“Denme un torneo y veamos qué sale”. Javier Castrilli está en plena negociación con el directorio de la ANFP y ya sabe que el referato del fútbol chileno atraviesa por una profunda crisis. El exjuez argentino no le teme al desafío y lo exterioriza. Establece de inmediato que no quiere ser parte del problema, sino de la solución. Por eso, por ejemplo, semanas después reacciona a una publicación de El Deportivo, en medio de una nueva polémica referil, que cuestiona si el remedio que suponía su llegada estaba resultando peor que la enfermedad que había venido a curar. El Sheriff mastica la rabia por varios días, pero la trasluce en el diálogo en que le explica a este medio una parte muy llamativa del trabajo que está realizando para elevar el nivel de los jueces nacionales.
“Daría la impresión de que realmente los primeros remedios que se aplicaron al cuadro de situación obtuvieron los primeros resultados. Lejos de imaginar que era peor el remedio que la enfermedad, creo que es necesario insistir en todos ustedes que algún halo de reconocimiento debe tener, no la gestión, el esfuerzo que pusieron los árbitros para mejorar en aquellos aspectos que requería el mejoramiento de la calidad del arbitraje”, dice. Antes lo había expuesto en su cuenta en Twitter. “Sus trabajos han cosechado el mayor de los elogios: ningún periodista especializado en el fútbol se acordó de ustedes. Mis más sinceras felicitaciones”, escribió a través de la plataforma, que hasta su llegada había sido su trinchera favorita. Hoy la tiene, virtualmente, abandonada.
El transandino asume que, en alguna medida, al fútbol chileno viene a innovar. Y da señales potentes en ese sentido. Pero, sobre todo, tiene claro que cambiarle la cara al arbitraje requiere de mucho trabajo y está dispuesto a realizarlo. En esa línea, se enmarca una de sus propuestas más revolucionarias: desarrollar una pretemporada con los jueces que dirigen en todas las categorías de fútbol nacional, con el objetivo de nivelarlos físicamente y, fundamentalmente, de profundizar y homogeneizar sus conocimientos técnicos.
Las jornadas de acondicionamiento se realizarán entre el 24 y el 28 de enero. “Hemos desarrollado un plan de pretemporada que se va a desarrollar en la última semana de enero. Obviamente, estamos esperando la resolución final del torneo de Primera, por el caso de público conocimiento, pero, ineludiblemente tenemos que ir pensando en el futuro. Se va a poner un especial énfasis en el reforzamiento del conocimiento técnico de las reglas del juego. Se les va a difundir a todos los árbitros el plan de trabajo. Van a estar en permanente articulación y movimiento con las reglas del juego. Apuntamos a la excelencia”, se propone.
La intención de Castrilli es convocar a los árbitros de todas las regiones. Aplicar, también, evaluaciones con las mismas características de las que dispone la FIFA en todas sus competencias. La idea del argentino es que 2022 encuentre a los jueces con un nivel de manejo del reglamento cercano al óptimo y, sobre todo, con una preparación física que les permita responder al máximo a las exigencias. “Más que el del arbitraje nacional, lo que buscaremos es el sello que debe tener el arbitraje a nivel nacional e internacional. El arbitraje humano debe estar al servicio de la seguridad jurídica en el juego. Tiene que ser garante de la previsibilidad. Solo a través de ella está garantizada la convivencia armónica de las personas que forman parte de la comunidad”, se propone.
El VAR y pruebas todo el año
También hará especial dedicación al trabajo con el VAR. Castrilli asume que mientras más entrenamiento se realice con la herramienta tecnológica más se reduce el margen de error en las decisiones que deben tomar en cada encuentro. “Eso es muy importante. Todos tenemos que considerar que el VAR es una herramienta para el árbitro. No es que lo pone en evidencia, al desnudo. No. Es una herramienta que tiene el árbitro para subsanar un error. Conceptualmente, lo tenemos que valorar, ponderarlo y darle la importancia que tiene. Frente a un error, esa ilicitud no va a quedar impune. Entonces, vamos a poner un especial énfasis y recomendaciones en su uso. Y para eso, a lo largo del año se habrán de implementar tres mil sesiones de media hora de práctica, de gimnasia con el VAR para todo el plantel arbitral. Los árbitros van a tener la obligación de asistir acá, a la sede de la ANFP”, plantea. También habrá capacitaciones desde la Conmebol.
El plan en todo caso, va mucho más allá y contempla actividades durante todo el año. Se mantendrán, por ejemplo, las reuniones en el despacho del jefe de los jueces, en las que se revisan diversos aspectos relacionados con las actuaciones de cada fin de semana, a las que se añadirán otros elementos que exigirán de parte de los árbitros una permanente actualización. Así, por ejemplo, está prevista la realización de 38 quiz durante el año. Es decir, de test aleatorios que considerarán el envío de material audiovisual a los teléfonos móviles de los réferis con jugadas específicas y un lapso para resolverlas de acuerdo a las reglas del juego. Hay más. Está contemplado que durante el próximo año los árbitros rindan diez pruebas de conocimientos teóricos, además de que participen en igual número de charlas presenciales con toda la Comisión. También deberán realizar seis trabajos prácticos y rendir cinco evaluaciones físicas. Es decir, virtualmente, no tendrán respiro. Habrá otro factor para estar permanentemente preocupados: los rendimientos se reflejarán en un ranking que les llegará directamente. Hacerlo público, o no, será decisión de cada involucrado.
Mujeres y nuevos talentos
“Para mi no existe el arbitraje femenino o el arbitraje masculino. Existe el arbitraje”. Castrilli regala otra de sus frases de cabecera para referirse a una materia que le entusiasma: la inserción de las mujeres en la actividad. “Como no hago ninguna distinción de género, pueden dirigir mujeres en el fútbol masculino y hombres en el femenino. Todos van a tener oportunidades de dirigir, como tuvo Belén Carvajal, en reconocimiento a su mérito arbitral y no en reconocimiento a un género. Quien tenga condiciones para incursionar en Primera División, se le invitará a tener su oportunidad, como la tuvo Belén Carvajal. Ese es el concepto que tengo. Lo expuse cuando Stéphanie Frappart dirigió la final del Mundial femenino y luego una definición entre los campeones de la Europa League y de la Champions. En una transmisión en la que participé dije que muchos hombres tenían que tomarla como ejemplo. Soy un convencido de que la autoridad no se construye a partir de la prepotencia o de la postura físicas, sino del respeto y del acierto. Frappart supo desempeñar su función. Tomo al hombre como a la mujer exclusivamente a través de su función arbitral. El primer partido que observé acá fue de fútbol femenino. Estoy permanentemente atento. En la temporada que viene tendrán la oportunidad de observar árbitros que no les suenan conocidos”, anticipa en relación a cuatro o cinco nombres que tiene en carpeta.
“El sueño de todos es que una mujer dirija un Superclásico. Terminar con el viejo prejuicio de que las mujeres no están en condiciones de dirigir en el fútbol femenino. Y si le dimos la oportunidad a Belén Carvajal, llegado el caso y teniendo el kilometraje que hay que tener para dirigir un Superclásico, porque no la vamos a exponer a ella ni a los clubes a correr riesgos innecesarios, tendrá también, llegado el momento, la oportunidad”, concluye.