Por Apolinaria García, Microbióloga Académica de la Facultad de Ciencias Biológicas y Directora del Laboratorio de Patogenicidad Bacteriana de la Universidad de Concepción.

Más del 60% de los chilenos tiene la bacteria Helicobacter pylori, al igual que la mitad de la población en el mundo. La particularidad de este microorganismo –que puede ser visto sólo bajo un microscopio- es que cuando infecta al ser humano genera una afección crónica, lo que significa que persiste en nuestro cuerpo. Su permanencia se ha relacionado con diversas enfermedades, como úlcera duodenal, úlcera gástrica, linfoma MALT y cáncer gástrico.

Debido a la importancia de esta bacteria en la salud y a los continuos desafíos que ofrece su estudio, es que llevo 28 años investigando a la Helicobacter pylori, llegando a desarrollar un probiótico que previene su aparición.

Justamente lo que más impacta a las personas es que esta bacteria se relacione con el cáncer gástrico, ya que a la Helicobacter pylori se le considera el principal factor de riesgo para el desarrollo de este tipo de enfermedad.

Sin embargo, es necesario transmitir que para que se llegue a desarrollar el cáncer en una persona no sólo depende de la presencia de la bacteria, sino que también de lo que conocemos como triada ecológica de la enfermedad infecciosa. Esto hace referencia a las interacciones que existen entre los diferentes elementos que intervienen para que en una persona se genere o no una enfermedad, que en este caso particular son: agente etiológico (Helicobacter pylori), huésped (la persona) y el ambiente.

En general, entre 0,4 a 5% de los infectados con la Helicobacter pylori (la cifra varía según la región geográfica) probablemente desarrollarán cáncer gástrico. Esto como porcentaje puede parecer bajo, pero dada su alta prevalencia en Chile, es un número significativo, lo que convierte a esta infección en un problema de salud pública en nuestro país.

Actualmente, esta afección se trata según la región, pero lo ideal sería conocer la susceptibilidad o resistencia de la cepa infectante en cada persona, para así tratar en forma dirigida y no contribuir al grave problema de la resistencia antibiótica, pero si esto aún se conoce, lo recomendable en Chile es la terapia cuádruple. Por ello, prevenir es una excelente opción y ya tenemos disponible en nuestro país un probiótico para ello. Es un paso más en temas de salud pública, en el largo camino que tenemos quienes hacemos este tipo de investigaciones, y cuyo fin, es mejorar la calidad de vida de las personas.