Por Alejandro Silberstein, socio director Agencia Raya, publicista y mentor de startup.

El 2025 marcará el inicio de la Generación Beta, niños que crecerán en un mundo donde la inteligencia artificial (IA) será una extensión natural de la toma de decisiones. Este grupo, que abarcará a los nacidos entre 2025 y 2039, delegará decisiones importantes a asistentes tecnológicos de forma sistemática. Se proyecta que para 2035 representen el 16% de la población mundial, transformando nuestras sociedades de maneras apenas imaginadas.

La delegación de decisiones, hoy limitada a plataformas que recomiendan qué ver o comprar, se profundizará y abarcará casi todos los aspectos de la vida. En el comercio, los algoritmos no solo sugerirán productos: seleccionarán y optimizarán cada compra según sostenibilidad, presupuesto e impacto emocional. Esto alterará la relación del consumidor con el mercado: confiarán en que los algoritmos decidan mejor que ellos mismos.

Áreas como la estética también serán transformadas. La Generación Beta dependerá de sistemas que personalicen estilos y sugieran desde peinados hasta qué maquillaje usar según el estado de ánimo o la tendencia. Estas decisiones, tan automatizadas como precisas, irán mucho más allá de las simples recomendaciones que hoy conocemos.

Incluso, en decisiones trascendentales, como elegir universidad o carrera, la IA jugará un rol central. Los niños de esta generación crecerán confiando en asistentes tecnológicos para resolver tanto problemas complejos como cotidianos. En este nuevo paradigma, la responsabilidad personal y el libre albedrío serán redibujados, generando interrogantes sobre la creatividad, el pensamiento crítico y nuestra capacidad de decidir sin intermediarios.

Para las marcas, esta transformación será un desafío. No solo deberán captar la atención humana, sino también la de los algoritmos, que actuarán como guardianes del consumo. Competirán por aparecer en las selecciones algorítmicas, mostrando valores auténticos frente a sistemas diseñados para optimizar cada compra.

Estamos en la antesala de un cambio que redefinirá las relaciones humanas, la economía y nuestra noción de qué significa ser humano en un mundo mediado por IA. La Generación Beta no será la que adopte la tecnología, sino la que viva en simbiosis con ella.