Columna de Carolina Torrealba: Vectores de la transformación que Chile necesita

Por Carolina Torrealba, Vicerrectora de Investigación y Doctorado, Universidad Andrés Bello.

En los 90, nuevas industrias como el kiwi, los arándanos, el vino y el salmón hicieron crecer la economía sustentando potentes políticas sociales. El crecimiento se estancó y hoy pareciera reinar el conformismo. Sin embargo, hoy los desafíos globales ofrecen a Chile oportunidades únicas que nos permitirían diseñar el futuro que aspiramos con audacia: producción de energía verde para sustentar la revolución tecnológica, minerales para la transición energética, nuevos alimentos para el mundo, entre otros.

En ese contexto, las empresas de base científico-tecnológica (EBCT) pueden ser efectivos vectores para aprovechar esas oportunidades que requieren de capacidades tecnológicas sofisticadas. Según el Ministerio de Ciencia (catastro 2020), en Chile ha surgido un conjunto de EBCT jóvenes, pequeñas, conformadas por personas que vienen de la academia (50%) y empresa (36%) y basadas en tecnologías relacionadas con la biología (43%) y digitales (44%). Una de cada cuatro EBCT instalada en Chile invierte más del 50% de sus ventas en I+D, emplea personal con posgrado (50%), tiene área formal de I+D (56%) y laboratorio propio (40%), patenta (57%) y una de cada tres publica artículos científicos. Si a una fracción de estas empresas le va bien, tendremos un sistema que tiene el potencial de duplicar o triplicar la inversión en I+D, y lo más relevante: entrar a mercados globales, generar riqueza, empleos de calidad y bienestar para nuestro país y sus ciudadanos.

Potenciar sistémicamente a estas empresas -en su regulación, contexto en el que surgen y financiamiento- es clave. El proyecto de Ley de Transferencia Tecnológica ingresado al Congreso es una vía para instalar cambios necesarios –aunque no suficientes- para impulsar la creación de EBCT desde las universidades del estado y promover la transformación cultural de un sistema que ha visto con suspicacia la actividad comercial ligada a las actividades investigativas, sin prever, que he ahí el motor de transformación para un país que aspira a volver a dirigir su futuro.