Ha sido una de las principales articuladoras de la llamada “mesa paralela” por el proceso constituyente. La senadora independiente RN Carmen Gloria Aravena está por buscar una vía alternativa a la que negocian los partidos de oficialismo y oposición.
Así, pese a que la mayoría de las fuerzas políticas ha desechado la opción de un referéndum de entrada para definir si quieren una nueva Constitución y por cuál mecanismo, la parlamentaria lo reivindica.
¿Una mesa paralela no desprestigia el proceso completo? Chile Vamos adquirió un compromiso.
No. Es más, en ningún caso ha sido tema el que no haya una nueva Constitución. Lo que nosotros estamos planteando es que hoy, dadas las encuestas, con un mayoritario rechazo a la propuesta anterior, creemos que es válido preguntarle a la gente si quiere una nueva Constitución y cómo quiere el proceso. Nosotros no podemos desentendernos como Congreso. Es hasta irresponsable que el Senado y la Cámara no tengan un rol en esto. La figura de un nuevo órgano constituyente paralelo al Congreso lo único que hace es seguir deslegitimándolo.
¿Qué mecanismo le acomoda?
Debiera ser un mix entre el Congreso y un comité de expertos. Que estos vayan a ver un tema específico y se trabaja con los parlamentarios. Gran parte del trabajo legislativo es muy similar a esa dinámica. La situación de la Constituyente, que fue un fracaso, hace que hasta la palabra Convención preocupe. Ahora hay que hacer reformas, modernizar la Constitución y darle una mirada de futuro para los próximos 50 años. Pero no están dadas las condiciones para imponer una nueva elección constituyente sin hacer un plebiscito de entrada, otro de salida y obligatorios.
¿Qué legitimidad tiene la mesa?
La que tiene un grupo de senadores y diputados que humildemente se sientan a conversar con 80 agrupaciones ciudadanas que trabajaron por el Rechazo en Chile. Se perdió por muchos años la participación ciudadana en política y eso hizo que las mismas instituciones políticas perdieran credibilidad y se deslegitimaran.
¿Tiene legitimidad una mesa en que se sienta alguien que valida la violencia como Pancho Malo?
Es una mesa abierta para que las organizaciones que quisieran participar en este proceso de diálogos lo hicieran. A mí me cuesta criticar el pasado de las personas. Él ha tenido una historia difícil.
Fue condenado por homicidio y funa a los políticos.
Pero bueno, hay exparlamentarios y gente muy cercana al gobierno que están acusados por cosas iguales o peores. No diré quiénes, pero se sabe.
¿Se refiere al presidente del PC, Guillermo Teillier?
Sí, por ejemplo. Que validó en una época la violencia como una forma de hacer política. Yo no estoy de acuerdo con eso. Lo respeto, obviamente, y le doy la mano, lo saludo cuando tengo que hacerlo, porque creo que no tengo que juzgar hoy día, porque es otra etapa de su vida. Si vamos a empezar a juzgar a Chile o a todos los ciudadanos por su pasado y las cosas violentas que han hecho, yo no tengo nada que decir, porque no es mi línea de trabajo. Pero si él en la mesa ha tenido un comportamiento impecable, nunca ha alzado la voz, ha sido respetuoso y representa un sector que colaboró con el Rechazo, ¿por qué tú tendrías que echarlo del Congreso? Pero sí efectivamente tiene un historial que quizás yo no comparto en las formas, pero por ningún motivo yo vetaría a alguien por este tipo de cosas.
¿Cómo evalúa a Chile Vamos en su rol negociador?
Ha habido buena intención, pero ha sido muy poco participativo de sus bases. Los errores más grandes fueron dos. Primero, hizo falta un espacio de encuentro de agradecimiento a las organizaciones que trabajaron por el Rechazo. Antes de celebrar y adjudicarse triunfos, se agradece. Y faltó ese tiempo. Y lo segundo que faltó fue conversación con las bases. Antes de tomar decisiones apresuradas en temas tan delicados hay que escuchar. La votación de las internas de Evópoli, que fue tan baja, dice relación con el desapego de los militantes de Chile Vamos con sus directivas respecto de la conducción que han tenido para este camino constituyente. Se puede revertir y, humildemente, creo que están a tiempo de escuchar a las bases. Pero eso no ha ocurrido.
¿Están divididos los senadores de RN? Hay unos en una mesa oficial y otros en la paralela.
Trabajamos codo a codo los proyectos. Lo que sí es verdad, y hay que reconocerlo, es que hay una parte del comité de RN que tiene una posición distinta frente a lo que ha ido desarrollando la directiva.
A ustedes los quieren expulsar de la bancada.
La comisión política, efectivamente, hay que reconocerlo, tiene una postura muy dura respecto de estos díscolos independientes que somos varios y están en su legítimo derecho. También el legítimo derecho de que estos senadores tomen el camino que consideran que es más indicado. Hay un movimiento político importante de los líderes que hoy día están buscando el mejor camino. Sí duele un poquito que haya amenazas de expulsión, porque no somos militantes. Hemos sido muy respetuosos en las votaciones. Pero están en su legítimo derecho de querer que nos vayamos.
¿Evalúa irse del comité RN?
No lo sé. Si te van a pedir que te vayas porque estás en una posición contraria, sería absurdo no anticiparse a una posibilidad cierta. Por ahora, hay que esperar y evaluar.