Carolina Torrealba: “La política y la ciencia siempre estarán tensionadas”

El Ministerio de Ciencia y Tecnología solo tenía un año y tres meses cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró en marzo de 2020 el estado de pandemia. Menuda tarea para quienes recién implementaban las bases de una organización largamente anhelada en la comunidad científica local. Probablemente el año pasado fue un bautismo de fuego exagerado, pero sirvió para medir las capacidades de actuar bajo presión y en medio de la contingencia. La subsecretaria de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, Carolina Torrealba, debió coordinar la Red de Laboratorios que hacían las pruebas PCR en el país. Doctorada en Biología Molecular por la Universidad Católica, la autoridad pondera la situación en medio de la segunda ola de Covid en el país.

Los investigadores chilenos se asociaron rápidamente en esta pandemia. ¿Cuál es su opinión?

El trabajo colaborativo científico que se vio en la pandemia es inaudito y ha sido clave para enfrentar la crisis sanitaria. En el mundo, los científicos pusieron en jaque el modo convencional de compartir la información de sus investigaciones (que ha sido a través de artículos indexados en revistas científicas) y comenzaron a intercambiarlos antes de su publicación oficial con tal de acelerar los resultados colectivos. Ha sido muy disruptivo y esperanzador.

¿Cómo se reflejó concretamente en el país?

En Chile el mejor ejemplo fue la red nacional de laboratorios universitarios, convertidos temporalmente en laboratorios de diagnóstico de Covid-19. Junto a sociedades científicas, universidades, empresas y servicios de salud de todo el país conformamos 33 laboratorios de diagnóstico, de Arica a Magallanes. Este es un caso singular en el mundo y de gran impacto: es una red de capacidades científicas que se articula al servicio del país en un momento crítico.

La figura decimonónica del científico solitario no tiene nada que ver con nuestra época.

Para resolver problemas realmente complejos necesitas de muchas cabezas y de múltiples miradas técnicas y especialidades; también de sensibilidades y habilidades complementarias. La pandemia no se soluciona solo desde la virología, sino que se necesita de disciplinas diversas, todas ellas desafiándose y cuestionándose entre sí. Eso a veces se debilita por la competencia extrema, en que las personas prefieren guardar sus resultados para tener mejores publicaciones. En ese sentido, todo esto es una especie de experimento sociológico: hay que ver cómo funciona la ciencia ahora considerando que la pandemia fue un potente elemento que alineó todas las voluntades. Me da mucha esperanza de que podamos en el futuro unir voluntades en torno a objetivos societales que son muy complejos de resolver.

¿A un científico le cuesta más entenderse con un político?

La política y la ciencia siempre estarán tensionadas y eso tiene que ver con sus naturalezas. Creo que es muy sano e importante que esa tensión exista. La política debe tomar decisiones en un muy corto plazo y con información siempre parcial, además de ponderar la evidencia científica con otros múltiples factores: sociales, económicos, políticos, éticos. Luego de sopesar todo ello, la política debe tomar una decisión que implique el mayor bienestar social.