El atletismo del siglo XX tiene un nombre que destaca por sobre el resto. Nueve oros olímpicos, ocho medallas doradas en campeonatos mundiales, primer hombre en bajar de los 9″90 en los 100 metros planos y récord de salto largo bajo techo. Se trata del estadounidense Carl Lewis (62 años), el “Hijo del Viento”, aquel saltador de longitud que corría tan rápido como grafica su apodo.
La leyenda absoluta de su disciplina y del olimpismo (junto a Mark Spitz, Paavo Nurmi y Larisa Latynina tienen la marca de ser los segundos atletas con más preseas de oro en los JJ.OO.), llegó este viernes a Chile. Lo hizo muy temprano y con la condición de invitado de honor de Panam Sports para Santiago 2023. Pasará seis días en el país viendo competencias. Su principal atención estará en el atletismo, pero también espera ver otros deportes, admite.
Son las 8.30 de la mañana cuando El Deportivo logra conversar con el nacido en Alabama, que se convirtió en estrella con su particular estilo y marcas en 100m, 200m, salto largo y la posta 4x100. Lewis -el hombre de los cuatro oros en Los Angeles 1984- aborda asuntos tan diversos como el presente del atletismo, el avance en la tecnología, sus años de revolucionario alimenticio y la discusión sobre el deportista más grande de todos los tiempos. “A los niños de hoy en día trato de explicarles que los grandes jugadores que hay en el fútbol están jugando el estilo que inventó Pelé”, sostiene.
La entrevista tiene lugar en el lobby del hotel Sheraton. Pese a ser muy temprano y en un día feriado, gran cantidad de personas de la organización lo espera. También un par de seguidores que aguardan con entusiasmo y paciencia un momento para saludarlo.
En medio de esta dinámica aparece Serguei Bubka en escena. Otro gigante del deporte planetario, en el salto con garrocha. Saluda con un abrazo al estadounidense e inmortalizan el momento con una fotografía, que además de mostrar a dos medallistas olímpicos, retrotrae a una época en que ambos competían para las mayores superpotencias del planeta, en plena Guerra Fría. En Seúl 1988 los dos eran los símbolos de sus respectivos países (Bubka es ucraniano, pero en este entonces representaba a la Unión Soviética), mientras que Lewis era la máxima estrella del atletismo de Estados Unidos. Ahora, en Santiago, con esas barreras rotas y olvidadas, los atletas se muestran como compañeros de una época dorada para el atletismo mundial. El deporte y la política los enfrentaba en aquel entonces, pero ahora es otra época. Fue precisamente en Seúl cuando Bubka consiguió su oro olímpico, mientras que Lewis alcanzó la presea dorada en 100m y salto largo. La escena es un lujo para todos los presentes.
¿Qué lo motivó a aceptar la invitación de estos Juegos?
Primero que todo, yo nunca había estado aquí, nunca había estado en Chile, así que es bastante emocionante visitar y conocer nuevos países. Estoy esperando ver la ciudad y el país. Creo que será un viaje hermoso. Además, los Juegos Panamericanos son muy queridos en mi corazón. Los Juegos Panamericanos de Puerto Rico 1979 fueron mi primera competencia internacional. Además, mi madre también tuvo su primera competencia internacional en Argentina 1951. Entonces es un evento muy especial para mí. También me gustaría agradecer a Panam Sports, con los que he tenido una gran relación. Estuve en Lima 2019 y estoy muy contento de volver.
Está como invitado de honor, pero también tendrá a dos alumnos suyos de la Universidad de Houston compitiendo…
Sí, está De’Vion Wilson que competirá en los 110 metros vallas y Cecilia Tamayo-Garza, que correrá en los 100 y 200 metros. Realmente emocionado por ellos.
¿Cómo es el Carl Lewis entrenador?
En realidad, soy básicamente un maestro. Un maestro de un sistema que fue desarrollado en gran parte por mi entrenador Tom Tellez. En el programa de Houston les enseñamos ese sistema. Yo, personalmente, trato de mantenerlo simple, siempre basado en la ciencia. No me considero realmente un entrenador, como te decía, soy un maestro del sistema que creemos es el correcto.
¿Es muy complejo afrontar un proyecto así?
La verdad es que es un proyecto compartido. Will Blackburn es un gran amigo y es el director del atletismo. Yo soy el entrenador en jefe, entonces en realidad lo estamos haciendo juntos. Creo que esa combinación es perfecta para nosotros. Él hace un trabajo increíble en el programa, así que puedo enfocarme 100% en la parte de los entrenamientos.
Hoy en día puede ver en primera persona todos los avances en la tecnología del deporte. Cuando aún era profesional, ¿pensó que se podría llegar a estos niveles?
Me encanta la tecnología en el deporte. Me gustan las nuevas zapatillas, las nuevas máquinas. Me gusta cualquier cosa con la que se pueda avanzar. Utilizar todo eso es algo genial para este deporte y para todos los deportes. Oigo muchas personas que no están contentas con esos cambios, pero no los entiendo. Mira el tenis, ¿te gustaría jugar aún con una raqueta de madera? Necesitas cambiar, abrazar ese cambio y avanzar.
¿Piensa, a veces, en cómo habría sido su carrera con ese nivel de tecnología?
Yo siempre he creído que las personas que ganan siempre ganarán. Creo que si Jesse Owens hubiese tenido la oportunidad de tener esta tecnología, él sería rápido ahora. Creo que Tommie Smith y John Carlos también serían rápidos hoy en día, porque fueron rápidos en ese entonces. Los tiempos son más rápidos ahora, porque es el tiempo de ellos. Yo era más rápido que los que estaban antes que yo y así.
Sin duda está dentro de la competencia por el ser el más grande de todos los tiempos, pero ¿cree que se puede medir algo así?
No creo que eso sea posible, porque hay tantos grandes atletas. Pero creo que si miras las regiones puedes ir encontrando nombres. Por ejemplo, aquí el fútbol es grande y creo que Pelé es increíble. Él es alguien que realmente admiro y fue un increíble atleta. A los niños de hoy en día trato de explicarles que los grandes jugadores que hay hoy en el fútbol están jugando el estilo que inventó Pelé. Dicen que hoy en día hay un gran nivel, pero Pelé fue quien inventó aquello. Es el inventor y el mejor de todos.
El mundo vegetariano
En 1989, Carl Lewis hizo un cambio radical en su alimentación. Dejó la carne y comenzó una dieta exclusiva de vegetales. Algo rupturista en un mundo que aún no sabía de movimientos masivos en torno a ese tema, pero que vio cómo el estadounidense encontró su mejor versión en el histórico Mundial de Tokio de 1991 y volvió a colgarse preseas doradas en Barcelona 1992.
Ahora, la situación es distinta y grandes atletas como Novak Djokovic o Lewis Hamilton han explorado opciones alimentarias libres de gluten o, derechamente, veganas para sus vidas. De hecho, para estos Juegos Panamericanos por primera vez hay un menú vegano en la Villa Panamericana y las sedes de competencias. Cambios que fueron potenciados en su momento por el legado de Lewis, quien sigue manteniendo una postura clara en torno al debate sobre la alimentación en base de plantas.
Hoy está más normalizado en el mundo del deporte el no comer carne, pero ¿qué tan difícil fue esa postura en su época?
Fue mucho más desafiante, porque no tenías nada disponible. Tenía que llevar mi propia máquina de jugos. Tenía que encontrar pequeñas tiendas para comprar cosas. Fue mucho más difícil en ese momento. Y creo que es genial para los atletas ahora darles la oportunidad de tener todas estas diferentes elecciones para comer. Así que creo que es genial. Es genial, porque pones ese asunto en la conversación. Empecé en el año 1989. Fue hace más de 30 años. Es un tiempo largo.
¿Cree que el veganismo es la clave para el futuro?
No creo que en algún momento vayamos a quitar la carne del planeta. Eso no va a suceder. Pero sí creo que, si la gente entendiera que podría tener una dieta más balanceada de vegetales, entonces estaríamos mejor.