La diputada y extimonel del Revolución Democrática (RD) Catalina Pérez es enfática al recalcar que, frente al plebiscito de salida, solo hay dos opciones: Apruebo y Rechazo. Y, por eso, toma distancia del anuncio del Presidente Gabriel Boric, quien abrió la puerta a la elección de una nueva Convención Constitucional si es que en el plebiscito resulta vencedora la opción que descarta el nuevo texto constitucional propuesto.
Sin embargo, frente al terreno que han ido ganando las posturas “para reformar”, Pérez advierte que el debate que se está fraguando en el Frente Amplio es otro: la implementación legislativa del nuevo texto. Más que reformas, los nudos críticos de la nueva Constitución -dice- están en los enunciados generales, y es el Congreso el espacio donde se deben dar esas garantías y afinar los contenidos. En ese acuerdo de implementación, detalla, debe estar presente la oposición.
En un momento donde las posturas para reformar ganan terreno, ¿por qué abrir el debate de la implementación?
La mayoría de los temores que hoy vemos expresados en la ciudadanía, y diría que también en el mundo político, tienen que ver con la implementación del texto constitucional. El justo precio de la expropiación, el aborto o el pluralismo jurídico. Todo eso es implementación y esa implementación no la va a decidir la izquierda, eso lo va a definir un acuerdo amplio. Algunos dirigentes de la centroizquierda cometen un error cuando hablan hoy de reformas. Hoy no hay que hablar de reformas, hay que hablar de implementación. Si el Apruebo quiere entregar certezas tiene que hablar de implementación.
¿Es contraproducente para la campaña hablar de un Apruebo reformista?
Es un error hablar de reformas ahora. Tenemos que saber comunicar gradualidad de la implementación y dar certezas en el cambio que la nueva Constitución propone.
¿Es el Congreso el espacio más legítimo para ello?
El lugar donde tenemos que hablar de un acuerdo es donde la normativa se genera, en el Congreso Nacional. Y en eso estoy de acuerdo con Carolina Tohá (PPD), quien ha dicho que el Congreso va a tener un rol crucial. El gobierno es evidente que tiene un rol que jugar, pero toda la responsabilidad no puede recaer ahí. El Congreso es el aparato político que tiene que tomar la Carta Fundamental, elaborada, ratificada por la ciudadanía y tiene que darle gradualidad, orden y materialidad. Con eso, creo yo, se entrega certeza.
¿Esto incluiría a todos los sectores?
Los vamos a necesitar a todos, porque no tenemos mayorías para aprobar algo sin acuerdos. Pero también -y no menos importante- porque necesitamos dotar de estabilidad democrática el proceso de adecuación. Vamos a necesitar expertos haciendo el trabajo prelegislativo, definiendo los muchos ajustes que hay que hacer, pero insisto: esos ajustes no son por la calidad del texto como algunos han querido instalar, sino que todos los procesos constituyentes del mundo han requerido ajustes. De eso hay que empezar a hablar ahora.
Con estas conversaciones, ¿descarta un acuerdo de reformas previo, como ha planteado -por ejemplo- el presidente de la Cámara, Raúl Soto?
No estoy de acuerdo con pactar antes del pronunciamiento ciudadano cambios al texto constitucional. Sí estoy de acuerdo con la necesidad de entregar de antemano certezas en la implementación. Si nos preguntamos cuándo entregamos estas certezas, hay que empezar a hablar ahora, pero hay que generar un acuerdo propiamente tal posplebiscito. Quien quiera hacer reformas a la nueva Constitución -o a la antigua- va a poder hacerlo, pero que sepa que va a ser más fácil mejorar la de 2022 que la de 1980. Por eso la pregunta (del plebiscito) es de qué piso queremos partir.
Dicho todo lo anterior, ¿qué le parece la intención que manifestó el Presidente Boric de convocar una nueva Convención Constitucional si gana el Rechazo?
Es evidente que ante las tres opciones que el Rechazo ha mencionado en algunas ocasiones -Convención Constituyente, comité de expertos o Congreso- nuestro sector tiene que estar por la salida más democrática que es la señalada por el Presidente. Sin embargo, son válidas las críticas sobre la inestabilidad política que un nuevo proceso puede generar. Creo que la elección no se juega evaluando alternativas frente al Rechazo o el Apruebo; se juega en cómo volvemos concreta la propuesta constitucional y eso lleva a discutir sobre implementación tras el Apruebo. De eso debiésemos estar conversando hoy día.
¿A quién cree que beneficia lo manifestado por el Presidente: al Apruebo o al Rechazo?
No podemos, con certeza, decir los efectos que esto genera. Mas creo sí que esto lleva el debate a un lugar distinto de donde debe estar. Lo que hoy día tenemos que hacer como Apruebo es entregar certezas, y para eso hay que materializar la implementación de la nueva Constitución, no abrir escenarios ficticios sin viabilidad política.
Como parlamentaria de gobierno, ¿estaba enterada de esta definición?
Del anuncio, no. Lo que sí sabía era que el Presidente tiene la convicción de defender la vía democrática de reforma a la Constitución.