Con permiso sin goce de sueldo, la alcaldesa de Peñalolén, Carolina Leitao (DC), asumió esta semana la tarea de ser la principal vocera del comando del “En contra”, que reúne a los partidos oficialistas. Dio el paso, dice, porque su experiencia municipal le ha hecho ver lo perjudicial que puede ser el texto que redactó el Consejo Constitucional.
¿Por qué asume como vocera de un comando del que no forma parte su partido?
Cuando conocí el texto, sentí que era una responsabilidad. Es algo tan importante para el país, que es imposible quedarse como espectador. Entendí que este era un proceso demasiado importante como para restarse. Aunque pueda tener algunos costos para mí en muchos sentidos, vale la pena hacer el esfuerzo.
¿A qué costos se refiere?
Salir de lo que yo acostumbro hacer, que alguien vaya a criticar… Estoy pidiendo permiso sin goce de sueldo, estoy dejando la presidencia de la asociación (de municipalidades) este mes. Para mí sería más tranquilo quedarme en la alcaldía, pero creo que vale la pena el esfuerzo. Yo cada día me convenzo más de que es un texto que es tremendamente perjudicial para todos.
¿Cuál es su aporte al comando?
En general, los alcaldes y alcaldesas tenemos una mirada del país bastante más transversal que la que tienen los partidos políticos. Cuando uno dice “esto cómo me va a impactar directamente”, la posibilidad de que yo le pueda dar un ejemplo concreto es mucha más grande que cualquier otro que probablemente vive otras experiencias, que son más académicas, desde el constitucionalismo. Yo igual soy abogado de profesión, pero no me llamaron por ser abogado.
¿Quizás ese fue el error de la campaña pasada? Tuvo rostros muy políticos en el Apruebo: los diputados Cariola y Mirosevic.
Sí. Hay muchas lecciones del proceso anterior. Pero la peor campaña fue el proceso en sí mismo, más que el texto.
¿Qué le parece que reaparezcan exconvencionales por el “En contra”? Como Giovanna Grandón y Hugo Gutiérrez.
Son campañas que buscan ir a los públicos a los cuales ellos representan. No lo veo ni bueno ni malo, en el sentido de que son campañas distintas, no están en la campaña del oficialismo.
¿No es un riesgo esa participación? Podrían espantar al electorado indeciso.
Es que nadie podría pensar que la Tía Pikachu o Hugo Gutiérrez iban a votar “A favor”. Cosa distinta es el protagonismo que tengan, lo que puedan decir en la franja. Pero no me llama la atención, porque es buscar su electorado.
¿Qué temas le hacen imposible votar “A favor”?
Este es un texto que divide profundamente a los chilenos. Está el Estado social y democrático de derecho, pero en el texto no tienes por dónde reconocerlo. Hay cosas intransables para mí, como la propuesta de la exención de contribuciones a la primera vivienda. Los pobres alcaldes de derecha tienen que quedarse callados porque no pueden decirlo, pero es transversal. También creo que este texto va en desmedro de los derechos de las mujeres. Y, siendo la seguridad el problema más importante para la ciudadanía, es un texto que no se hace cargo de aquello.
Si gana el “En contra”, algunos interpretan de que de todas formas es una derrota para ustedes. ¿Coincide?
La política tiene esos riesgos. Hay que hacerse cargo de los fracasos, no solo de los triunfos. Este es un fracaso de la política, de todas maneras. Por supuesto que si gana el “En contra”, pero si gana el “A favor”, con mayor razón. Es un fracaso de la política y me incluyo porque soy política. Pensábamos que a través de un proceso constitucional se podían captar las molestias, rabias que para la ciudadanía eran intolerables y que siguen existiendo. No fuimos capaces, desde la política, de llevar adelante este proceso de manera exitosa.
¿Qué tan decepcionante sería para usted quedarse con la Constitución de la dictadura?
Prefiero volver al punto de partida, que tampoco es 100% la Constitución de la dictadura, antes de tener un mal texto que perjudica a todos los chilenos y que nos divide profundamente, de todas maneras.
¿No es incómodo compartir opción con el hijo de Pinochet?
No, porque las razones que ellos argumentan para rechazar son muy distintas a las nuestras.
Su comando argumenta que los republicanos, como la Convención, se aprovecharon de su “mayoría circunstancial”. ¿Se arrepiente de haber votado Apruebo?
No. Más que el texto, lo que sepultó la propuesta anterior fue el proceso. Era un texto perfectible o no tan bueno probablemente, que había que modificar, pero que en su globalidad recogía muchas de las cosas que queríamos cambiar. Yo creo que fue el proceso el que sepultó eso, pero claramente no me arrepiento.
¿No es contradictorio decir que el texto anterior, redactado por una mayoría circunstancial, no era tan malo, pero que este otro sí es malo?
Lo que pasa es que en el proceso anterior era una mayoría mucho más amplia. Había socialistas, había un DC jaja. O sea, no era una sola visión. Ahora el que ganó, el Partido Republicano, consumió al resto de la derecha. En cambio, en el otro proceso sí hubo debate. Fue el proceso lo fatal, más que el texto en sí mismo. Era un texto aceptable, tenía cosas que había que modificar, pero era aceptable. Ahora tenemos un proceso que fue mucho menos estridente, mucho más ordenado, con un pésimo texto de resultado.
En el caso de que gane el “En contra”, ¿cómo se imagina a la clase política el 18 de diciembre?
Tratando de contribuir a generar una amplia mayoría en pos de las necesidades que la gente hoy día tiene. Con menos trincheras, con menos imposiciones ideológicas y con mucho más sentido de la realidad. b