Por Anamaría Arriagada, presidenta del Colegio Médico (Colmed).
El último trimestre de este año ha sido uno de los más complejos en los últimos años para todos los hospitales del país. La práctica, arraigada desde hace tiempo, de asignar presupuestos de salud “a la baja” ha llegado a un punto crítico. La falta de un reconocimiento adecuado de las necesidades de la salud pública, que obliga a los Servicios de Salud a depender de la aprobación de decretos para recibir o reasignar presupuesto desde Hacienda, dificulta la gestión sanitaria, ralentiza la producción hospitalaria y pone nuevamente en deuda a los hospitales con los millones de pacientes que deben atender.
Además, mientras Fonasa recibe más cotizantes, esto no se refleja en un traspaso mayor de presupuesto para el asegurador público, como si los nuevos usuarios no requirieran más servicios, atenciones y exámenes.
Los hospitales, por su parte, implementan estrategias para acelerar la resolución de las personas en listas de espera, pero no se destinan los recursos necesarios para cubrir el costo de esta mayor actividad.
Desde el Colegio Médico llevamos meses relevando esta situación, monitoreándola desde cada uno de los 20 Consejos Regionales del país, donde nuestros directivos vigilan cada semana la situación hospitalaria, la disponibilidad de insumos, la habilitación de pabellones, la oportunidad y calidad de la atención de las personas.
Se nos ha dicho que el problema es de gestión y que el aumento de presupuesto de los últimos años no se ha traducido en mejoras de la atención de nuestros usuarios. Efectivamente siempre existirán mejoras a los procesos que se realizan, pero lo cierto es que los hospitales atienden pacientes cada vez más complejos, con múltiples patologías, debiendo ofrecer tecnología, fármacos que son más costosos, todo esto con una infraestructura muchas veces obsoleta o frágil, dada la antigüedad de muchos establecimientos de salud, varios de ellos con más de un siglo de historia. A pesar de esto, Chile es reconocido mundialmente por tener resultados sanitarios sobresalientes, situándose dentro de los siete países de la OCDE con mejor expectativa de vida y menor gasto en salud comparativo.
En plena discusión presupuestaria 2025, el Colegio Médico ha levantado tres banderas. La primera, que el Ministerio de Hacienda transfiera los recursos necesarios para llegar a fin de año, sin arrastrar esta crisis como deuda para el 2025. Segundo, que el Legislativo y el Ejecutivo acepten nuestra propuesta de resolver la lista de espera al día de hoy, comprometiendo los recursos para los próximos tres años, creando un Consejo de Seguimiento que rinda cuentas a la ciudadanía del uso eficiente de los recursos. Por último, que cambiemos la forma estructural de asignar el presupuesto en salud, para que de una vez por todas se establezca como un derecho social, fundamental para el desarrollo humano de nuestro país.