Por Antoni Gutiérrez-Rubí, asesor de comunicación y consultor político. @antonigr

Quedan 35 días para las elecciones municipales y regionales. Muchas encuestas preguntan a la ciudadanía si votará a favor o en contra del gobierno, pero ¿es este un buen predictor de lo que ocurrirá en octubre? Distintos ejemplos y estudios muestran que el comportamiento del electorado puede ser diferente en estas elecciones. Para muestra, un botón: en Estados Unidos, el demócrata Andy Beshear ganó en 2019 la gobernación de Kentucky, territorio en el que triunfó Donald Trump en 2020 por una diferencia de 25,9 puntos porcentuales en las presidenciales. En los últimos 50 años, el estado ha votado por un Presidente demócrata solo tres veces, pero ha elegido a ocho gobernadores de ese partido.

Una investigación de la U. Estatal de California demostró que el caso de Kentucky es bastante corriente. Según sus datos, 4 de cada 10 electores de Estados Unidos estaría dispuesto a elegir a candidatos del partido contrario si estos plantean posiciones atractivas sobre los problemas locales.

La decisión depende fuertemente de la coyuntura política. En momentos de máxima polarización, será más habitual respetar las líneas partidistas. Pero, aun así, las elecciones locales se enmarcan en un contexto diferente que hace más atractivo el “voto cruzado”. Esto ocurre principalmente por cinco factores:

1. Los ciudadanos conocen los problemas que afectan a sus territorios y comunidades, y esperan soluciones reales.

2. Entra en juego la capacidad relacional de los candidatos y sus equipos.

3. La cercanía del candidato o candidata tiene más trascendencia.

4. Es fundamental pisar la calle y mostrar que se conoce el territorio.

5. Pesa mucho la situación local del proyecto del que forma parte el candidato.

Es la hora de reafirmar los vínculos con la ciudadanía, de apostar por la micropolítica poniendo en el centro las soluciones a los problemas del metro cuadrado de los electores y de movilizar a los simpatizantes, un aspecto clave en una elección con voto obligatorio. El partido está abierto.