Columna de Carolina Molinare: Fortalezas y debilidades de la reforma previsional
Por Carolina Molinare, Investigadora del Observatorio del Contexto Económico UDP
La reforma previsional del gobierno propone un cambio estructural en el sistema de pensiones. El proyecto presenta fortalezas que mejorarían la condición previsional de las personas, pero también tiene debilidades que pueden paralizar su tramitación y convertirlo en el tercer intento fallido de modificaciones a un sistema de pensiones que las necesita con urgencia.
El principal beneficio en pensiones de este proyecto es el aumento de la PGU a $250.000. Al respecto, es importante que dicho monto sea ajustado por inflación, ya que si algo hemos recordado este año es que el valor del dinero se va perdiendo en el tiempo. Otro aspecto favorable es incluir entre los beneficios del seguro social aspectos que disminuyan las brechas de género del sistema previsional. Sin embargo, dichos beneficios disminuyen el stock del fondo solidario construido con el 30% del 6% de mayor cotización, por lo que las cifras indicadas por el gobierno podrían ser menores.
La creación del Administrador de Pensiones Autónomo (APA) es positiva, dado que separa la labor administrativa de la gestión de inversiones, aprovechando las economías de escala y reduciendo asimetrías de información y costos administrativos. Eso sí, la conformación e instalación del APA también presenta riesgos.
Las comisiones sobre sueldo administrativo podrían considerarse como positivas si estimulan la competencia entre gestores privados para tener un mayor stock. Pero ¿ocurrirá esto si el gestor público es la opción por defecto? La economía del comportamiento nos dice que mucha gente no se va a cambiar de la opción por defecto, por lo que el gestor público quedaría “protegido” de la competencia.
Con todo, el aspecto más problemático sería el uso efectivo que se le daría al dinero recaudado con el 6% de mayor cotización, dado que sería registrado en una cuenta nocional, es decir, una cuenta individual ficticia. Dichas cuentas tienen una rentabilidad simulada y, por tanto, la capacidad de transformar cotizaciones en pensiones disminuye, presentando riesgos frente al envejecimiento de la población. ¿Cómo se asegura la viabilidad a largo plazo del fondo? Aún no lo sabemos.