda, en trabajo, en el tema de la participación de los trabajadores dentro también de lo que son las organizaciones y empresas.
¿Cuánto influyeron los No Neutrales en el proyecto de nueva Constitución?
El colectivo había acordado con meses de anticipación nueve lineamientos. La totalidad de ellos quedaron empapados en la Constitución. Son lineamientos comunes también a otros colectivos, no son de nuestra propiedad, pero cada uno de esos lineamientos quedó.
Se infiere que quedó muy conforme con el resultado.
Por supuesto. Considero que esta Constitución es un salto gigante de Chile hacia un desarrollo más equitativo. Permite que las estructuras de poder se actualicen fuertemente. Algunos han criticado cómo quedó el sistema político. Pero cuando uno analiza cómo ese equilibrio de poder se va logrando en relación a las regiones, yo creo que también es un gran avance para Chile.
Pero es justamente el sistema político uno de los temas que algunas personas que están por el Apruebo han criticado, como los socialistas, el PPD.
En general, las personas de la élite política y las personas que participan activamente en política tienen observaciones. Pero no la totalidad de esas personas. De las personas con las cuales me ha tocado reunirme, solo dos personas me han hablado del sistema político. La gran mayoría de las personas con las que yo he estado está totalmente de acuerdo con el sistema político. No hay ninguna persona que haya estado en contra. Cuando uno habla con gente que no está en esos círculos de poder, que es la gran mayoría, ellos ven con muy buenos ojos cómo quedó el sistema político.
Apruebo Dignidad y el Socialismo Democrático acordaron los temas que podrían reformar de la propuesta de nueva Constitución en caso de que sea aprobada. ¿Cómo toma esas gestiones que incluso el propio Presidente Boric aunó?
Yo creo que las personas tienen siempre buenas intenciones, sobre todo los que son servidores y servidoras públicos. Imagino que es por el bien de Chile. Que lo hagan bien y que tengan conciencia de que cada modificación que se vaya a hacer en el futuro debe contar con la ciudadanía.
En el contexto de las negociaciones que se dan para llegar a acuerdos de reforma, ¿le preocupa que a la nueva Constitución rápidamente se le hagan cambios sustanciales?
Lo veremos después, cuando ya se manifieste la ciudadanía el 4 de septiembre. Yo creo que allí podremos hablar.
El Rechazo se ha mantenido por sobre el Apruebo en distintas encuestas de opinión. ¿Qué significaría para usted como exconvencional si gana el Rechazo?
No me pongo en ese escenario, porque creo que tenemos un mundo electoral que no conocemos su comportamiento, que las encuestas no pueden capturar, que es ese mundo que nunca ha votado y que va a ir a votar ahora, por el voto obligatorio.
¿No le asusta que en conjunto las encuestas tengan como consenso que el Rechazo tiene una ventaja?
No me produce temor, me provoca mayor energía para poder dar a conocer el texto.
Usted fue uno de los convencionales que propusieron en alguna oportunidad sesiones de descanso, porque diagnosticaron que los convencionales estaban agotados. ¿Fue muy complejo?
Hubo un período en que ocurrió eso. Sentí que era un momento de tomar unas pausas. Yo creo que dificultó mucho la infraestructura. Es un edificio antiguo, que no tiene las dependencias como para tener tanta gente, poder almorzar juntos. Pero bueno, nos adaptamos y salió el texto. Mirando para atrás, digo que ese fue un tiempo duro, pero hay muchos tiempos duros en la vida de la gente. Uno tiene que salir adelante nomás.
¿Cómo se toma que actualmente la campaña por el Rechazo utilice algunas de las indicaciones o normas que se rechazaron en la Comisión de Derechos Fundamentales? Lo han hecho, por ejemplo, con la indicación que presentó Rocío Cantuarias sobre la inexpropiabilidad de los fondos de pensiones.
Yo creo que así es la democracia. Me da pena, por supuesto, porque creo que las personas tienen que ser informadas sobre el texto constitucional, no sobre lo que no fue aprobado. Me produce un poco de tristeza, pero creo que es parte de lo duro que es la política. A mí no me gusta atacar a partir de ello.
Uno puede imaginar que muchas personas votaron por usted justamente por su cercanía con la religión. Algunos se cuestionaron que haya votado a favor de la norma que permitía el aborto libre. ¿Identifica que hay una contradicción en eso?
Yo voté a favor en la comisión para que pasara al pleno, como lo hacemos habitualmente los grupos. Nos pusimos de acuerdo y la gran mayoría del grupo en el que yo participo estaba a favor de la interrupción del embarazo. Pero yo tenía objeciones en relación. Y cuando estuvo en el pleno, yo me abstuve. Nos pusimos de acuerdo con Roberto Celedón, porque los dos pensábamos lo mismo, considerábamos que la interrupción del embarazo fuese fruto de una deliberación en el Parlamento.
Pero las críticas que hubo en su momento fue cuando se votó en comisión. ¿Lo hizo por razones políticas?
Cuando tú representas a un grupo y el grupo te eligió para ir a una comisión, tú tienes que llevar el voto del grupo. En un tema complejo, como era la interrupción del embarazo, tienes que votar a favor de lo que el grupo considera. Después teníamos plena libertad de acción en el pleno. Creo que con la regulación del inciso tercero, eso va a ser deliberado democráticamente en el Parlamento. Ahí se pondrán los límites, lo más probable es que lo tengamos limitado a semanas, 12-14 semanas. Será el Parlamento el que lo haga, no nos corresponde a nosotros.
Usted es reconocido por ser uno de los convencionales que están haciendo más trabajo territorial. ¿Cómo es la respuesta de la gente?
Hay un muy buen ambiente. Yo no he tenido dificultades, no he tenido a alguien que me insulte o me ataque. Incluso estaban las personas del Rechazo súper respetuosas.
Algunos sugieren que los exconvencionales deberían optar por “guardarse” y apuntan a Elisa Loncon y Daniel Stingo. ¿Considera que hay exconvencionales que generan un efecto contraproducente para la campaña?
Las personas tienen hartas expectativas cuando van las dos personas que nombraste. La gente los estima. En Antofagasta están esperando a Daniel Stingo en los campamentos. A Elisa (Loncon) en general en las comunidades la llaman y la invitan mucho. Si estuviesen en partidos políticos, les podrían dar la orden de que no hablen. Pero son personas del mundo social. Yo creo que es difícil, cuando a uno lo invitan para conversar del texto constitucional, que tú te niegues. Yo no me puedo negar, porque yo trabajé en este texto, hice campaña para estar. No puedo no estar disponible si soy responsable de esto. No me quiero esconder acerca de un texto en el cual me siento interpretado y siento que le va a hacer bien a Chile.
La franja del Rechazo usó algunos videos de convencionales como un recurso para votar en contra de la propuesta de Constitución. ¿Usted cree que los convencionales estuvieron a la altura del proceso?
Yo creo que sí. Algunos tuvieron exabruptos, pero son los menos. Si revisas, la gran mayoría de las personas tuvo un trabajo disciplinado.
¿Le interesa tener futuro político después del plebiscito?
No. A partir de octubre vuelvo a mi trabajo en las organizaciones sociales. Esa es mi vocación y mi trabajo. Yo llegué a la Convención para colaborar en la construcción del capítulo de Derechos Fundamentales. Ese fue mi compito. Mi tarea, perdón. Lo dije en italiano.